El presidente concedió una entrevista en El Cohete a la Luna y respondió sobre la Corte Suprema y el reordenamiento del poder judicial federal.
Jueces a dedo
—¿Cómo va el trabajo del comité consultivo sobre la Corte, el Consejo de la Magistratura y el Ministerio Público.
—Muy bien, muchos aportes y reflexiones, de lo mejor.
—Me dicen que hay propuestas de ampliación de la Corte.
—Hay de todo. Pero recién ahora se está empezando con la Corte.
—¿Cuál es tu expectativa por la decisión de la Corte sobre la designación de jueces a dedo? Corte que tiene dos jueces designados a dedo y una tercera conservada a dedo.
—Me gustaría que se entendiera de qué estamos hablando. En los años de Macri, para evitar los concursos de oposición y antecedentes, con los que el Consejo de la Magistratura conforma las ternas y las eleva al Poder Ejecutivo para que elija uno y le pida acuerdo al Senado, se usó la vieja costumbre de los traslados. Los traslados siempre se hicieron entre jueces de la misma jerarquía. El caso típico es el de un camarista que se lleva mal con otro y entonces pide pasar a otra sala de la misma Cámara. El macrismo descubrió que podía usar ese mecanismo para cubrir vacantes que le interesaban.
—No es casualidad que lo que se esté discutiendo ahora sea el depósito de tres paracaidistas en tribunales que tenían causas contra Cristina. Los designaron como fuerza de tareas en lugar de los jueces naturales, con la misión específica de hostigar a Cristina.
—Dos jueces que eran miembros de un tribunal oral pasaron a ser camaristas. Esos traslados rompen con el principio de igualdad de cargo. Uno es un juez de primera instancia, el otro de alzada. Que tengan el mismo sueldo no quiere decir la misma jerarquía. Porque con ese criterio podrían trasladar a un secretario de la Corte, a un Tribunal Oral o una Cámara de Apelaciones. La Corte, en la Acordada 7 dijo que había que reunir tres condiciones:
- igual jurisdicción,
- igual competencia territorial,
- igual jerarquía.
Igual jurisdicción es la materia sobre la que el juez entiende. Los tribunales orales federales desarrollan juicios orales, para determinar si el procesado en la instancia anterior es inocente o culpable. Se dedican a analizar cuestiones de derecho de fondo. La Cámara Federal nunca interviene en un juicio oral, lo que hace es controlar cómo se desarrolla la etapa instructora. Su accionar termina en el momento en que confirma el procesamiento que alguien ha decretado, y que es el punto de inicio del juicio oral. estos entienden en la instrucción, estos en la oralidad.
—Como la Unión Ferroviaria, la Fraternidad y los Señaleros, que tienen en común el tren pero con funciones distintas.
—Jajaja. Algo parecido. Segundo, la jerarquía: no es lo mismo ser un juez de primera instancia que un tribunal de alzada. La competencia: los dos en la Ciudad de Buenos Aires, pero en momentos distintos. Con lo cual los tres requisitos que la Corte Suprema marcó en la Acordada 7/18, están quebrados.
—Pero la Acordada 7 es autocontradictoria: marca esos tres requisitos pero termina aceptando el traslado de Bruglia, que no los cumple.
—Absolutamente autocontradictoria. Entonces, si estos requisitos no se cumplen volvemos a la lógica de que la designación de un juez es un acto complejo, que necesita del Consejo, del Ejecutivo y del Senado. El Consejo detectó diez casos que vulneraron la Acordada 7, los mandó al Senado, donde siete se presentaron y están en trámite…
—…cinco, dos ya recibieron el acuerdo…
—…y los otros tres no se presentaron. Ese es el motivo por el que se los vuelve a sus tribunales, que es lo que dice la Acordada 7. Estoy convencido de que el republicano soy yo. Porque podría haber hecho la Gran Macri. Me hacía el distraído, buscaba dos amigos para cubrir las vacantes en la Cámara Federal, y otros dos amigos de algún juzgado federal del interior para los juzgados de Canicoba y Bonadío que están libres. Pero no quiero hacer eso. Quiero prestigiar a la Justicia, y que los jueces sean designados por el método que dispone la Constitución. Esto es lo que quiso el Consejo y lo que quieren Cristina y los senadores.
—Sobre el per saltum.
—Es una institución que surgió en los años del menemismo.
—Para impedir que un juez de primera instancia bloqueara la privatización de Aerolíneas.
