Por Marta Nevot – Público.es
Lunes 23 de noviembre, 8.30 am. Carmen, una niña canaria de 11 años, desayuna rápido para llegar a tiempo al colegio. Su madre está un poco enfadada con ella porque hoy no había quien la sacara de la cama y van con el tiempo justo.
11.00 am en Gran Canaria. Confusión. Alerta. Miedo. Soledad. Bilal lleva minutos o tal vez sean horas, intentando averiguar dónde está. Es un hospital. Recuerda que, junto a él, viajaron cuatro niños más. Todos están allí. También dos de los hombres que iban con ellos en la patera.
Según la Real Academia Española, el migrante es todo aquel que se traslada desde el lugar en el que habita a otro diferente. Se calcula que en el año 2019 hubo en el mundo unos 272 millones de migrantes internacionales, lo que equivale al 3,5% de la población mundial, según apunta la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Considerar las migraciones como un fenómeno dañino y actual significa desconocer los datos. La historia de la humanidad es la historia de las migraciones: en el Imperio Romano organizaban flujos migratorios para expandirse; con el descubrimiento de América, millones de europeos emigraron hasta «el nuevo mundo». Y en la actualidad, las migraciones funcionan igual: las personas migrantes simplemente aspiran a una vida mejor. En los últimos años se ha observado un incremento del número de migrantes por motivos climáticos o bélicos. Según la OIM, desde 1990 el número de migrantes ha aumentado en 119 millones.
A pesar de que la mayoría de medios de comunicación españoles, cuando informan sobre migraciones, centran su atención en el Mediterráneo, el 77% de los inmigrantes irregulares que llegan a España proceden de América Central y del Sur, según un informe de PorCausa y la Universidad Carlos III. No obstante, la ruta más mortífera sí que es la del Mediterráneo. Más de 1.000 personas han perdido la vida en sus aguas en 2020, según afirma el estudio ‘Missing Migrants’ de la OIM.
Todos somos, seremos o venimos de migrantes. Los más de 700.000 españoles que tuvieron que abandonar España durante la recesión económica (2008-2014) también son migrantes. Los europeos que viajan a Estados Unidos para trabajar en grandes multinacionales también son migrantes. Los 21 millones de personas que viven en un país de África distinto a su país natal, también son migrantes. Todos lo somos, y ninguna persona es menos que otra por su lugar de procedencia. Pero a la hora de la verdad, sí que somos diferentes.
Lunes 23 de noviembre, 17.30 pm. Carmen llega a su casa del colegio y merienda mientras termina sus deberes de matemáticas. A su lado Karen, su madre, enciende la televisión. Informan de que 170 inmigrantes han llegado hoy hasta la isla donde ellas residen. Hay varios hospitalizados, algunos menores, y una patera sin localizar. A continuación, muestran discursos políticos que rechazan el traslado a la península de los inmigrantes y otros que exigen repatriaciones. Karen acaricia a su hija y recuerda cómo ella también fue migrante. Pero ella lo fue en Alemania, y eso no está visto de la misma manera.
Gentileza de Other News
Recomendados
[Audio] Se llevó a cabo un operativo de limpieza en el barrio Saint Germain
Reconocimiento a Lidia Esther «Nene» Grana de Manfredi
Fernando Burlando anunció su candidatura a las Legislativas 2025