[Audio] Salida del cepo: dólar oficial, blue y tarjeta en un mercado en transición

El presidente Javier Milei anunció este lunes la eliminación de las restricciones cambiarias conocidas como «cepo», permitiendo a los argentinos comprar dólares libremente, sin topes ni impuestos, a través de los sitios web de los bancos. Esta medida marca un cambio radical en una nación donde, durante décadas, los ciudadanos han recurrido al dólar para proteger sus ahorros frente a la persistente inflación.
Hasta ahora, los argentinos enfrentaban un límite de compra de US$200 mensuales en el mercado oficial, con estrictas regulaciones que dificultaban el acceso a la moneda estadounidense. Además, quienes lograban adquirir dólares debían pagar impuestos adicionales. La liberalización también permitirá a las empresas enviar al exterior sus utilidades generadas a partir de 2025, una medida que busca fomentar la inversión.

El analista económico Castor López explicó que esta apertura es parte de un proceso de convergencia cambiaria: «Estábamos con una devaluación del peso del 1% mensual, y ahora pasamos a un sistema de bandas. La banda inferior está en $1000 y la superior en $1400, con una pendiente del 1% mensual. A fin de año, la banda superior llegará a $1500 y la inferior a $900». Según López, el gobierno intervendrá comprando dólares si el tipo de cambio se acerca a $1000 y vendiendo si alcanza los $1400, buscando estabilizar el mercado.

¿Por qué persiste el dólar blue?

A pesar de la apertura, el dólar blue, que opera en el mercado informal, sigue vigente. López señaló que esto se debe a la gran economía informal de Argentina, que representa cerca de la mitad de la actividad económica del país. «Es un mercado no bancarizado, donde las transacciones no se registran. Por eso el dólar blue sigue existiendo», afirmó.

Dólar tarjeta y convergencia cambiaria

El dólar tarjeta, utilizado para gastos en el exterior, incluye un impuesto adicional sobre el tipo de cambio de mercado. Mientras tanto, el dólar oficial, que estaba en $1100, converge hacia $1250, y el dólar para operaciones comerciales y financieras, que llegó a $1400, se acerca a $1200. Según López, este proceso no implica una apertura total e inmediata, sino una transición gradual: «No es simplemente abrir un candado y listo».

Esta medida, que busca normalizar el acceso a divisas y reducir la brecha cambiaria, genera expectativas y desafíos en un país acostumbrado a lidiar con la inflación y la incertidumbre económica.