Resuelto a insistir en la fórmula porteña, el Presidente se involucra personalmente en la campaña de la provincia de Buenos Aires. Desata nuevos castigos fiscales sobre 17 millones de habitantes. El justicialismo no reacciona. ¿Cómo defender a CFK? ¿Cómo crear y transmitir ideas? El mal ejemplo de Bahía Blanca y la imagen que viene de Nueva York, donde se perfila como candidato a alcalde un socialista musulmán de 33 años.
El jueves 26 de junio a la tarde Su Excelencia cambió de rutina. Esta vez no partió a la Miami de Trump ni a la Roma de Meloni. Tampoco a la Jersualén de Bibi. Modesto, el Presidente Javier Milei cruzó el Riachuelo y se llegó hasta Gonnet, en las afueras de La Plata, para cumplir un doble propósito: arrancar la campaña electoral en la provincia de Buenos Aires y construir, en Axel Kicillof, el nuevo gran enemigo. Algo así como un kuko kuka.
En el primer encuentro bonaerense de La Libertad Avanza Su Excelencia montó una caricatura al estilo de Jair Bolsonaro. El ultraderechista brasileño decía combatir contra el Diablo y contra el comunismo. Le fue bien contra Fernando Haddad en 2018 y mal contra Lula en 2022. Milei inventó su propia caricatura. Kicillof, para él, es “el soviético”. La Unión Soviética implosionó en 1991 y no hay constancia de que Kicillof añore al camarada Leonid Brezhnev. De hecho, en su oficina no tiene un retrato de Lenin sino un enorme cuadro de Juan Manuel de Rosas. Difícilmente se hayan conocido, porque cuando Rosas murió, en 1877, Lenin tenía sólo siete años. Es probable, además, que si Kicillof tuviera que elegir un europeo para su despacho no pondría a Nikita Serguéyevich Kruschev sino a John Maynard Keynes. Un inglés nada soviético.
Detrás de los habituales insultos de Su Excelencia y de su fijación anal-discursiva está el doble desafío de diluir lo más posible al PRO y polarizar con el peronismo o, como él lo llama para atraer votos peronistas, kirchnerismo. En Gonnet, inflamado, fue más lejos que lo habitual. Anunció que “los vamos a meter a todos presos”, una prerrogativa del Poder Judicial y no del Poder Ejecutivo que convendría tomar en serio en su boca, y recordó que CFK quedó presa durante su gobierno. Mensaje implícito: “Mauricio Macri y Javier Iguacel habrán inventado la causa Vialidad, pero el macho alfa soy yo”.
El cruce del Riachuelo es una de las postales de la semana.
Los dilemas de la campaña peronista
El viernes 27 a la tarde, el presidente del Partido Justicialista bonaerense, Máximo Kirchner, convocó a decenas de dirigentes nacionales del peronismo y de partidos aliados. La reunión fue en la sede del PJ nacional, en la calle Matheu. Allí los dirigentes recibieron material escrito sobre la situación de Cristina Fernández de Kirchner. Circuló también entre ellos una imagen que luego del encuentro fue transmitida en las redes. Sobre una foto de Cristina en el balcón de San José 1111 dice: “Campaña federal y permanente Argentina con Cristina. Es inocente, la queremos libre”. Y debajo de la foto se lee: “Sábado 28 de junio, primera jornada nacional. De Ushuaia a La Quiaca con Cristina”.
Al mismo tiempo, al cierre de esta edición de Y ahora qué seguía en veremos la concreción de una mesa mixta entre los sectores más afines a Máximo y las franjas más cercanas a Kicillof y su Movimiento Derecho al Futuro. La mesa había sido acordada por el gobernador y Cristina cuando la Corte Suprema aún no había emitido el fallo que la condenó a seis años y la inhabilitó políticamente de por vida para proscribirla. La dilación impide resolver la candidatura por la Tercera Sección electoral, con cabeza en La Matanza, pero sobre todo quita energía para imaginar acciones llamativas por asuntos más cercanos a la vida cotidiana: el salario, la actividad económica que baja y baja, la fumigación libertaria del Garrahan, el supremacismo sobre los discapacitados, la inserción de la Argentina en una guerra que no es propia, el abandono de la Cuestión Malvinas y la desocupación que trepa.
Una consulta por los distintos sectores permitió sacar una conclusión: ninguno pone reparos a la solidaridad con la expresidenta y exvicepresidenta. Pero empieza a aparecer una diferencia táctica. Por un lado, La Cámpora planea centrar la acción política en torno de CFK. Por otro están quienes dicen que, si no hay un armado peronista sólido y después un buen desempeñó en la provincia de Buenos Aires, de ser posible victorioso, el resultado no será solamente una fragilidad mayor del justicialismo y sus aliados. Otra consecuencia terminará siendo una debilidad mayor de la propia Cristina, a quien le siguen activando causas o resucitando otras. Una es la del memorándum con Irán, sin duda un error diplomático y político, por la generación de hostilidades nuevas afuera y adentro de la Argentina, pero no un delito. No corresponde en estos casos aplicar el Código Penal sino el voto. Y eso mismo, el voto castigo, ocurrió con la derrota de 2015 a manos de Macri. O sea que es cosa (políticamente) juzgada.
