Por RT
La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, se ha dirigido, este miércoles, a los «medios de desinformación» de Estados Unidos y el Reino Unido, pidiendo que anuncien el horario de las «invasiones» rusas para 2022.
«Una petición a los medios de desinformación estadounidenses y británicos Bloomberg, The New York Times, The Sun, etc.: anuncien el horario de nuestras ‘invasiones’ para este año. Quisiéramos planificar las vacaciones», ha escrito Zajárova, en las redes sociales.
El pasado viernes, Bloomberg anunció la fecha de la «invasión» rusa contra Ucrania, fijándola para este martes 15 de febrero, citando «funcionarios familiarizados con el asunto». A principios del mes, el medio directamente anunció la supuesta invasión, al publicar por error el titular Rusia invade Ucrania, que fue retirado de la página web más de media hora después.
Mientras, el 4 de febrero, The New York Times había sugerido, citando «una evaluación del alto mando militar de Ucrania», que las tropas rusas «parecen estar en las fases finales de los preparativos para una acción militar» contra el país vecino.
Estos días, incluso, se ha dado a conocer la hora exacta de la eventual agresión rusa contra Ucrania: las 3:00 de la madrugada, hora de Kiev (1:00 GMT), de este miércoles 16 de febrero, según puntualmente informó The Sun. A falta del ataque del Kremlin, el tabloide británico introdujo cambios en su artículo, para aclarar que la noche transcurrió sin incidentes ni guerras.
«El cielo frío y despejado de la capital, Kiev, cuyos habitantes se habían preparado para un ataque aéreo, permaneció en silencio, salvo por el paso de los vuelos comerciales», constató el diario, para agregar que a la hora sugerida por las «fuentes de Inteligencia estadounidense» no pasó nada,»mientras Putin seguía manteniendo a Occidente en vilo».
Inicialmente, The Sun indicó las 3:00 de la madrugada como la hora «más probable de la orden de Putin» para atacar a Ucrania y afirmó que, según sus fuentes, Rusia «casi seguro» invadiría el país vecino «desde múltiples puntos», incluidos los flancos sureño, oriental y norte. La misma hora de la»invasión rusa», también, fue aventurada por otro tabloide británico, The Mirror.
El Kremlin aconseja poner las alarmas para no perder ninguna «invasión» suya
Ante estas informaciones, el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, aconsejó, de forma irónica, a los ucranianos que pongan sus alarmas para la hora ‘exacta’ vaticinada como el momento en que tendrá lugar una eventual invasión rusa.
«Será mejor que pongan sus alarmas para esa hora y lo vean por sí mismos», dijo Peskov a RIA Novosti, el martes, interpelado sobre si los ucranianos tienen que preocuparse esta jornada o pueden dormir tranquilamente.
El portavoz presidencial, también, confesó ante la prensa que Vladímir Putin «en ocasiones, incluso bromea, pidiendo que averigüen si publican la hora precisa» de la ‘agresión rusa’. Ahora que lo han hecho, sólo falta «el horario anual”, como señaló Zajárova.
Listos y alborotados: Rusia deja a EEUU y la OTAN a la espera de una guerra que nunca empezó
El presidente de EEUU, Joe Biden, que había predicho el inicio de las supuestas hostilidades por parte de Rusia en Ucrania para el 16 de febrero, se dirigió a los rusos en un discurso desde la Casa Blanca. El mandatario señaló que su país, la OTAN y Ucrania no ven a los rusos como enemigos y «no tienen intención de desestabilizar a Rusia».
«No amenazamos a los rusos y no queremos desestabilizar a Rusia. Hago un llamamiento a los ciudadanos de Rusia: no son nuestros enemigos. Y no creo que nadie quiera una guerra sangrienta y destructiva contra Ucrania, un país con el que se tienen lazos tan estrechos, historia y cultura compartidas. Hace 77 años, nuestros pueblos lucharon codo a codo para poner fin a la peor guerra de la Historia», dijo Biden, en su discurso.
La fecha de la supuesta invasión rusa a Ucrania señalada por varios medios occidentales llegó, pero sólo ahora los medios occidentales que gozaban de prestigio y alta credibilidad se empiezan a dar cuenta de que fueron parte de una noticia falsa propagada por ellos mismos y están empezando a dar explicaciones que, también, fueron exigidas por las autoridades rusas, para que se aclaren las acusaciones infundadas contra Moscú.
La agencia de noticias estadounidense Bloomberg señaló, el 15 de febrero como la fecha de la supuesta invasión rusa a Ucrania, basándose en fuentes anónimas y sin haber aportado ninguna prueba. Mientras que Politico informó que el presidente de EEUU, Joe Biden, había declarado el 16 de febrero como el día en que comenzaría la invasión de Rusia en Ucrania. Esta fecha habría sido difundida durante conversaciones con los líderes de los países occidentales, la UE y la OTAN. Varios funcionarios estadounidenses confirmaron esta declaración del Presidente.