—En los últimos diez años el per saltum se habilitó sólo dos veces. En esos diez años hubo problemas de violencia institucional, un endeudamiento como nunca se vio, una Presidenta enjuiciada y perseguida en más de doce causas, que más de diez veces quiso llegar a la Corte y nunca lo logró. Que además hubo hechos del gobierno abiertamente inconstitucionales. Por ejemplo la designación por decreto de dos miembros de la Corte en comisión. Hubo gravedad institucional infinidad de veces en diez años. En esos diez años, la Corte abrió el per saltum dos veces.
—Siempre por intereses corporativos propios.
—Con la ley de democratización de la Justicia, que a mí no me gustaba pero que tampoco hacía falta abrir el per saltum, podría haber llegado por vía de recurso extraordinario, pero se apuraron a decir no se metan con la Justicia. Y ahora están defendiendo a tres jueces que la verdad no tienen razón, yo no voy abrir juicio sobre la calidad de los tres jueces. Lo que digo es que si quieren hacer honor a la condición de tales, deben concursar, recibir el acuerdo del Senado y el Poder Ejecutivo encantado los va a nombrar.
—O quedarse contentos donde estaban, en los tribunales donde sí tenían todos los requisitos cumplidos.
—Exactamente. Alguno viene de la época de Menem donde no existía el Consejo de la Magistratura y fueron designados a dedo por algún ministro.
—¿Cuál es de los tres?
—Bruglia.
—El instructor de los guardapolvos de Bauzá en el Ministerio.
—No lo sé, lo que les pido a todos es reflexión.
Fuerza de tareas
—La Corte por lo que yo tengo escuchado está contemplando darte la razón en todo lo que estás diciendo de ahora para adelante y en el caso de estos tres considerar que tienen derechos adquiridos.
—Pero si tengo razón en todo lo que estoy diciendo no puede tener derechos adquiridos alguien que no tiene razón.
—Coincido. Te cuento lo que escucho de la Corte.
—No sé qué va a hacer la Corte, pero estoy convencido de lo que estoy diciendo
—Además la Constitución no contempla traslado de jueces, no hay un sólo artículo que hable de traslados.
—Pero los traslados han ocurrido a lo largo de la historia en los casos que te conté. Y ha habido también casos excepcionales.
—Siempre que las autoridades que tienen la facultad constitucional del artículo 99 inciso 4 no opinen lo contrario.
—Y ha habido casos excepcionales como algún juez que está en algún lugar del interior y por alguna cuestión familiar necesita quedarse en Buenos Aires para el tratamiento de algún familiar. Esos casos se aceptaron. Pero esto es llenar los cargos que a mí me importan con mis amigos.
—Además cargos que te importan para hacer una tarea que implica sustituir al juez natural, porque previamente echaron a los jueces que estaban allí porque habían fallado en contra de lo que ex Presidente dice que habían acordado.
—Me olvidaba de ese detalle, efectivamente.
—A Ballestero lo obligaron a jubilarse. A Farah lo trasladaron a otra Cámara y a Freiler lo echaron por juicio político que se realizó mediante una trampa. No tenían el número en el Consejo de la Magistratura y Lorenzetti retuvo tres horas en la Corte al senador que tenía que asumir, para que no llegara en horario y el Consejo pudiera suspender a Freiler. Es la mafia lo que estuvo en juego acá.
—Insisto siempre en este punto. Lo que yo deseo es que los jueces recuperen el prestigio social que han perdido. Para eso tienen que volver a ser jueces y lo primero es hacer la carrera judicial como la Constitución manda y en este punto también quiero marcar algunos detalles.
- cuando Bruglia y Bertuzzi llegaron a la Cámara Federal, hubo dictámenes de los que fueron sus colegas, Llorens e Irurzun, diciendo que ese no era el modo.
- cuando nosotros sacamos el decreto volviéndolos a sus juzgados de origen, la Cámara Federal en el acto ordenó la remoción de los dos.
- una vez abierta la queja, la Casación ordenó que vuelvan a sus cargos y no les concedió la licencia que sí les otorgó la corte.
Evidentemente la Corte también debería leer que los tribunales inferiores no están pensando como ellos. Y en esos tribunales, ninguno puede estar acusado de simpatizante del gobierno. Estoy hablando de Irurzun y de jueces de la casación, no de jueces que uno pueda pensar que son simpatizantes del gobierno. Quiero tener una Justicia de jueces probos y de jueces dignos. Y no tengo ganas de nombrar amigotes que me den tranquilidad, porque como yo no vine a delinquir voy a irme con la frente en alto porque no me voy a llevar nada que no sea mío. No voy a permitir que en mi gobierno alguien lo haga, y si alguien lo hace voy a ser el primero en sancionarlo.
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