El Tribunal Oral Criminal 3 de San Isidro fijó para el próximo 6 de marzo una audiencia entre las ocho defensas, las querellas y la fiscalía por el caso de la muerte de Diego Maradona, para fijar la prueba que se ventilará durante el juicio que aún no tiene fecha de inicio.
La audiencia será en los tribunales de San Isidro, donde cada parte pedirá los testigos que deberían ser citados, las pericias y hasta la realización de prueba suplementaria, ya que algunas defensas prevén solicitar una ampliación de la junta médica que hubo en la investigación.
Luego de escuchar a todas las partes, el Tribunal determinará a través de una resolución los testigos que serán convocados, si hará lugar o no a la prueba suplementaria y la posible fecha de inicio del debate.
Las fuentes consultadas estimaron que el juicio no tendrá lugar este 2024 y que recién se podría hablar de principios del año siguiente.
Están imputados el neurocirujano Leopoldo Luciano Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Ángel Díaz, Nancy Edith Forlini, los enfermeros Gisella Dahiana Madrid y Ricardo Omar Almirón, su jefe Mariano Perroni y el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna.
En el marco de la misma están acusados de homicidio simple con dolo eventual, y se considera que tuvieron algún grado de participación en la supuesta «internación domiciliaria» del ex futbolista y entrenador en una vivienda de Tigre, en el norte del conurbano, donde finalmente falleció hace casi tres años.
El delito de homicidio simple con dolo eventual prevé una pena de entre 8 y 25 años de cárcel para la legislación argentina.
Los hijos de Maradona, Dalma, Giannina, Jana, Diego Fernando y Diego Junior, decidieron recurrir a la Justicia debido a las irregularidades que rodearon la muerte del astro futbolístico, cuya atención en la última etapa de su vida era supervisada por Luque, su abogado, y el cuerpo médico que este había designado.
Maradona falleció a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 y la autopsia determinó que su deceso se produjo como consecuencia de un «edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada». Y también se descubrió que tenía una «miocardiopatía dilatada”.
El ex jugador, quien además padecía problemas de adicción al alcohol, había sido ingresado en una clínica de la ciudad de La Plata el 2 de noviembre de 2020, por un cuadro de anemia y deshidratación, y un día después fue derivado a un sanatorio de la localidad bonaerense de Olivos, donde fue operado de un hematoma subdural.
El 11 de noviembre de ese mismo año recibió el alta y se trasladó a una casa en un barrio privado de Tigre, donde estaba al cuidado de un grupo de médicos y enfermeros, pero finalmente falleció dos semanas más tarde.
Al momento de morir Maradona estaba dirigiendo a Gimnasia de La Plata, donde había asumido su cargo en septiembre de 2019.
Fuente: NA
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