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Si San Martín no se hubiese muerto… (del uso del «condicional»)

Por Luis Casado - Other News
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Las bombas vuelan en Donestk y Lugansk. Las provocaciones ponen en peligro la paz en Europa y el mundo. ¿Qué quiere Rusia? se preguntan los periodistas occidentales, simulando ser cándidos estúpidos que no saben de qué va el tema

Vista desde Algarrobo, para no decir desde un recodo del río Futalelfú, la llamada ‘crisis Ucraniana’ aparece muy distante, incluso inexistente. Sin embargo, este ruido de botas inquieta e incomoda a toda Europa e incluso Asia, lo que bien puede traducirse por el mundo entero.

La genealogía de esta confrontación es sencilla de describir y su origen remonta a los últimos días de la desaparecida URSS (08 diciembre 1991).

Por un instante los EEUU fueron el único súperpoder planetario: ninguna potencia podía discutirle la supremacía económica, financiera, diplomática y militar en el mundo. Hubo quien anunció con alegría mala y sonrisa tonta ‘un dominio de mil años’ (un imperio que se respete cuenta el tiempo en milenios, aun cuando ninguno duró más allá de un siglo, y soy generoso en el cálculo…).

Menos de diez años más tarde (2008) los genios de Wall Street hicieron quebrar la estructura financiera de los EEUU y junto a ella la de todo el planeta. Ahí se acentuó el declive del Imperio.

Era la época en la que “Los mejores y más brillantes (profesores) de la primera Universidad estadounidense (Harvard) vinieron a Moscú para enseñarle a los rusos cómo ser capitalistas”. (David McClintick, in Institutional Investor – January 13, 2006).

David McClintick –ex alumno de Harvard– no tiene pelos en la lengua. Él mismo señala de qué va su libro “How Harvard lost Russia”: “Esta es la historia de cómo sus esfuerzos llevaron al escándalo y a la desgracia”.

En el escándalo y la desgracia estuvo involucrado Larry Summers, conocido genio de la economía, ministro de Bill Clinton y presidente de Harvard, que no solo fue instrumental en la desregulación bancaria estadounidense que llevó al desastre del 2008 (mientras le garantizaba impunidad a Citigroup por sus innumerables ‘ilícitos’), sino también en el pillaje del patrimonio público en Rusia, en el enriquecimiento de los burócratas que se beneficiaron con las privatizaciones truchas operadas al margen de la más mínima legalidad, y en la desaparición del tristemente célebre Harvard Institute for International Development, institución que jugó el papel de alcahueta en el peor saqueo de la historia.                                 

Larry Summers, que aún respira y exhala malos alientos, fue destronado de la presidencia de Harvard después de afirmar que las mujeres no tienen la inteligencia de los hombres y hacer algunos comentarios racistas. Lo cierto es que la intervención de Summers en Rusia –vía el Harvard Institute for International Development– creó los mismos oligarcas que ahora EEUU sanciona por apoyar a Putin.

El muy maleable Gorbachov, último jerarca de la URSS, puso solo una condición para la reunificación alemana y el desmantelamiento de la URSS y el ‘campo socialista’: que ninguno de los países que habían formado parte del CAME y del Pacto de Varsovia fuese integrado en la OTAN.

Ronald Reagan se apresuró a decir: “Tienes mi palabra” y asunto concluído. Lamentablemente, más tarde Ronald Reagan se vería afectado por el Alzheimer que le llevó a la tumba, y ese mismo Alzheimer afectó a toda la tecnocracia yanqui y a sus instituciones militares y de espionaje. El buen Gorbachov no tuvo la precaución de exigir que esa promesa fuese puesta por escrito. Tu ya sabes: como decía Horacio, verba volant scripta manent…

De ahí en adelante la OTAN, que no tenía otra razón de ser que oponerse a la URSS, debió ser disuelta. No obstante, los EEUU emprendieron su extensión hacia el Este de Europa, con el propósito confeso de rodear a Rusia con bases militares, misiles de ataque y sistemas anti-misiles que, -eso dijeron-, tenían como objetivo defenderse de algún eventual misil… ¡iraní!

De ese modo, en cuatro oleadas de crecimiento, la OTAN integró de buen grado o mediante amenazas, presiones, coimas, créditos, suministro de armamento gratuito y otros métodos, a casi todos los países que rodean Rusia. Ahora, después del golpe de Estado que tuvo lugar en Kiev en el año 2014, los EEUU desean integrar Ucrania en la OTAN (así como Georgia…) y situar allí sus misiles nucleares. A algunos centenares de km de Moscú. He ahí el meollo del problema.

