Por Ed Holt – IPS
El periodismo afronta una creciente represión a un año de estallar la pandemia de covid-19, ya que los gobiernos de todo el mundo restringen el acceso a la información y amordazan la cobertura crítica, según advirtieron los medios de comunicación y los organismos de control de los derechos de sus profesionales.
Los regímenes autoritarios han utilizado la nueva legislación y la ya existente para atacar, intimidar y encarcelar a los periodistas con el pretexto de actuar para proteger la salud pública, aducen, y se teme que es poco probable que la situación mejore en muchos países cuando la pandemia termine.
“Los dictadores y los líderes autoritarios se aprovecharon de la cobertura de covid para reprimir los reportes y las críticas independientes. Algunos, en lugar de luchar contra el virus, centraron su atención en luchar contra los medios de comunicación”, aseguró Rob Mahoney, subdirector ejecutivo del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, en inglés),
En entrevista con IPS, puntualizó que “países desde Camboya hasta Rusia, Egipto o Brasil buscaron desviar la atención de sus fracasos para lidiar con la crisis de salud intimidando o encarcelando a periodistas».
“Los periodistas seguirán produciendo informaciones independientes incluso en las circunstancias más hostiles. Esa es su misión. Se puede tener periodismo independiente sin democracia, pero no puede haber democracia sin un periodismo independiente”: Rob Mahoney.
Los últimos meses han registrado una gran cantidad de informes que destacan cómo la libertad de expresión y de prensa en muchos lugares se ha visto restringida durante la pandemia.
En febrero, Human Rights Watch publicó el informe “La covid-19 desencadena una ola de abuso de la libertad de expresión”, que muestra cómo más de 80 gobiernos habían utilizado la pandemia para justificar violaciones de los derechos a la libertad de expresión y reunión pacífica.
La organización defensora de los derechos humanos determinó que esas violaciones afectaron específicamente a los periodistas a medida que las autoridades atacaban, detenían, procesaban y, en algunos casos, asesinaban a críticos, y cerraban medios de comunicación, a la vez que promulgaban leyes a propósito redactadas con vaguedad, que criminalizaban el discurso que, según ellos, amenaza la salud pública.
En abril, el Instituto Internacional de Prensa (IPI, en inglés), conformado en su mayoría por directivos de medios impresos de unos 120 países, publicó un informe que mostraba una imagen igualmente sombría y detallaba el abuso físico y verbal contra periodistas que informan sobre la covid en todo el mundo.
Y hace apenas unos días, el 20 de abril, Reporteros sin Fronteras (RSF) sostuvo que el periodismo estaba restringido parcial o completamente en dos tercios del mundo.
La organización de defensa de los derechos de los periodistas advirtió que los regímenes autoritarios habían utilizado la pandemia para «perfeccionar sus métodos de control totalitario de la información» y como pretexto para imponer «una legislación especialmente represiva con disposiciones que combinan la propaganda con la supresión de la disidencia».
También destacó cómo algunos habían desarrollado una legislación para criminalizar la publicación de «noticias falsas» relacionadas con la información sobre el coronavirus y, de hecho, utilizaron la covid como como pretexto para profundizar la censura y la vigilancia existentes en Internet.
En algunos países, las autoridades habían prohibido la publicación de cifras no oficiales sobre la pandemia y arrestado a personas por difundir otras cifras. En otros, como Tanzania, incluso llegaron a imponer un completo bloqueo de información sobre la pandemia, señaló RSF.
Los problemas no se limitan a una sola zona del mundo, según los informes de las diferentes organizaciones. Sin embargo, algunas de las restricciones más severas se han observado en las regiones del Sur en desarrollo.
Los periodistas en estas regiones dicen que han observado un deterioro en la libertad de prensa durante el último año.
El corresponsal de IPS y periodista galardonado en Uganda, Michael Wambi, dijo que el gobierno había utilizado las restricciones pandémicas introducidas para toda la población para restringir deliberadamente los informes de los periodistas.
En enero se llevaron a cabo elecciones presidenciales en el país y, según Wambi, hubo “ataques selectivos contra periodistas en un esfuerzo por evitar que den cobertura a los principales candidatos de la oposición” en el período previo a ellos.
Los periodistas fueron atacados violentamente por la policía en los eventos y luego la policía acusó a los reporteros de violar las restricciones de covid al asistir a ellos.
Wambi dijo que el jefe de policía de Uganda, Martin Okoth Ochola, bromeó sobre la situación.
“Bromeó con los periodistas diciendo que “las fuerzas de seguridad seguirían golpeándolos para mantenerlos fuera de cualquier peligro (para su propia salud)”, comentó Wambi.
Stella Paul, periodista galardonada de IPS en India, que RSF describe como uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas, dijo a IPS: «En India, las restricciones de covid se utilizaron básicamente como una excusa para intimidar a los periodistas».
Los grupos a favor de la libertad de prensa dicen que el gobierno indio se ha aprovechado de la crisis del coronavirus para aumentar su control de la cobertura de noticias, utilizando acciones legales contra los periodistas que brindan información sobre la pandemia que difiere de la posición oficial.