El periódico británico The Sun fue más allá, publicando la hora y la fecha exactas de la supuesta invasión rusa. Según su información, la operación a gran escala comenzaría a primera hora de la mañana (4:00 hora de Moscú, 3:00 hora de Kiev) del 16 de febrero. Una información similar apareció en la publicación Mirror.
El presidente ruso, Vladimir Putin, incluso bromeó, varias veces, al leer los informes sobre la fecha del «ataque» de Rusia a Ucrania.
«Es difícil ser comprensivo; pero, a veces, incluso bromea, preguntando si se publica en algún sitio la hora exacta en la que empezará la guerra, porque, efectivamente, este tipo de locura informativa es prácticamente maníaca», señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov a la pregunta de un periodista sobre cómo se reacciona Putin ante el hecho de que Occidente difunda, periódicamente, fechas de la «invasión rusa».
En víspera de la controvertida fecha, Peskov, también, respondió con una broma a la pregunta de un periodista que le consultaba si los ucranianos deberían estar preocupados o si pueden dormir esa noche.
«Será mejor que pongan el despertador a esta hora y lo vean por sí mismos», fue su respuesta.
De Vietnam a Ucrania: EEUU miente para encender sus guerras
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha intervenido en muchas guerras en el extranjero. Sólo entre los años 1992 y 2017, acumula la asombrosa cifra de 188 intervenciones militares. Para hacer famosas estas guerras y persuadir a la opinión pública que las acepte, Estados Unidos, a menudo, miente y exagera sobre las»amenazas militares» de otros países, y las utiliza como excusa para atacar a territorios soberanos. En esto se basan las denominadas operaciones de bandera falsa.
A continuación, revisaremos algunos casos que evidencian cómo, a lo largo de su historia, Estados Unidos inventó incidentes que se convirtieron en pretextos para las guerras.
El falso ataque que desencadenó la agresión de EEUU a Vietnam
Un ejemplo destacado de las mentiras globales y deliberadas de Washington fue el complot del comienzo de la Guerra de Vietnam que, finalmente, se convirtió en una catástrofe nacional para EEUU. En agosto de 1964, el gobierno estadounidense afirmó que sus buques destructores habían sido atacados por torpederos de la República Democrática de Vietnam, mientras realizaban una misión de «estudio hidrográfico» en el Golfo de Tonkín. Esto condujo a la plena participación militar de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam.
Muchas décadas después de haber perdido el conflicto, en 2005, la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos publicó un informe en el que admitía que había una alta probabilidad de que no hubiera buques de guerra de Vietnam en las proximidades de las naves estadounidenses.
El precio de la mentira estadounidense sobre los acontecimientos en el Golfo de Tonkín fue una colosal pérdida de vidas. Vietnam perdió alrededor de 1,4 millones de combatientes, y otras dos millones de personas fueron víctimas civiles. Los estadounidenses perdieron 58 mil militares, mientras que unos 100 mil se suicidaron, posteriormente, dando el nombre al famoso Síndrome Vietnamita.
El caso de Nayirah y la Guerra del Golfo
En octubre de 1990, una joven kuwaití, Nayirah, se quejó, con lágrimas en los ojos, ante el Congreso de Estados Unidos, de haber visto cómo soldados iraquíes irrumpían en un hospital kuwaití a punta de pistola, sacaban a los bebés de sus incubadoras y los dejaban morir en el frío del suelo. Este testimonio reforzó la dimensión ‘humanitaria’ de la Guerra del Golfo de Estados Unidos.
Se cree que fue este discurso de Nayirah el que rompió la opinión pública estadounidense y otorgó una frágil preponderancia a los partidarios de la guerra contra Irak en el Senado, en enero de 1991. Sólo después de la guerra se reveló que toda esta historia sobre los bebés que morían en el suelo era una ficción orquestada por la empresa de marketing político Hill & Knowlton y que la joven “testigo”, hija del ex embajador de Kuwait en Estados Unidos, nunca estuvo en tal hospital.
Las mentiras de Powell sobre Irak en la ONU
En septiembre de 2002, un informe de los periodistas Michael Gordon y Judith Miller afirmó que Irak estaba «tratando de adquirir armas nucleares«, mediante la compra de «tubos de aluminio para centrifugadoras de enriquecimiento de uranio”. Este artículo fue citado por varios altos funcionarios de la administración Bush. El ex vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, el ex secretario de Estado, Colin Powell y otros utilizaron el tubo de aluminio mencionado en el informe para exagerar la amenaza de las armas nucleares y transmitir al mundo exterior que «Estados Unidos debe tomar medidas inmediatas». Medio año después, en marzo de 2003, Estados Unidos inició unilateralmente la Guerra de Irak, con el argumento de que Irak poseía armas de destrucción masiva y otras razones.
El 5 de febrero de 2003, un mes antes de la invasión, Colin Powell habló en el Consejo de Seguridad de la ONU, justificando la necesidad de iniciar una nueva guerra contra Irak. En su discurso, Powell sacó un tubo de ensayo de «sustancias desconocidas» como «evidencia», acusando a las «armas bioquímicas» de Irak de causar «enormes daños».
