Parecen imágenes tomadas al inicio de la pandemia del Covid-19, pero no lo son. Decenas de pacientes mayores tiritan de frío a pesar de estar arropados con frazadas y mantas térmicas en camas instaladas frente al hospital de uno de los lugares más pobres de Hong Kong, en donde el sistema sanitario, casi en jaque, intenta combatir con los recursos que tiene, una nueva oleada de coronavirus, debido a la oleada de la variante ómicron.
Antes de este brote de Covid-19, los contagiados eran tratados en salas de aislamiento especiales para pacientes con coronavirus, mientras que sus contactos estrechos debían ser derivados a campamentos de cuarentena. Ante la contingencia, las carpas instaladas afuera del hospital estaban hechas para una sola persona, pero desde este miércoles, se han atiborrado de familias completas.
La variante ómicron no ha dado respiro a Hong Kong. Derribó su ambiciosa estrategia contra el Covid-19, y encontró a las autoridades sin un plan preparado para enfrentar una nueva ola de contagios. De hecho este miércoles se registraron 4285 nuevos contagios, en una ciudad de 7,5 millones de personas. Hoy fueron 6116, una cifra récord en pandemia,. Antes de este brote, solo se habían detectado en total, un poco más de 12.000 casos.
“Algunos de mis colegas dicen que estamos en modo de guerra”, comentó David Chan, un enfermero de emergencia en Caritas, quien también preside la Alianza de Empleados de la Autoridad de Hospitales de Hong Kong. “Nos preocupa que las condiciones de los pacientes empeoren con los días”, dijo a AFP, mientras señalaba que otra de sus preocupaciones es el pronóstico de lluvia que amenaza por estos días a la ciudad; podría encontrar a sus pacientes en la calle.
Como China, Hong Kong ha tenido una estricta estrategia de cero Covid, que logró buenos resultados por un tiempo prolongado, pero que dejó aislados a sus habitantes del resto del mundo. Por ahora los expertos tienen alarmantes proyecciones: en marzo se podrían alcanzar hasta los 28.000 casos diarios, siendo los ancianos los más vulnerables, ya que han sido la población más reticente a las vacunas. Solo 43% de personas de 70 a 79 años y 26% de más de 80 años se han inmunizado.
El gobierno la semana pasada dijo a los ciudadanos que quienes tenían síntomas podían aislarse en sus hogares, pero ya para este miércoles, había 12.000 personas esperando a ser internadas a propósito de contagio por Covid-19.
“Es tan doloroso que hemos trabajado sin parar y ni así hemos podido atender adecuadamente a cada paciente”, admitió Chan, admitiendo que la crisis supera a la que enfrentaron al inicio de la pandemia. “Dos años después, esperábamos que la Autoridad de Hospitales tuviera mejores planes, pero resulta que no los tiene”, reclamó.
Por ahora el gobierno instaló clínicas temporales para asistir a los pacientes, mientras planea la construcción de un hospital de campaña. También podrían utilizar alrededor de 3.000 apartamentos desocupados para atenderlos.
En el estacionamiento de Caritas, siguen llegando personas que necesitan de asistencia médica. Una madre preocupada , toma a su niña de dos años mientras esperan afuera, en el frío.”Llamé a las líneas (gubernamentales del Covid-19) pero ninguna me atendió”, contó a AFP la mujer de apellido Chau, luego de darse cuenta de que su hija tiene fiebre. Pero no salió como esperaba, comenta. “No tienen salas disponibles, así que nos toca volver a casa”, lamentó Chau.
La jefa del gobierno local, Carrie Lam, descartó el martes un confinamiento total en la ciudad, aunque ayer, diarios controlados por Pekín publicaron una orden del presidente Xi Jinping para que Hong Kong tome “todas las medidas necesarias” para controlar el brote, que tiene a los hospitales al borde del colapso.
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