El primer ministro británico Boris Johnson pidió disculpas hoy por asistir a una fiesta clandestina durante un período de confinamiento estricto en mayo de 2020 y admitió que hay cosas que el gobierno “no hizo bien”.
Johnson enfrenta la ira del público y los políticos por las afirmaciones de que él y su personal se burlaron de las restricciones impuestas por la pandemia al socializar cuando estaba prohibido. Algunos miembros de su Partido Conservador incluso dicen que debería renunciar si no puede calmar el furor.
El mandatario reconoció por primera vez hoy que participó de la fiesta de mayo de 2020 en el jardín de su oficina de Downing Street, aunque aclaró que lo había considerado un evento de trabajo.
Johnson dijo hoy a los legisladores en la Cámara de los Comunes: “Quiero disculparme… En retrospectiva, debería haber enviado a todos a sus casas”.
“Sé que millones de ciudadanos de este país han hecho sacrificios extraordinarios durante los últimos 18 meses. Sé la angustia por la que han pasado, sin poder llorar a sus familiares, sin poder vivir su vida como querían o hacer las cosas que les gustan”, continuó.
Pedido de renuncia
Sin embargo, sus disculpas no fueron bien recibidas. El líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, respondió llamándolo a dimitir, como han hecho en el pasado sus colaboradores que infringieron las reglas sanitarias contra el coronavirus.
“Ahí lo tenemos… el patético espectáculo de un hombre que perdió el rumbo”, dijo Starmer. “Su defensa -que no se dio cuenta de que estaba en una fiesta- es ofensiva para el público británico… ¿Ahora va a hacer lo decente y renunciar?”.
Como respuesta, el primer ministro pidió esperar los resultados de la investigación de la alta funcionaria Sue Gray, que intentarán esclarecer las presuntas fiestas o reuniones llevadas a cabo en Downing Street durante el confinamiento.
Sue Gray es segunda secretaria permanente de la Oficina del Gabinete del Primer Ministro y se hizo cargo de las investigaciones en sustitución de Simon Case, su jefe y responsable máximo de la Administración Pública británica. Case tuvo que apartarse del caso tras conocerse que en su oficina se había celebrado una de las polémicas reuniones.
Por su parte, la policía metropolitana de Londres, conocida como Scotland Yard, afirmó que planea abrir una investigación sobre el caso por “supuestas violaciones de las Regulaciones de Protección Sanitaria”, según confirmó también un portavoz de la institución.
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