El círculo rojo mira con “profunda preocupación” la crisis de credibilidad de la Justicia argentina, apremiada por la reacción popular que generó la ratificación de la condena en la causa Vialidad de la expresidenta y jefa del PJ, Cristina Kirchner, que desde hoy estará presa en su domicilio del barrio porteño de Constitución. Sucede que el establishment teme que el paraguas judicial que debería blindar la seguridad jurídica del país, en donde se mueven los negocios, se llene de agujeros ante revueltas populares e, incluso, con algún fallo internacional adverso que ponga en duda la legitimidad local.
Quedó confirmado que casi la totalidad del empresariado de elite que opera en la Argentina se llamó a silencio, luego del fallo de la Corte Suprema que mandó a prisión a Cristina Kirchner y la quitó de cualquier contienda electoral futura. El plan fue esquivar las esquirlas de un escenario de conflictividad que podría sostenerse, según advirtieron algunos analistas políticos que asesoran a las grandes corporaciones y compañías. Pero dejar en soledad a ese poder del Estado también podría significar un “tiro en los pies”, según confesaron desde el sector privado.
“La Justicia es la única garante del sector privado”, aclaró a PERFIL el CEO de una empresa poderosa en el país, quien además ocupa un lugar preponderante en una de las organizaciones que integran el círculo rojo. Esa entidad dejó vacío el espacio de la defensa al accionar de los cortesanos, como sucedió con el resto de las cámaras, a excepción de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC). Pero en estricto off the record afirma que “las condenas están para ser cumplidas, sin distinción de relevancia en la escena política”.
Un voto negativo a la Justicia hace temblar los negocios
“La Justicia, en todas las instancias por las que atravesó la investigación, demostró la existencia de la corrupción. De eso nadie duda. Y que los jueces se animen a condenar un hecho de estas características debería generar confianza de que en el país funcionan los resortes de la República”, le dijo a PERFIL el mandamás de una de los espacios que suele concentrar a los representantes del mundo de empresas locales e internacionales, que hacen negocios en el país.
Sucede que el debate por la seguridad jurídica es uno de los pilares del mundo de dueños y dueñas de empresas. A pesar de que varios ejecutivos, quienes son encargados de cuidar sus negocios y de hacer lobby para mejorar el entorno de las empresas, le confesaron a este medio que están “dispuestos a bancar públicamente” el fallo judicial, el puñado de integrantes que controlan el poder del sector privado local decidieron “conservar la imagen y evitar quedar expuestos” en una pelea que no pueden manejar.
“Siempre vamos a estar del lado de la Justicia. Creemos en las instituciones y en la República. Además, es el paraguas que tienen los negocios para funcionar. Si se pone en duda al máximo órgano judicial del país, cualquier juez del país estará sospechado al momento de dictar alguna sentencia que vaya en contra de intereses populistas, que no se basan en lo justo o lo necesario para que funcione la democracia, sino en especulaciones personales o político-electorales. Eso sería de una gravedad extrema y convertiría en un lugar inviable para cualquier empresa, que se puede encontrar a tiro de cualquier injusticia”, se alarmó el CEO consultado por este medio.
El timing de los cortesanos y la resurrección del peronismo
El empresariado tiene un temor: que la medida judicial haya “revivido a una oposición casi muerta”. “El problema es que se trata del peronismo, que tiene una capacidad de daño muy fuerte”, se asustó el dueño de una empresa que reporta en el sector de los servicios. Es un resumen de los que creen que el timing de la Corte Suprema “no le hizo un favor a (Javier) Milei, porque victimiza a Cristina Kirchner y agrupa al PJ detrás de una causa”. “Parece intentar devolverle un poder perdido a (Mauricio) Macri, pero en definitiva se convirtió en un golpe para la propia Justicia”.
También alertaron que la exclusión electoral de la expresidenta la posicionó como “la única dirigente de la política que ganó todas las elecciones a las que se presentó desde que el kirchnerismo tomó el poder en 2003”. “La Justicia, al tardar tanto, no es justa. Para muchos, (su accionar) depende de los avatares políticos de turno; lo que implica que cuando esto cambia, se apura a hacer justicia, según ellos”, graficó con crudeza el dueño de fábricas con presencia en distintos puntos del país. Eso explica el temor que se generó en el submundo de las empresas, ante la percepción que tiene la sociedad sobre las decisiones judiciales.
“Es increíble que alguien condenado por corrupción genere un nivel de movilización semejante. Esto sólo es explicado por peronismo”, se quejó una de las fuentes consultadas por este medio. El círculo rojo espera que las marchas y las protestas se diluyan a medida que pasen los días o que resurjan las internas en el Partido Justicialista, a medida que se acerquen los armados electorales. “Si el estado de alteración social se sostiene en todo el año electoral será un ruido muy difícil de superar para los negocios”, admitió otra de las fuentes empresarias consultadas.
FUENTE PERFIL
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