José Luis Montenegro – The Independent en español
En medio de una fuerte represión, migrantes indocumentados lograron arribar a la Ciudad de México para orar en la Basílica de Guadalupe en el Día de la Virgen. Tras meses de travesía, cientos de centroamericanos exigen residencia permanente en el país, aunque no descartan seguir su camino hacia el territorio vecino del norte.
El pasado 12 de diciembre, al menos 300 migrantes –en su mayoría de Guatemala, El Salvador y Haití– arribaron a las inmediaciones de la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, en medio de un fuerte operativo policial que intentaba reprimir su llegada a este recinto para rezarle a la Virgen.
Elementos de la Policía y Guardia Nacional intentaron desviarlos hacia un albergue en la delegación Iztapalapa, al oriente de la capital mexicana. Luego del despliegue de decenas de uniformados, las autoridades informaron que “únicamente repelieron con su equipo de protección las agresiones hacia ellos”; sin embargo, las fuertes imágenes difundidas en redes sociales hablan por sí mismas.
En el mes de octubre, los migrantes abandonaron su país de origen e iniciaron su viaje desde Tapachula, en Chiapas, con la esperanza de una vida mejor. Al arribar a la Ciudad de México y luego de sufrir un fuerte operativo policial, los centroamericanos fueron resguardados en un albergue, donde les proveyeron vacunas contra la gripe y les aplicaron pruebas para detectar el covid-19.
Muchos de los migrantes que se establecieron en la capital azteca temporalmente, aseguraron que esperan que el Gobierno Federal les resuelva su situación migratoria lo antes posible y los haga residentes permanentes del país; aunque algunos de ellos no descartan seguir su camino hacia Estados Unidos para alcanzar el anhelado “sueño americano”.
Los viajeros revelaron que “migrar es un derecho humano” e, incluso, refieren que lo hacen “por necesidad”, ya que en su país no tienen las mismas oportunidades laborales como sí las hay en EE.UU. Otros migrantes refieren que tienen familia del otro lado de la frontera y que, dado el incremento de la violencia, prefieren estar seguros en un país que les garantice “un bienestar integral”.
Cabe mencionar que, el pasado viernes, murieron 55 migrantes tras la volcadura de un tráiler que transportaba a cientos de ellos. Las autoridades mexicanas aún investigan el caso que han catalogado como “tráfico de migrantes”. Algunas organizaciones no gubernamentales han culpado a las autoridades del incidente, aunque según testigos, aseguran que el camión viajaba a exceso de velocidad, cuando se descontroló y después se estrelló contra un muro de contención.
Los migrantes no solo se enfrentan a los riesgos que conlleva viajar en condiciones de hacinamiento en trenes, camiones e, inclusive, en lanchas o barcos improvisados. La fuerte ola delictiva que impera en el sureste de México ha provocado que cárteles como Los Zetas o la Familia Michoacana asedien a los migrantes, cobrándoles “derecho de tránsito” por persona, sin mencionar que son despojados del poco dinero y pertenencias que cargan consigo.
De acuerdo con cifras oficiales, desde que el presidente Joe Biden arribó a la Casa Blanca, México ha interceptado a 228.115 migrantes y ha efectuado la deportación de 82.627 personas. Esta cifra no se había registrado en al menos 15 años y comprende el periodo de enero a octubre de 2021.
Gentileza de Other News
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