Sidney, la ciudad más poblada de Australia, obligará desde esta noche a usar mascarilla en algunos lugares cerrados, tras la detección de siete casos de transmisión local de coronavirus después de la aparición de varios brotes en la ciudad y sus alrededores.
Tras la detección de los primeros brotes, se impuso un límite de cinco visitantes en cada casa para la cena de fin de año en la zona del norte, la más afectada, mientras que las restricciones se relajaron en el sur.
Aunque la mascarilla obligatoria entra en vigor esta medianoche, no será verdaderamente así hasta este lunes cuando comenzarán las sanciones por no usarlas.
La multa por no llevar mascarilla es de 200 dólares australianos (más de 13.000 pesos argentinos). Los lugares donde deberá usarse incluyen centros comerciales, transporte público, lugares de entretenimiento, hoteles y peluquerías.
Mientras tanto, la Ópera de Sidney se prepara para reabrir sus puertas al público por primera vez desde marzo. La capacidad del lugar quedará limitada al 75% para evitar amontonamientos de gente y el uso de la mascarilla será obligatorio.
«Regresar al teatro fue un momento muy emotivo para todos los participantes», dijo Lyndon Terracini, director artístico del lugar, a la agencia de noticias AFP. «Creo que a lo largo de este año, otros teatros de ópera abrirán muy pronto y la gente volverá al teatro con un sentido de esperanza», agregó.
Australia registró más de 28.400 casos de coronavirus desde el inicio de la pandemia y 909 muertes en una población de aproximadamente 25 millones. Tras el brote en Sidney, varios estados de Australia cerraron las fronteras internas para evitar su propagación.
Otro brote de similar tamaño se detectó en Melbourne, donde se registraron diez nuevos casos.
Fuente Agencia Télam
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