Las autoridades chinas ratificaron este viernes que seguirán adelante con su estrategia de «cero Covid» pese al creciente malestar entre los habitantes de Shanghai, que llevan confinados desde inicios de abril y protestan con cacerolazos desde sus casas contra esta política sanitaria del Gobierno.
Según los datos oficiales, más de 15.400 nuevos contagios fueron registrados en la última jornada en el país, que enfrenta el mayor brote registrado desde el inicio de la pandemia.
La política de «cero covid» estipula el confinamiento, tras la aparición de nuevos casos de coronavirus, una cuarentena para las personas positivas -incluso si son asintomáticas- y testeos masivos de la población.
«Es un arma eficaz para prevenir y controlar la epidemia» en China, donde viven 1.400 millones de personas, dijo este viernes a la prensa el viceministro de Salud, Li Bin.
«Nuestro país es muy poblado, con desequilibrios regionales en términos de desarrollo y una falta de recursos médicos. Si relajamos (las medidas) y dejamos que el virus se propague, muchas personas se infectarán», sentenció.
Esta estrategia permitió al país limitar el número de muertos por Covid-19, que oficialmente es menor a 5.000.
Sin embargo, los largos confinamientos pesan tanto sobre la economía como sobre el estado de ánimo de la población.
Shanghai, la ciudad más grande y capital económica de China, es actualmente la más afectada y sus residentes se quejan de no tener suficientes verduras frescas ni carne.
Videos difundidos anoche por las redes sociales, que fueron rápidamente censurados, mostraban a sus habitantes protestando con cacerolas desde las ventanas y exigiendo «provisiones», según reportó la agencia de noticias AFP.
«Vi muchos videos como este, enviados por personas que viven en diferentes barrios», dijo una residente, bajo condición de anonimato por temor a posibles represalias, quien tras escuchar el estruendo afuera decidió se unirse a los cacerolazos.
La censura de estas imágenes alimenta el descontento de la población, recluida en sus casas desde inicios de mes.
El confinamiento constituye también un enorme desafío logístico para esta urbe, sede del puerto más activo del mundo, donde la falta de personal de reparto, complica el abastecimiento de sus más de 26 millones de habitantes.
Otro problema que menciona Liang Wannian, jefe del equipo de expertos contra la Covid-19 del Ministerio de Salud, es la insuficiente tasa de vacunación de las personas mayores en China.
En Shanghái, las autoridades registraron este viernes 52 nuevas víctimas mortales, que no estaban vacunadas.
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