Con las distintas afirmaciones de funcionarios del Gobierno Nacional que se venían dando durante éste último tiempo, parecía que la Renta Básica Universal hubiera podido convertirse en el reemplazo del Ingreso Familiar de Emergencia. Sin embargo desde el propio Ejecutivo le pusieron un punto final a este proyecto. Y las razones se deben a las consecuencias fiscales que tendría una medida de este tipo.
“Hoy las condiciones fiscales no dan, pero históricamente la Argentina ha sido pionera en América Latina de encarar nuevos derechos.”
“Y no dudo que, con el tiempo, vamos a ir en la dirección de un Ingreso Universal de Base porque la Argentina necesita un ingreso universal ciudadano, una renta básica universal”, afirmó el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo.
Justamente ese funcionario fue el que a finales de julio deslizó la posibilidad de poner en marcha una ayuda destinada a jóvenes desempleados o no registrados de entre 18 y 24 años, quienes percibirían el equivalente a un salario básico ($16.875).
“Es garantizar un ingreso de base y esto unirlo con planes para generar empleo, como el plan Potenciar Trabajo y la urbanización de barrios populares”, señaló en aquel entonces.
No obstante, para una Argentina que prevé un déficit fiscal de 1,7 billones de pesos para 2021, la RBU se presenta como insustentable.
“El Estado debe ahora cubrir un ingreso que vincule al empleo y articule lo informal con lo formal”, afirmó el ministro, quien de todos modos aseguró que “el Gobierno está evaluando distintas alternativas para el después, aunque no hay nada definido”.
No habrá RBU
También, en este sentido, la vicejefa de Gabinete Cecilia Todesca, otra personalidad de renombre en el manejo de la economía dentro de la Casa de Gobierno, desestimó que el Ejecutivo analice la posibilidad de implementar un ingreso básico.
“En Argentina ya tenemos renta básica para adultos mayores y para niños y niñas hasta 18 años”.
“El problema está en el universo del mercado del trabajo, que es muy heterogéneo”, analizó Todesca.
“Hay que trabajar en el segmento de las personas que están en edad de incorporarse al mercado del trabajo y ahí vamos a poner énfasis”, agregó la economista, quien sostuvo que “es difícil pensar que una sola medida pueda resolver este problema. Necesitamos políticas muy distintas para cada sector”.
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