Haibatullah Akhundzada, líder del movimiento talibán que tomó la capital de Afganistán el pasado 15 de agosto, encabezará el gabinete afgano, informaron este miércoles altas fuentes de la milicia radical.
«Él (Akhundzada) será el líder del gobierno, no debe caber ninguna duda al respecto», dijo el miembro de la comisión de cultura de los talibanes, Anamullah Samangan, citado por el canal de televisión Tolo News.
El martes, una fuente en la comisión militar del talibán comunicó que el movimiento concluyó las consultas para formar un nuevo gobierno y los resultados se anunciarán el próximo 3 de septiembre, informó el portal ruso de noticias Sputnik.
Otra fuente precisó en un comentario de Tolo News que el mullah Abdyl Ghani Baradar, cofundador de la organización, se desempeñará como canciller, mientras que el mullah Yaqoob, hijo del fundador de los talibanes, mullah Omar, será designado como ministro de Defensa.
En tanto, Khalifa Haqqani, hijo de Jalaluddin Haqqani –fundador de la facción extremista del movimiento talibán por cuya cabeza Washington ofrece cinco millones de dólares como recompensa– ocupará el cargo de ministro del Interior.
La milicia esperaba para anunciar la composición de su Gobierno a que los últimos soldados extranjeros abandonaran el país, lo que ocurrió el lunes poco antes de la medianoche, con la partida de militares estadounidenses.
Esta retirada, que el presidente estadounidense, Joe Biden, defendió firmemente en un discurso, puso fin a una guerra de 20 años desencadenada por la intervención de una coalición internacional liderada por Estados Unidos para expulsar a los talibanes del poder tras los atentados del 11-S.
El grupo islamista expresó su deseo de formar un «Gobierno representativo», una promesa cuyo cumplimiento o incumplimiento será para la comunidad internacional una primera señal de cuánta confianza se puede depositar en ellos.
El nombramiento Haqqani podría complicar las relaciones con Washington.
Haibatullah Akhundzada, líder del movimiento talibán que tomó la capital de Afganistán el pasado 15 de agosto, encabezará el gabinete afgano.
Desde que tomaron el poder tras una campaña militar que sorprendió por su rapidez y eficacia, los talibanes han intentado presentar una imagen de apertura y moderación, pero muchos afganos y líderes extranjeros no creen en sus promesas y temen que se repita el régimen fundamentalista que pusieron en práctica en su anterior Gobierno (1996-2001), especialmente represivo con los derechos de las mujeres.
Reporteros Sin Fronteras (RSF) señaló que, de las 700 mujeres que ejercían el periodismo en 2020, ya solo quedan menos de 100 en el país.
Muchos líderes del mundo advirtieron que juzgarán a los nuevos gobernantes por sus actos.
Washington dijo estar dispuesto a «trabajar» con los talibanes, pero el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, advirtió que primero «hay que ganarse la legitimidad y el apoyo».
Por su parte, el principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, aseguró que la milicia quiere «buenas relaciones con Estados Unidos y el mundo».
Terrorismo internacional
Entre las principales advertencias de la comunidad internacional a los radicales islámicos está que no conviertan su territorio en un santuario para el terrorismo internacional, como ya ocurrió con Al Qaeda durante su primer Gobierno.
Este grupo islamista felicitó a los talibanes por su victoria en un mensaje que celebró «la debacle de Estados Unidos y la OTAN, que marca el principio del fin de la siniestra hegemonía occidental».
Los talibanes desfilaron en Kandahar a bordo de vehículos militares, entre ellos muchos Humvees tomados a los estadounidenses, a la OTAN y al antiguo Gobierno en el campo de batalla.
Muchos de los vehículos enarbolaban la bandera blanca con inscripciones negras de los talibanes, según señalaron testigos citados por la agencia de noticias AFP.
Los islamistas, que prometieron no vengarse de quienes trabajaron para el Gobierno anterior, deben volver a poner en marcha la economía, devastada por la guerra y que depende principalmente de la ayuda internacional, gran parte de la cual está congelada.
Su reto más urgente será encontrar los fondos para pagar los salarios de los funcionarios y mantener en funcionamiento las infraestructuras vitales (agua, electricidad, comunicaciones).
Inminente catástrofe humanitaria
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió de una inminente «catástrofe humanitaria» en Afganistán y de un «colapso total de los servicios básicos», por lo que pidió fondos para el país.
Desde la Casa Blanca, Biden dijo que la retirada de las tropas de Afganistán fue «la mejor decisión para Estados Unidos».
«Esta es la decisión correcta. Una decisión sabia. Y la mejor decisión para Estados Unidos», señaló.
Biden está siendo muy criticado en su país y muchos estadounidenses se preguntan de qué sirvieron las dos décadas de guerra en Afganistán.
Fuente Telam
Recomendados
Chile: el presidente Gabriel Boric fue acusado por acoso sexual
Donald Trump celebra una nueva victoria en EEUU: la Justicia cerró la causa por el asalto al Capitolio
Escalofriante cifra de femicidios en América Latina y el Caribe