Al comienzo de la pandemia, el gobierno inició una serie de causas legales contra periodistas por informaciones sobre los efectos del confinamiento impuesto por el gobierno sobre los trabajadores migrantes, mientras que un editor de un portal de noticias local fue arrestado y acusado de sedición por escribir sobre un posible cambio de liderazgo en un estado tras un aumento en los casos de coronavirus.
“El año pasado hubo muchos periodistas detenidos mientras intentaban informar la verdad sobre la pandemia, para obtener información precisa y descubrir cosas”, sostuvo Paul.
Paul, quien además de escribir para IPS coopera con otras publicaciones informativas de Asia, dice que la situación de los medios independientes en la mayoría del resto de la región es igualmente peligrosa.
“Lo mismo sucede en muchos otros países. Lo que hemos visto durante la covid es que muchos periodistas, no solo en India, se preguntan qué pasará si informo sobre algo. ¿Terminaré en la cárcel? Tienen miedo de ser arrestados”, señaló.
Un país donde la libertad de prensa se considera particularmente restringida es Bangladesh. Se ubicó en la posición 152 de 182 en el Índice de Libertad de Prensa de 2021 de RSF.
El grupo dijo que en ese país había habido «un aumento alarmante de la violencia policial y civil contra los periodistas» durante la pandemia y que muchos fueron arrestados y procesados por informar al respecto.
Esto ha sido facilitado por la Ley de Seguridad Digital, conocida como DSA y aprobada en 2018, según la cual la «propaganda negativa» puede conducir a una sentencia de cárcel de 14 años, dicen los periodistas locales.
La DSA estuvo en el centro de la controvertida muerte bajo custodia policial de un escritor y comentarista de Bangladesh a principios de este año.
Mushtaq Ahmed, quien fue detenido en virtud de la DSA en mayo de 2020 por supuestamente publicar en Facebook críticas a la respuesta del gobierno ante la covid, murió bajo custodia policial en febrero.
Una investigación oficial halló que murió por causas naturales, pero otros que estaban en prisión con él en ese momento afirmaron que fue torturado y algunos sospechan que murió por las heridas sufridas durante su encarcelamiento.
Pocos periodistas locales estaban dispuestos a hablar sobre sus experiencias de trabajo en el país, pero uno, que habló bajo condición de anonimato, dijo que el arresto y la muerte de Ahmed habían tenido un profundo efecto en los medios.
“Después de lo que le sucedió a Mushtaq Ahmed, inmediatamente muchos periodistas se mostraron menos dispuestos a cuestionar cualquier cosa que el gobierno dijera sobre la pandemia de coronavirus”, dijo el periodista a IPS.
“La DSA se está utilizando para acosar a los periodistas; muchos han sido arrestados en virtud de la ley después de publicar noticias críticas a las autoridades”.
“Hacer reportajes bajo la DSA es el principal desafío para los periodistas en Bangladesh en este momento. Los medios de comunicación utilizan la autocensura para evitar el acoso en virtud de la DSA. Si alguien ve una sola noticia que no le favorezca, puede usar la DSA para iniciar acciones legales contra el reportero y el editor”, agregó el periodista.
Pero si bien la pandemia de covid indudablemente ha permitido a los gobiernos tomar medidas enérgicas contra los medios críticos, no hay garantía de que la situación mejore una vez que termine la pandemia, dicen los organismos de control de la libertad de prensa.
Scott Griffen, subdirector del IPI, dijo a IPS: “¿Quién decidirá cuando termina la pandemia? Los gobiernos para quienes la pandemia es una herramienta útil para reprimir las libertades civiles pueden verse tentados a mantener un estado de emergencia de alguna forma, incluso después de que termine la amenaza inmediata a la salud».
Añadió que también se temía que las medidas introducidas durante la pandemia no se rescindieran en absoluto.
“Las secuelas de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos trajeron consigo nuevas medidas antiterroristas que incluyen retrocesos sin precedentes de las libertades civiles. Países de todo el mundo han utilizado leyes antiterroristas para reprimir el discurso crítico», sostuvo el subdirector del IPI.
Del mismo modo, se preocupó, «tememos que las leyes de emergencia introducidas durante la pandemia de coronavirus puedan convertirse en parte del marco legal permanente en algunos Estados, sin mencionar una cultura de seguimiento y vigilancia de los ciudadanos que es muy poco probable que se revierta»
«Esto tiene profundas implicaciones para la privacidad de los periodistas y su capacidad para proteger sus fuentes”, subrayó Griffen.
Sin embargo, a pesar de las sombrías perspectivas de la libertad de prensa en muchos estados a medida que la pandemia se prolonga, existe la esperanza de que los medios independientes continúen sin importar cuán severamente estén restringidos.
“Los periodistas seguirán produciendo informaciones independientes incluso en las circunstancias más hostiles. Esa es su misión. Se puede tener periodismo independiente sin democracia, pero no puede haber democracia sin un periodismo independiente”, sentenció Mahoney, del CPJ, a IPS.
Gentileza de Other News
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