Miles de policías, soldados y funcionarios británicos hacían este domingo los preparativos finales para lo que se espera sea un impactante funeral de Estado de la reina Isabel II, que también será la mayor reunión de líderes mundiales en muchos años.
El presidente estadounidense, Joe Biden, y otros dignatarios comenzaron a llegar a Londres, capital del Reino Unido, para el funeral, al que fueron invitados unos 500 miembros de la realeza, jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo.
Miles de personas continuaban haciendo fila durante todo el día para pasar frente al féretro de la reina en el edificio del Parlamento, desafiando muy bajas temperaturas y una espera de hasta 17 horas.
Los ocho nietos de la reina, encabezados por el heredero al trono, el rey Carlos III, estuvieron la noche del sábado de pie alrededor del ataúd con la cabeza gacha durante una silenciosa vigilia.
Se espera que este domingo por la tarde ya no se admitan más personas en la larga cola para que todos puedan pasar frente el féretro antes de mañana a la mañana, cuando será llevado a carruaje a la Abadía de Westminster para los funerales de la reina.
A última hora de este domingo se realizará un minuto de silencio nacional para recordar a la reina, quien murió el 8 de septiembre pasado a los 96 años luego de reinar durante 70.
Este lunes será feriado en el Reino Unido, y el funeral será transmitido a una enorme audiencia televisiva y proyectado a las multitudes en parques y espacios públicos de todo el país.
La trascendencia de la monarca que más tiempo reinó el Reino Unido se evidencia en la lista de asistentes a unas exequias como no se veían en Londres desde la muerte, en 1965, de Winston Churchill, que lideró al país durante la Segunda Guerra Mundial.
Su nuera, la reina consorte Camila, destacó que Isabel II fue «una mujer solitaria» en un mundo de hombres, en un mensaje que dirigirá a la nación poco antes del minuto de silencio a las 20 (las 16 en Argentina), y del que se difundió un extracto.
«No había mujeres primeras ministras ni presidentas. Ella era la única, así que creo que se forjó su propio papel», dirá la esposa del rey, que nunca olvidará, según afirmó, los «maravillosos ojos azules» de la reina.
Biden y sus pares de Francia, Emmanuel Macron, y Brasil, Jair Bolsonaro, los monarcas de España, Suecia, Noruega, Luxemburgo, Mónaco, Bélgica u Holanda, o el emperador japonés Naruhito, están entre los invitados al funeral en la Abadía de Westminster.
Algunos ya están en la capital británica, como Biden, llegado en la noche junto a su esposa Jill, o el primer ministro canadiense Justin Trudeau, que se reunió ayer con el rey Carlos III y otros representantes de la Commonwealth.
La concentración de tantos mandatarios, y el funeral en general, suponen un reto de seguridad «mayor que los Juegos Olímpicos de Londres de 2012», dijo a la prensa el subcomisario adjunto de Scotland Yard, Stuart Cundy.
Los dirigentes participarán por la tarde en una recepción ofrecida por Carlos III en el Palacio de Buckingham.
En ella probablemente coincidirán Felipe VI de España y su padre, Juan Carlos I, una estampa inédita desde que este se instaló en los Emiratos Árabes Unidos en 2020 tras trascender que se estaba investigando el origen de su fortuna.
Los funerales arrancarán con el traslado del féretro de la reina desde la capilla ardiente instalada en el Parlamento británico, en la sala Westminster, a la cercana abadía del mismo nombre.
A las 11 (las 7 de Argentina) empezará el servicio fúnebre oficiado por el deán de Westminster, David Hoyle, y con un sermón de Justin Welby, líder de la Iglesia Anglicana, de la que el rey de Inglaterra es cabeza desde la ruptura con el Vaticano en el siglo XVI.
Tras el servicio, el féretro de Isabel II recorrerá en un afuste tirado por marineros las calles de Londres hasta el arco de Wellington, en Hyde Park Corner, en un cortejo en el que se esperan 1 millón de personas.
Desde allí saldrá en coche hasta el castillo de Windsor, a unos 30 kilómetros, donde tendrá lugar un nuevo servicio fúnebre, más familiar, y su entierro, ya en privado.
Desde el sábado, 48 horas antes del cortejo, las primeras personas empezaron a apostarse en las calles del recorrido.
«La noche ha sido fría pero vale la pena», explicó Carole Budd, una profesora de escuela de 65 años, situada cerca de Westminster, informo la agencia de noticias AFP.
La Abadía de Westminster tiene capacidad para 2.200 personas. Por parte británica, estarán presentes la familia real, la primera ministra Liz Truss, antiguos primeros ministros y otras personalidades.
También asistirán unas 200 personas condecoradas por la reina en junio de este año, entre las que se encuentra el personal sanitario que participó en la respuesta a la pandemia de Covid-19.
Fuente: Télam
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