El impuesto a las Ganancias sigue en el centro de la escena. El oficialismo logró alcanzar la media sanción al proyecto que plantea la reforma del Impuesto. Mientras los libertarios de Javier Milei y la Izquierda acompañaron la modificación, Juntos por el Cambio rechazó la iniciativa. Así votó cada uno de los diputados.
En ese marco, el economista Mariano Parnás expresó «Más que una cuestión moral creo que hay que mirar empíricamente que es lo que pasa en los países más desarrollados del mundo. Ellos tienen una estructura tributaria dónde el impuesto que más recauda es impuesto a las ganancias. Tanto las personas físicas como jurídicas».
«En segundo lugar viene IVA, en Argentina está invertida esa cuestión. El IVA impacta en los sectores de menores ingresos y el impuesto a las ganancias ya era bajo en cuanto a la recaudación y es el que paga la persona de mayor ingreso. La idea del sistema tributario es que sea progresivo, es decir que el que más tenga, más pague».
«Hay una confusión por ahí desde la izquierda y también apropiada por Massa que dicen que el salario no es ganancia, pero es una cuestión de nombre nada más. En todo el mundo se llama impuesto a los ingresos, no importa si el ingreso proviene del capital o del trabajo. Si es muy alto empieza a pagar un porcentaje y ese porcentaje ya depende de los acuerdos internos». «Que los trabajadores de grandes ingresos tributen ganancias, es lo habitual. Los trabajadores que pagan ganancia son una minúscula parte».
Al ser consultado sobre si esta medida podría generar una hiperinflación, Parnás dijo: «Hay que ver un poco hacia atrás. Hay que mirar las políticas post PASO que están generando una tremenda bomba para el próximo gobierno. Se devaluó la moneda y se dejó quieto el tipo de cambio oficial, con una una inflación creciente y eso va a provocar que cerca de las elecciones se tenga que generar otro salto cambiario importante».
«Esos saltos son peligrosos en términos de aceleración de inflación y si además le sumamos un aumento de gasto público en un contexto de déficit fiscal importante, no sirve porque necesitamos todo lo contrario. En América Latina de todos los planes anti-inflacionarios que se aplicaron, solo funcionaron un 20%».
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