En esa misma ronda de consultas ningún dirigente importante reivindicó medidas de acción directa violenta. “No sabemos si los que rompieron autos en TN fueron idiotas, infiltrados o ambas asimetrías a la vez”, dijo uno de los consultados. Y en cuanto al estiércol contra José Luis Espert, la gran carta electoral de Su Excelencia en la provincia de Buenos Aires, sólo varió un adjetivo. En lugar de “idiotas”, “estúpidos”. Y luego hay variantes: del “eso no hace, porque mejor es hacer política” al “acciones como ésas son infantiles y encima contraproducentes”.
La postal del peronismo no luce nítida.
Una incitación al harakiri colectivo
Como un bombardeo de civiles en la guerra, Su Excelencia parece empeñado en castigar aún más a los bonaerenses para que se rindan y, a su vez, presionen en pos de la rendición del gobernador.
En Gonnet no negó que el Estado nacional haya recortado en miles de millones el presupuesto provincial. Dijo que, ante la falta de recursos, el enclave soviético de 17 millones de habitantes debería aplicarse a sí mismo una dosis de motosierra. Una especie de harakiri colectivo. Todo es cuestión de filo. Tiene filo la motosierra y tenía filo la daga que debían usar los japoneses dispuestos a matarse abriéndose el abdomen. Luego venía el último filo: la decapitación a cargo de otra persona como acto de misericordia para evitar el sufrimiento del moribundo. Nada librado al azar. Un ritual.
Parte del castigo a gente que votó tan mal en 2023 (gobernación para el peronismo, PASO para el peronismo, primera vuelta para el peronismo, balotaje para el peronismo) fue el veto de Su Excelencia a la ley sancionada para completar la escuálida ayuda nacional a Bahía Blanca.
Federico Susbielles, el intendente de la ciudad que sufrió un temporal con muertes a principios del gobierno de Milei y una inundación con más muertes en marzo último, tuvo una reacción tenue. Convocó a conferencia de prensa pero nunca dejó en claro cuánto recibió Bahía Blanca por subsidio a los damnificados, cuánto en materia de fondos para reconstruir la infraestructura y cuánto en créditos blandos para reequipar casas y comercios.
Fue más eficaz el fiscal federal Félix Crous. Un posteo suyo en X se viralizó. Pocas palabras, pero bien elegidas, son más efectivas que una conferencia de prensa. Aquí el texto de Crous: “Bahía Blanca. Dos niñas ahogadas. Una ciudad arrasada. La ley de ayuda vetada”.
Una postal de cómo funciona (o no funciona) la comunicación entre personas.
¿Alcalde Mamdani?
La última postal de la semana tiene un paisaje de rascacielos, la Estatua de la Libertad al fondo y el puente de Brooklyn. Ganó las primarias demócratas para la candidatura a alcalde un joven musulmán y socialista nacido en Uganda de padres indios que emigraron a los Estados Unidos. Y tiene sólo 33 años. Se trata de Zohran Mamdani, quien ya era legislador local. Batió nada menos que a Mario Cuomo, el exgobernador del Estado. Pertenece a los socialistas que juegan dentro del Partido Demócrata, como Bernie Sanders, y basó su campaña en una serie de puntos:
*Congelamiento de los alquileres.
*Estímulo a la construcción sindical de viviendas para alquilarlas a precios bajos.
*Colectivos gratis en todo Manhattan.
*Creación de una red de supermercados de propiedad municipal para garantizar precios bajos.
*Creación de un servicio de cuidado para niñas y niños desde las seis semanas hasta los cinco años, porque, dice el precandidato, «500 mil se van a dormir todas las noches con hambre».
Conocido como rapero, oficio que ejerció antes de dedicarse a la política, Mamdani tiene idea de cómo transmitir una idea. Para graficar el objetivo de congelar alquileres cuenta la BBC que se zambulló en las aguas frías del Atlántico que circundan a Manhattan. Un combo de política, estética, gancho y promesas concretas.
Como los grandes donantes apoyaron a Cuomo, Mamdani apeló a donantes individuales que se identificaran con él tanto por su campaña en redes como por su recorrida que cruzó todos los barrios.
El actual alcalde, Eric Adams, que acaba de ser cuestionado por abuso de poder, apuesta a que al final del camino los mil-millonarios, el establishment demócrata y los racistas frenarán a Mamdani. Dijo Adams: “Lo más cruel que se puede hacer contra una familia que pasa necesidades es prometerle algo que después no vas a poder cumplir”.
De tanto ir a Nueva York invitado por los ultraortodoxos de Jabad Lubavitch, organización a la que pertenece su donante argentino Eduardo Elsztain y a la que es cercano su canciller Gerardo Werthein, Su Excelencia hizo escuela: la crueldad no es la injusticia sino la voluntad de terminar con ella.
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