Las negociaciones por la deuda que Argentina mantiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI) entraron en etapas de definición, y la posibilidad de que el Gobierno nacional no pague los próximos vencimientos es, por estas horas, un escenario que no se descarta.
Hasta hace algunas semanas, se esperaba que el Gobierno logre un acuerdo con el FMI antes de marzo, cuando el Estado debiera afrontar un vencimiento por más de 3 mil millones de dólares entre capital e intereses, y que significara el primer baño de realidad sobre la imposibilidad de pagar la deuda por 44 mil millones de acuerdo a los plazos estipulados en el programa de Stand By firmado en 2018.
Sin embargo, este viernes vencen 731 millones de dólares y, por ahora, no se sabe si Argentina los pagará, ya que la débil situación de las reservas del Banco Central indican que no podría afrontarse el mismo.
Mientras que las negociaciones para arribar a un acuerdo continúan estancadas en un mismo punto: el sendero fiscal trazado por el ministro de Economía Martín Guzmán, con el objetivo de apuntalar la recuperación económica, de la cual el FMI mejoró este martes su estimación para 2022 en 0,5 puntos del PBI y pronosticó un crecimiento del 3%.
En conferencia de prensa, este martes la subdirectora gerenta del FMI, Gita Gopinath, expresó que trabajan «muy de cerca» con las autoridades argentinas «para crear un programa que ayude a la gente». E insistió que «eso requeriría de un programa que sea sólido y creíble y que aborde los desequilibrios que tiene el país. Tenemos que mejorar los desequilibrios para ayudar a los argentinos a recuperarse de las dificultades que están viviendo.»
Además, la india afirmó que «entendemos que la situación social y económica es desafiante, por eso estamos adoptando un enfoque flexible y pragmático y esperamos lograr más avances en los próximos días».
Lo cierto es que las negociaciones se tensaron ante el diferendo sobre ajuste del gasto que exige el FMI y que desde el Gobierno entienden que frenaría la economía, por lo cual ante la escasez de reservas y la cada vez más ancha brecha cambiaria, el no pago es una posibilidad certera.
En consecuencia, si Argentina no le paga al FMI, lo único seguro es que se generaría un escenario de incertidumbre, de riesgosa transición para el Gobierno nacional hasta alcanzar un acuerdo, si ese continúa siendo su principal objetivo.
De acuerdo al Convenio Constitutivo del FMI, cuando un Estado miembro no cumple con sus compromisos, se inicia un procedimiento burocrático en el propio Fondo, en el que primero se notifica al país, luego se informa al directorio del FMI, tras lo cual se advierte con una queja formal al miembro para que abone su deuda y, más tarde, el directorio trate nuevamente el caso. Ese proceso dura al menos 6 meses hasta que, finalmente, pudiera declararse el default a la Argentina.
En ese lapso el país tendría cancelada la posibilidad de acceder a los derechos especiales de giro (DEG) del FMI.
Asimismo, si Argentina no paga el próximo viernes y entra en mora, se abre un nuevo escenario que cada economista avizora de distinta manera. El consenso circunda en que el país tendría mayores dificultades para acceder al financiamiento internacional, como nuevos convenios con el Banco Mundial o el BID; caerían los bonos y las acciones argentinas; y habría una mayor presión sobre el dólar paralelo.
Más allá de esos notorios elementos, están quienes pronostican un panorama catastrófico, como la opción de «tener que irnos a vivir a marte» que ironizó el diputado José Luis Espert; o hasta la opción optimista de «vivir con lo nuestro», que esgrimió el ex jefe de la UIF, José Sbatella.
Recomendados
El Gobierno convocará a sesiones extraordinarias para tratar la reforma electoral, pero el Presupuesto 2025 quedó afuera
Javier Milei protagoniza la tapa de The Economist: «Mi desprecio por el Estado es infinito»
Con notorias ausencias oficialistas, se cayó por falta de quórum el debate por Ficha limpia en Diputados