La guerra desatada entre Rusia y Ucrania generó importantes alteraciones financieras y comerciales, que se reflejaron en una escalada notable en el precio de los commodities. En ese marco, las acciones argentinas atadas a sectores como el agro o la energía se vieron muy beneficiadas. Mientras algunos analistas que dialogaron con Ámbito ven todavía oportunidades en estos sectores, otros advirtieron que la situación podría ser temporal y sugirieron cautela.
En sintonía con una elevada volatilidad en los mercados internacionales, el índice S&P Merval alternó en las últimas semanas tanto subas como bajas, pero con una suave tendencia alcista. Leonardo Chialva, analista de Delphos Investment, sostuvo que el contexto favoreció a muchos activos locales ya que a partir del conflicto bélico se despertó el interés por los instrumentos financieros de los países productores de commodities.
No obstante, aclaró que también influyó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y alertó sobre la posibilidad de que la situación mundial desemboque en procesos de estanflación. Eso, aseguró, obligaría a los bancos centrales desarrollados a tomar acciones, lo cual empeoraría el escenario para los mercados latinoamericanos.
La directora de Bell Bursátil, Emilse Córdoba, coincidió en que el beneficio de algunos sectores podría ser efímero. “La incertidumbre que genera una guerra no tiene una ganancia para nadie. Creo que las acciones del agro y de energía, como Mirgor, Cresud, Pampa Energía, YPF o TGN van a verse beneficiadas por los primeros momentos de la guerra pero no en el largo plazo”, estimó.
En ese sentido, la especialista recomendó “proteger el capital” a través de activos más seguros. A nivel local, ve con buenos ojos las inversiones en bonos indexados a la inflación (CER) o en títulos en dólares con alta liquidez, como el GD29, el GD30 o el GD35.
Por otra parte, Córdoba resaltó la importancia de tener una ética inversora. “En un conflicto bélico pierde el mundo y nosotros tenemos responsabilidad como inversores”, señaló.
La suba en el precio de los commodities se dio ante temores por una menor oferta global debido a las sanciones a Rusia. Vale remarcar, a modo de ejemplos, que entre Rusia y Ucrania exportan el 30% del trigo a nivel mundial, y que el país presidido por Vladimir Putin representa cerca de 40% de las importaciones de gas natural en Europa.
En este contexto, las acciones de Bioceres treparon más de 10% y las de Cresud se dispararon casi 50% en dólares el último mes. Aun así, tanto Ignacio Sniechowski, Head de Equity Research de Invertir en Bolsa (IEB), como Maximiliano Donzelli, Jefe de Research de invertironline (IOL), coincidieron en conversaciones con este medio en que en este segmento la mayor parte de la suba en el precio internacional ya fue descontada en el valor de los activos.
En el caso de Cresud, Sniechowski sostuvo que la suba potencial de la acción está más vinculada a su participación en Irsa. Por su parte, Donzelli sugirió que “antes de invertir en estos activos, seguramente sea mejor esperar a una corrección antes de tomar posición”.
En el caso del sector energético, se destacaron en el último mes alzas de 10% en Pampa Energía, de 25% en YPF y de 60% en Vista Oil&Gas, la firma de mejor performance en 2021 dentro del rubro.
Donzelli ve más atractivo en este sector que en el agro ya que “las empresas locales todavía están muy por debajo de otras petroleras a nivel global”. “Si bien las petroleras argentinas no tienen una exposición total al precio del barril, en el largo plazo suelen ir de la mano. El contexto de altos precios que llegó para quedarse, sumado a la baja valuación, hacen interesante tener en el portafolio a empresas como Vista, Pampa e YPF”, profundizó.
Además, agregó que la escalada del gas podría beneficiar a Transportadora de Gas del Sur, la más extensa de la región, y que transporta el 60% del gas en Argentina. “A pesar del congelamiento de tarifas existente en el país, la empresa logró mostrar muy buenos resultados, los cuales se deben en gran parte a su segmento de negocio no regulado, el de líquidos”, destacó.
Para Sniechowski también juega a favor de las energéticas los ajustes de tarifas que el Gobierno llevará a cabo en el marco del acuerdo con el FMI, los cuales podrían ser mayores a los esperados debido al impacto de la guerra sobre los costos de la energía a nivel local, teniendo en cuenta que Argentina es importador neto de gas.
“Aún cuando esta suba de tarifas termine simplemente reemplazando a los subsidios, y no redunde en un incremento real, el hecho de que pasen a cobrar directamente las empresas tiene un impacto financiero positivo en la caja. TGN, Pampa Energía, Central Puerto y Transener ya tienen aumentos confirmados, y muchas de estas empresas cuentan con algunos segmentos de negocios no regulados que presentan una oportunidad de capitalizar la suba de precios”, analizó.
En este contexto, muchos economistas estiman que el efecto neto del boom de los commodities sobre las reservas argentinas sea positivo, debido a la suba en granos. La tonelada de soja llegó a anotar hace 10 días un récord desde 2012, al superar los u$s625, mientras que el trigo marcó máximos en 14 años.
Sin embargo, no deja de alarmar el posible impacto negativo por las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL). Según estimaciones, con un GNL a u$s40 por millón de BTU (el año pasado estaba a u$s8,33), el país debería desembolsar cerca de u$s6.000 millones adicionales, respecto de 2021, si quiere mantener la oferta prevista a comienzos de año. Adicionalmente, las proyecciones en materia fiscal hablan de un incremento equivalente a unos u$s5.000 millones en subsidios para este año.
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