El presidente francés, Emmanuel Macron, anunciará hoy nuevas restricciones para tratar de contener la segunda ola de coronavirus que afecta al país y a Europa, incluido quizá un toque de queda nocturno.
Varios líderes de la oposición dieron a entender que no se opondrán a un eventual toque de queda, que según diversas filtraciones del entorno de Macron a la prensa es una de las opciones barajadas.
El jefe de Estado de Francia hará los esperados anuncios durante su entrevista en los dos principales canales de televisión esta tarde a partir de las 20 (las 15 en Argentina), en horario de máxima audiencia.
El secretario general del partido conservador Los Republicanos, Aurélien Pradié, afirmó hoy que «el reconfinamiento local es imposible» por el impacto social y económico que tendría y por eso «hay que buscar otras soluciones».
Consultado por la radio France Info sobre un toque de queda, Pradié dijo que su partido apoyará «todas las decisiones que se tomen».
No obstante, a continuación hizo notar que las «decisiones brutales» que ahora hay que adoptar son consecuencia de la «inacción»: «Este Gobierno ha sido incapaz de estar a la altura durante meses», dijo, citado por la agencia de noticias EFE.
En una línea similar, el secretario general del Partido Comunista Francés (PCF), Fabien Roussel, se mostró convencido en otra entrevista al canal BFM TV de que «si hay que imponer un toque de queda para evitar un confinamiento generalizado» los franceses lo aceptarán, pero al mismo tiempo eso «sería un fracaso para el Ejecutivo».
El toque de queda es una medida que está en vigor desde el mes de marzo en la Guayana francesa, con modalidades que han evolucionado a lo largo de este tiempo, y la Agencia Regional de Sanidad de esa región del Caribe fronteriza con Brasil considera que ha sido útil para contener la propagación del coronavirus.
En la Guayana ese toque de queda ha sido flexibilizado desde el 25 de septiembre, de forma que las prohibiciones de desplazamiento fuera de los domicilios se mantienen en vigor entre las 23 y las 5, en un horario mucho más restringido que en junio, cuando los indicadores epidémicos estaban en un nivel de alerta.
En el conjunto de Francia, las cifras son malas y el primer ministro, Jean Castex, describe la situación como «una segunda ola», sin descartar ninguna medida, ni siquiera los confinamientos locales porque lo que se quiere evitar a toda costa es un confinamiento general.
La agencia de salud pública que depende del Ministerio de Sanidad anunció ayer 12.993 nuevos contagios en 24 horas y 87 muertos, que elevan el número total de fallecimientos en Francia hasta 32.933.
Esa cifra de positivos es notablemente superior a los 8.505 del lunes, cuando había un efecto de fin de semana. La semana pasada hubo varios días de récord, en particular el domingo, cuando se comunicaron 27.000 nuevos casos.
La tasa de incidencia del coronavirus en la semana finalizada el 10 de octubre era en Francia, de media, de 176,1 contagios por cada 100.000 habitantes en siete días, pero con grandes diferencias.
Los picos son particularmente elevados en la región de París (422,7 en la capital) o en la de Lyon (351,2).
Fuente Agencia Télam
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