Volodymyr Zelensky, el caricatural presidente de Ucrania, no es sino un peón en este ajedrez nuclear.

Mientras tanto Rusia ocupó todo este tiempo en modernizar sus fuerzas armadas y en dotarse de los más modernos misiles y sistemas de defensa. Gracias a lo cual Putin puede mandar a parar, consciente de que nadie es capaz de oponerle un poder militar suficiente para someter a Rusia a los designios del Imperio.

La Unión Europea, que no dispone ni de envergadura política, ni de estructura diplomática, ni de poder militar, ni de mecanismos financieros y económicos propios, es un simple vasallo de los EEUU.

Los medios –prensa, TV, radio, periodistas– sirven de caja de resonancia a la propaganda yanqui, y en su servilismo olvidan las reglas más elementales del periodismo. Rusia es el enemigo por la sencilla razón que los EEUU dicen que Rusia es el enemigo. Asistimos a una ausencia total de reflexión, de capacidad de análisis, de perspectiva, de ambición de autonomía, de gusto de la verdad.

Entonces hace su aparición la forma “potencial”, o “condicional”, de la conjugación de los verbos.

Hay quien considera que el “condicional” no es un modo independiente sino un tiempo verbal en modo indicativo. Como quiera que sea, el canal francés BFMTV nos entrega un ejemplo luminoso:

BFMTV titula:

“Según el espionaje estadounidense, las tropas rusas recibieron la orden de invadir Ucrania”

Forma afirmativa –“las tropas rusas recibieron la orden de invadir Ucrania”– si no fuese que la frase está precedida por un prudente: “Según el espionaje estadounidense”.

Tras el título, la supuesta información se diluye en la forma “condicional”:

«Los EEUU dispondrían de informaciones según las cuales fue enviada la orden a los comandantes rusos de proceder a una invasión de Ucrania, afirmaban el domingo varios medios estadounidenses, citando fuentes anónimas del sector del espionaje.»

“Los EEUU dispondrían…” o sea no es seguro de que dispongan… Forma condicional simple.

“según las cuales…” BFMTV descarga todo el peso de la prueba en los EEUU, o más bien en sus medios: lo que repite BFMTV, sin la más mínima distancia crítica, es lo que “afirmaban el domingo varios medios estadounidenses”…

“citando fuentes anónimas del sector del espionaje”… ¿Dónde encontrar mejores fuentes que las anónimas? BFMTV osa entregar una información de la cual declara ignorar la fuente. El periodismo basado en fuentes anónimas es la negación del periodismo: es solo cotorreo. Para más inri, la ‘fuentes anónimas’ pertenecen al sector del espionaje, cuya misión no consiste solo en obtener informaciones del adversario, sino también en difundir desinformación, las famosas ‘fake news’…

Quien afirmó alguna vez que la primera víctima de una guerra es la verdad, no se equivocaba.

BFMTV pone en peligro su oficio y su existencia, si no fuera que en Francia el ridículo no mata a nadie. Hay quien vive de ello. BFMTV no se detiene en tan buen camino, y va aun más lejos en la ignominia, cuando precisa:

«Son estas informaciones las que habrían empujado al presidente Biden el viernes a decirse “convencido” que Putin había decidido atacar a Ucrania, asegura el Washington Post, atribuyendo estas informaciones a fuentes anónimas sin citas directas. (BFMTV)

El presidente de la nación más poderosa del mundo, se ‘convence’ de la inminencia de un ataque a Ucrania a partir de informaciones provenientes de “fuentes anónimas”. La historia de los EEUU está plagada de falsas informaciones producidas por sus servicios de espionaje con el fin de desatar guerras. Lo que no le impide a Joe Biden convencerse de las intenciones bélicas de Putin.

Lo curioso es que el espionaje yanqui asegura haber penetrado el sistema informático de las FFAA rusas, de dónde obtuvo la información que le entrega a su presidente. Se trata de los mismos servicios de espionaje que acusan a Rusia de intentar penetrar los sistemas informáticos estadounidenses…

Más allá del condicional simple está el condicional perfecto, que se forma cuando la oración principal está en el pluscuamperfecto del subjuntivo. Se construye con una forma del condicional simple del verbo auxiliar haber y el participio del verbo conjugado.

Como muestra el siguiente ejemplo:

Si los EEUU hubiesen entregado alguna prueba (o ‘evidencia’ como dicen los boludos que hablan spanglish), algún ingenuo podría haberles creído.

En todo caso es un gran, un enorme SI…

Mientras tanto la guerra en Ucrania, provocada, estimulada, buscada y patrocinada por los EEUU, podría (condicional simple) desatar un desastre de proporciones planetarias.