Por Pablo Giuliano – Telam
La figura de Josef Mengele, el médico nazi famoso por hacer experimentos con prisioneros en los campos de concentración que murió ahogado en una playa de San Pablo en 1979, volvió a la luz pública en Brasil luego que una empresa de medicina prepaga ocultara muertes por Covid-19 de pacientes que habían sido sometidos a ensayos con remedios como el antipalúdico cloroquina, un medicamento defendido por el presidente Jair Bolsonaro en la pandemia.
La importante empresa privada de clínicas y planes de salud Prevent Senior, enfocada en los adultos mayores, es investigada por experimentar con humanos al inicio de la pandemia para probar el coctel de remedios que el bolsonarismo y los antivacunas defendieron, pese a no estar validados científicamente. Se ocultaron siete muertes.
«Lo más automático es hacer un paralelo con el nazismo. En los campos de concentración nazis ensayaban y median el sufrimiento, ponían a la gente en cámaras de presión, congeladas. En la Guerra Fría hubo episodios de diseminación de bacterias, pero lo que vivimos es algo inédito en Brasil», alertó recientemente la doctora en Biología Natalia Pasternak.
Al menos 15 médicos de Prevent Senior denunciaron en un informe ante la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) del Senado -responsable de buscar irregularidades en la gestión gubernamental de la pandemia- que en 2020 eran obligados a proporcionar el llamado Kit Covid a pacientes en forma compulsiva, usándolos de conejillos de indias de remedios como hidroxicloroquina, azitromicina e ivermectina, pese a que ninguno había sido validado científicamente contra el coronavirus.
El padre de esta idea fue el médico francés Didier Raoult, del Hospital de Marsella, quien en enero de este año admitió que estaba equivocado.
El padre de esta idea fue el médico francés Didier Raoult, del Hospital de Marsella, quien en enero de este año admitió que estaba equivocado.
En Brasil, esta serie de experimentos no solo violó los principios médicos más básicos, sino que además, según denunció el informe, incluyó la muerte por Covid-19 de siete pacientes a los que luego se les manipuló la historia clínica para omitir que habían tomado el mentado Kit Covid.
Para reducir la estadística de muertos por Covid-19, Prevent Senior cambiaba incluso el motivo de la muerte de los adultos mayores en el primer semestre de 2020.
El miércoles ante la CPI del Senado, el director ejecutivo de Prevent Senior, Pedro Benedito Batista Junior, reconoció que la empresa alteraba la historia clínica de los pacientes con coronavirus. Si morían después de 21 días internados, se les sacaba Covid-19 como causa de la muerte.
Senadores opositores vincularon estos ensayos al llamado ‘gabinete paralelo’ montado por Bolsonaro en el Palacio del Planalto y poblado de médicos negacionistas de la pandemia que buscaban formas de evitar las cuarentenas defendidas por gobernadores y alcaldes y crear, sin vacuna de por medio, una inmunidad de rebaño con toda la población en las calles.
La propia cloroquina fue tomada por miles de personas creyendo que era preventiva pero como es un remedio contra la malaria es necesario un electrocardiograma antes de consumirla.
Los médicos denunciaron que eran obligados a proporcionar remedios como hidroxicloroquina, azitromicina e ivermectina, pese a que ninguno había sido validado científicamente contra el coronavirus.
La cúpula de Prevent Senior, la mayor prepaga de San Pablo, comenzó a ser investigada por el Senado y la Fiscalía ante el escándalo y el reclamo de los clientes.
El argumento de la empresa es que la prescripción de remedios no recomendados era parte de la relación médico-paciente, algo que niegan los denunciantes.
Dos casos son emblemáticos.
El primero es el del médico antivacunas Antonio Wong, un personaje mediático que tuvo coronavirus, tomó el cóctel de cloroquina, se sometió a ozonoterapia -algo ilegal- y murió tras dos meses de estar internado. Su certificado de defunción no menciona la enfermedad Covid-19.
El segundo caso es el de Regina Hang, madre del multimillonario Luciano Hang, empresario bolsonarista y dueño de las tiendas Havan.
Hang grabó un video en el que lamentaba que su madre no tomó cloroquina y que murió a causa de ello. Ahora, la CPI del Senado encontró la historia clínica que indica que la mujer había recibido el Kit Covid y que el empresario habría mentido sobre la muerte de su madre para alinearse al discurso bolsonarista de la pandemia.
El vicepresidente de la CPI, Randolphe Rodrigues, del partido Red, sostiene que el caso puede elevarse al Tribunal Penal Internacional de La Haya como parte de una denuncia de crímenes contra la humanidad.
«Es increíble lo que ha ocurrido, que los médicos cambien la historia clínica para cambiar el motivo de la muerte. Cambiar el código de la causa del deceso es un delito», sentenció el senador Otto Alencar, del Partido Social Demócrata (PSD), que es médico y forma parte de la comisión investigadora.
Para el también senador y exministro de Salud Humberto Costa del Partido de los Trabajadores (PT), el hecho que los directivos de la prepaga forzaran a los médicos a participar de un posible experimento es además un «fraude generalizado».
«Ellos consideraban que el paciente no tenía más Covid-19 después de 14 o de 21 días. Entonces si morían, era de otra cosa cuando realmente morían de complicaciones generadas por la Covid-19», explicó Costa.
La comisión investigadora postergó hasta octubre la conclusión del informe, que incluirá una acusación por corrupción contra Bolsonaro por el escándalo de la frustrada compra con sobreprecios de vacunas indias de Covaxin.
La profesora de Derecho Penal de la Universidad Federal de Río de Janeiro Luciana Boiteux, opositora a Bolsonaro, resumió el shock que generó el caso los experimentos ilegales.
«Es increíble que Prevent Senior use como conejillos de indias de remedios sin eficacia a sus clientes adultos mayores», sostuvo y agregó recordando al médico criminal nazi que escapó tras la derrota del Eje en la Segunda Guerra Mundial hacia Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil: «Josef Mengele estaría orgulloso de esa empresa.»
Mengele murió ahogado en 1979 en la playa Enseada de Bertioga, una playa del litoral de San Pablo, y hoy sus huesos forman parte de las clases prácticas de la escuela de medicina de la Universidad de Sao Paulo (USP).
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