Tras los fuertes pronunciamientos de las grandes corporaciones formadoras de precios contra la decisión del Gobierno de frenar la inflación de productos esenciales, provincias, municipios, PYMES y asociaciones de consumidores salieron a resguardar la política nacional que busca cuidar el poder de compra de los hogares. El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, retrotrajo al 1 de octubre 1.432 artículos y los congeló hasta el 7 de enero.
La Asociación Empresaria Argentina (AEA), que nuclea a las mayores compañías nacionales, calificó a los topes a los precios como “una medida muy negativa para el funcionamiento habitual de las empresas establecidas en nuestro país». Mario Grinman, presidente de la CAC, amenazó: “Va a haber desabastecimiento, no tenga ninguna duda”. Ese término fue compartido por Horacio Rodríguez Larreta, un jefe de Gobierno de la Ciudad en modo oposición desinteresada por cooperar en resolver uno de los principales problemas de las familias. “Esto termina en desabastecimiento”, dijo el referente de Juntos por el Cambio. La COPAL, que representa a las productoras de alimentos, había valorado que “no están garantizadas las condiciones para conciliar las posibilidades de los sectores frente al pedido de estabilización de precios”.
Ante esto, funcionarios nacionales y gobiernos locales respaldaron la medida para demostrar que no se trataba de una mera resolución de la Secretaría de Comercio, sino de una política de Estado. “Vamos a cuidar los precios, controlar la inflación y garantizar que la cadena de producción y consumo estén al alcance de todos los argentinos”, remarcó Gabriela Cerruti, la portavoz oficial, en el estreno de sus conferencias semanales.
Horas antes, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, fue enfático con que el Gobierno “vigilará la competencia equitativa entre las empresas y actuará con todos los recursos de la ley para sancionar a las que no cumplan la resolución”. “Una medida que garantiza precios justos y estables para proteger y defender a los consumidores argentinos”, resaltó por Twitter.
Había recibido de brazos abiertos esta decisión el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof el martes, cuando invitó a la Casa de Gobierno de la provincia a Feletti y a todos los intendentes de la zona metropolitana. “Respaldamos y vamos a acompañar las medidas que está implementando el Gobierno Nacional para cuidar el bolsillo de la gente”, le dijo el mandamás bonaerense al secretario de Estado y a la subsecretaria nacional de Acciones para la Defensa de las y los Consumidores, Débora Giorgi.
Feletti congeló 1.432 productos de primera necesidad tras no arribar a un acuerdo voluntario con la totalidad de los fabricantes y distribuidores a una semana de asumir. La canasta básica alimentaria y el salario de los trabajadores se deterioraron sustancialmente en septiembre (con la suba de precios del 3,5%) y en los primeros días de octubre Nación observó algunas remarcaciones del 10% al 20%.
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