Mientras los familiares llevaban meses de desesperación y búsqueda por la desaparición del submarino ARA San Juan, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) se dedicaba a espiarlos. La vigilancia sobre las familias de los 44 tripulantes tenía un objetivo concreto: que sus reclamos no alteraran la calma del entonces presidente Mauricio Macri. Así lo muestran distintos partes de inteligencia que fueron encontrados en la delegación Mar del Plata de la AFI y que ya fueron presentados ante la justicia por la interventora Cristina Caamaño en una nueva denuncia que muestra que el espionaje en la era Macri no reconocía límite ni dolor alguno.
Para muchos de los familiares del ARA San Juan no fue más que una comprobación de lo que sabían. Teléfonos celulares que se recalentaban cuando no estaban en uso, mensajes que aparecían leídos sin que así el dueño del celular siquiera posara su mirada sobre el aparato, seguimientos y una sensación eterna de estar siempre detrás de lo que las autoridades macristas iban a decirles. No era anticipación política, era espionaje. Así quedó claro con la denuncia que la interventora Caamaño presentó ante la justicia federal de Mar del Plata.
En «Nada que ver» estuvimos en comunicacion telefonica con Lourdes Melian, hermana de David, uno de los 44 tripulantes del ARA San Juan y nos comentaba lo siguiente.
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