La expresidenta de Brasil Dilma Rousseff (2011-2016) afirmó este martes a Télam que el presidente Jair Bolsonaro desgasta la imagen de la compañía petrolera estatal Petrobras para intentar privatizarla.
En declaraciones a Télam, Rousseff, quien también fue ministra de Minas y Energía, comentó la decisión de Bolsonaro de retirar en menos de un año a su segundo presidente de Petrobras, el general retirado Joaquim Silva e Luna, y reemplazarlo por el empresario Adriano Pires, representante del sector privado de la industria de gas y petrolero de Río de Janeiro.
“El presidente culpa a Petrobras por el precio del combustible porque nunca se hace cargo de sus actos. Pero también porque quiere desgastar ante el pueblo la imagen de la empresa Petrobras para poder privatizarla, algo que no va a lograr”, dijo Rousseff, quien participó en el encuentro internacional del Grupo de Puebla, en Río de Janeiro.
La exministra dijo que el precio de los combustibles estará en el centro de la campaña electoral de su expadrino político, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el favorito a derrotar a Bolsonaro en las elecciones de octubre próximo, según las encuestas.
“El cambio de Petrobras es un paso más en el proceso destructivo hacia Petrobras. El presidente que no acepta su cargo como presidente pone responsabilidad sobre Petrobras como si Petrobras no fuera dirigida por una dirección nombrada por él, con un Consejo de administración nombrado por él mayoritariamente”, afirmó.
Bolsonaro se quejó de que Petrobras aplica la política de precios internacionales en el mercado interno implementada tras la caída de Rousseff.
“Cuando yo salí del gobierno el litro estaba 2,95 reales y se quejaban porque se intervenía en el mercado y hoy está a 8. Lo más absurdo es el gasoil, que influye en toda las actividades económicas. Tenemos el precio de la garrafa, que llegó a los 150 reales”, afirmó la ex mandataria destituida en juicio político en 2016, impulsado por el grupo de su exvicepresidente, Michel Temer.
Rousseff afirmó que “imponer el precio internacional importado es sacarle del bolsillo valores abusivos al pueblo”.
La exmandataria se sumó así a la línea de Lula, quien prometió nacionalizar los precios de los combustibles en caso de retornar a la presidencia el 1 de enero de 2023.
El expresidente Lula también estuvo en Río de Janeiro, en un hotel con el sindicato de petroleros, donde denunció que el mercado financiero, los accionistas internacionales y el bolsonarismo buscan “crucificar” a la compañía petrolera estatal de capital abierto.
El portal de noticias UOL informó este martes en base a fuentes del gobierno que Bolsonaro le dio vía libre al nuevo presidente de la empresa, que deberá asumir el 13 de abril, para iniciar el proceso de privatización en la mayor compañía del país, fundada en 1953 por el entonces presidente Getulio Vargas con la histórica campaña “el Petróleo es nuestro”.
El gobierno de Bolsonaro, así como el de Michel Temer, llevaron a cabo políticas de desinversión en la empresa estatal que resultaron en la venta de refinerías y la privatización de la subsidiaria BR distribuidora, que era la mayor red de estaciones de servicio del país.
La empresa tuvo en 2021 las mayores ganancias de su historia, que fueron repartidas entre los accionistas internacionales, tras la aplicación de los ajustes de precios en moneda extranjera.
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