Hasta el final de la Guerra de Irak, Estados Unidos no encontró las llamadas «armas de destrucción masiva». En 2020, el entonces presidente Donald Trump expuso la gran mentira. Acusó a Powell, en las redes sociales, de ser «un hombre muy terco que arrastró a Estados Unidos a una desastrosa guerra en Oriente Medio […] ¿No dijo Powell que Irak tiene ‘armas de destrucción masiva’? Resultó que Irak no las tenía, pero lanzamos la guerra».
«Irán es una amenaza nuclear»
Estados Unidos trató de engañar al mundo entero con sus declaraciones sobre la amenaza nuclear de Irán. En 2018, el ex presidente Trump anunció su retiro del acuerdo nuclear con Irán, más precisamente, del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, sigla por su nombre en inglés), para resolver el problema del programa nuclear de Irán. También, dijo que firmaría de inmediato un documento sobre «sanciones del más alto nivel» contra Irán y se refirió al País como el principal patrocinador del terrorismo internacional. «Tenemos pruebas… de que el abandono del programa de armas nucleares por parte del régimen iraní fue falso», dijo el presidente estadounidense.
Sólo hay una potencia nuclear en Oriente Medio, y se trata de Israel, que no está sujeto a ningún control, ya que no se adhiere al Tratado de No Proliferación, al que sí se suscribió Irán. En medio de secretismos, se estima que la entidad sionista tiene un arsenal de 75 a 400 ojivas nucleares, más plutonio suficiente para construir cientos más. Israel, también, produce tritio, un gas radiactivo con el que fabrica armas nucleares de nueva generación.
La decisión de Trump de retirarse del JCPOA fue ilegal, ilegítima y socavó el sistema de acuerdos internacionales. Eso y el posterior asesinato del general Soleimani, ordenado por él mismo, estuvieron a punto de abrir el camino a la guerra. El ex secretario de Estado Mike Pompeo y, especialmente, el ex asistente de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton, fueron partidarios de enfoques radicales hacia Irán. Teherán respondió al asesinato de Soleimani no aceptando más los límites para el enriquecimiento de uranio previstos por el acuerdo firmado, en 2015, por los cinco miembros permanentes de la Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Francia, Reino Unido, Rusia, China), más Alemania.
Irán, aunque no tiene armas nucleares, tiene una capacidad de respuesta militar que otros países intervenidos por EEUU/OTAN no tenían al momento de ser atacados. De ahí que el gobierno estadounidense no haya podido evitar recibir un golpe adecuado a sus acciones, cuando Irán atacó exitosamente objetivos militares estadounidenses en respuesta al asesinato de Soleimani.
La realidad: Moscú es el último interesado en una guerra con Ucrania
En los últimos meses, se han escuchado declaraciones en Kiev y en Occidente sobre la amenaza de un ataque ruso a Ucrania. Los medios occidentales colaboran distorsionando, constantemente, los hechos sobre el supuesto ataque inminente, hablando de acumulación de tropas rusas (sin especificar que son fuerzas moviéndose en territorio ruso) y cultivando la rusofobia a nivel internacional. Entre las múltiples motivaciones para inventar ese escenario, está el de aumentar la tensión para interferir en el diálogo y la búsqueda de un terreno común entre Kiev y Moscú que tiene el objetivo de resolver el conflicto en Donbass.
Sin embargo, los intentos de presentar a Rusia de manera negativa debido a la situación en Ucrania se han vuelto demasiado obvios. El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en una sesión informativa para periodistas, dijo que los servicios especiales rusos planean filmar un video que simula ataque militar ucraniano en territorio ruso. Esta sería la justificación de la invasión rusa de Ucrania. Cuando un periodista insistió para que mostrara pruebas de esa acusación, Price terminó respondiendo: “La fuente de esto es la Inteligencia que desclasificamos”. Básicamente, invitó al periodista a confiar en el Gobierno, que mintió en todos los casos que revisamos anteriormente.
The New York Times ya había ‘informado’ que Rusia tenía esos planes, citando a funcionarios estadounidenses y fuentes de Inteligencia. Ninguna de las fuentes del medio proporcionó evidencias directas de que tal plan realmente exista ni explicaron exactamente cómo se enteraron de él.
Moscú ha rechazado, repetidamente, la idea de iniciar una guerra con Ucrania; tales declaraciones se utilizan como excusa para colocar tanto equipo militar de la OTAN como sea posible, cerca de las fronteras de la Federación Rusa. Así lo demuestran las armas estadounidenses y de la OTAN y los innumerables asesores que han inundado Ucrania y algunos otros Estados cercanos a las fronteras rusas. Washington, también, tiene presencia militar cerca de la costa rusa, lo que aumenta la tensión en la región del Mar Negro.
Estados Unidos ha inventado amenazas extranjeras y creado pánico durante décadas. Su fórmula de banderas falsas puede justificar, temporalmente, cualquier guerra a los ojos superficiales; pero, como lo demuestra la realidad, es imposible vivir de la mentira siempre.
Gentileza de Other News
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