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Rusia insiste en un debate internacional, tras acusación de la matanza de civiles en Bucha

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El canciller ruso, Serguei Lavrov, calificó este lunes como un «montaje» las denuncias contra su país por la matanza de civiles en Bucha, a las afueras de Kiev, y advirtió que el episodio supone una amenaza directa a la paz y la seguridad internacionales.

«Hemos solicitado una reunión urgente del Consejo de Seguridad (de la ONU) sobre el asunto en cuestión porque interpretamos esas provocaciones como una amenaza directa a la paz y la seguridad internacionales», dijo Lavrov al reunirse con Martin Griffiths, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y coordinador del Socorro de Emergencia de las Naciones Unidas.

El jefe de la diplomacia rusa dijo que las imágenes que circulan estos días en los medios internacionales son «otro ataque con noticias falsas», según informó la agencia de noticias rusa Sputnik.

«El 30 de marzo los militares rusos abandonaron esta ciudad, el 31 de marzo el alcalde declaró solemnemente que todo estaba bien, y al cabo de dos días vimos esa escenificación callejera que están intentando explotar en contra de Rusia», afirmó.

El domingo, Rusia solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU celebrar este lunes una reunión sobre lo que su representante permanente adjunto, Dmitri Polianski, calificó de «flagrante provocación de los radicales ucranianos en Bucha», pero el Reino Unido, que ejerce la presidencia pro-témpore del consejo , denegó esa convocatoria.

Previamente, el portavoz de la Presidencia de Rusia, Dmitri Peskov, había rechazado también la implicancia de militares de su país en asesinatos de civiles ucranianos en Bucha, tras lo profusa circulación de videos y fotos de centenares de cadáveres diseminados por las calles, algunos con las manos atadas.

«Rechazamos de plano todas las acusaciones, dijo Peskov a los periodistas.

«Habría que cuestionar seriamente esa información (…) Mucho en esos videos no es de fiar, los expertos de nuestro Ministerio de Defensa han detectado los indicios de montaje en esos videos», indicó, citado por la agencia de noticias Sputnik.

Peskov también señaló que, a partir de la nueva situación planteada tras la difusión de las imágenes de Bucha, no tiene ningún comentario sobre el futuro de las negociaciones entre Rusia y Ucrania.

«Por el momento no comentamos de ninguna manera eso. No tengo información, por el momento, sobre el calendario futuro de las negociaciones», dijo Peskov.

El representante del Kremlin reconoció la gravedad de las muertes en Bucha, pero pidió no sacar conclusiones precipitadas.

Cadveres en las calles de Bucha Foto AFP
Cadáveres en las calles de Bucha. Foto: AFP

«Se trata de una situación grave, sin duda. Pediríamos a todos, especialmente numerosos líderes internacionales, que eviten declaraciones precipitadas y acusaciones gratuitas, que soliciten información de diversas fuentes y, como mínimo, hagan caso de nuestros argumentos», insistió.

El Ministerio de Defensa ruso calificó las fotos y videos publicados de «una nueva provocación», al asegurar que durante la estancia de los militares rusos en la ciudad «ningún civil local sufrió agresión alguna».

La cartera castrense apuntó que «el 31 de marzo el alcalde de Bucha, Anatoli Fedoruk, en su videomensaje confirmó la ausencia de militares rusos, pero no mencionó ningún habitante local asesinado a tiros con las manos atadas».

«Así que no es sorprendente que las llamadas ‘evidencias de los crímenes’ en Bucha aparecieran cuatro días después, cuando a la ciudad llegaron los empleados del SBU (Servicio de Seguridad de Ucrania) y representantes de la televisión ucraniana», subrayó el ministerio.

«Los suburbios del sur de la localidad, incluidos los barrios residenciales, fueron bombardeados las 24 horas por militares ucranianos con artillería de gran calibre, tanques y sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple»

A la vez, indicó que «los suburbios del sur de la localidad, incluidos los barrios residenciales, fueron bombardeados las 24 horas por militares ucranianos con artillería de gran calibre, tanques y sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple».

El jefe del Comité de Investigación de Rusia, Alexandr Bastrikin, ordenó estudiar las fotos y videos, y señaló que «según la información disponible» fueron difundidos para «tergiversar la imagen de los militares rusos», reprodujo Sputnik.

Bastrikin ordenó además que se tomarán medidas para «identificar a las implicados en esta farsa, así como evaluar sus acciones desde el punto de vista legal, en virtud del código penal basado en el artículo Difusión pública de información deliberadamente falsa sobre las Fuerzas Armadas de Rusia».

La difusión de las imágenes disparó más rechazos públicos de parte de gobiernos occidentales.

Usuarios de redes sociales que vieron los videos cuestionaron su veracidad y señalaron que en las imágenes, cerca de los cuerpos no hay sangre, y llamaron la atención sobre los brazaletes blancos que algunos de los muertos llevaban puestos, que son utilizados por los milicianos del Donbass, la zona rusoparlante que reclama su independencia y que según Moscú fue combatida de manera criminal por el gobierno de Kiev, aún cuando se encuentra en su propio territorio.

Los usuarios también notaron que los «muertos» de pronto comienzan a mover los brazos, y en el espejo retrovisor del automóvil del camarógrafo se observa como que uno de esos supuestos asesinados cambia de posición apenas un automóvil pasa de largo.

La guerra

El 24 de febrero pasado, hace 40 días, Rusia lanzó una ofensiva militar en Ucrania bajo la justificación de que el Gobierno de Kiev venía cometiendo crímenes contra los habitantes de dos provincias de la región del Donbass a las que, previamente, Moscú había reconocido como Estados independientes.

El reclamo del Kremlin incluye la violación por parte de Ucrania de los Acuerdos de Paz de Minsk, de 2014 y 2015, que obligaban a Kiev a darle a esas dos ciudades -Lugansk y Donetsk, que en sendos referendos votaron por separarse de Ucrania- autonomía y posibilidades de elegir sus propias autoridades regionales.

Ucrania, en cambio, afirma que con la operación militar Rusia pretende arrasar con la cultura y la historia ucraniana, y derrocar al presidente Volodomir Zelenski para promover que llegue al poder un dirigente cercano a Moscú.