Mientras revisan sus estrategias de campaña para las elecciones generales de octubre, los cinco candidatos que pasaron el filtro de las PASO aprovechan el «impasse» de las actividades proselitistas para hacer el calentamiento previo al primer debate presidencial que, en un contexto político y económico que cambió drásticamente, podría tener una importancia mayor a la que tuvo en 2019.
De los 17 candidatos que se presentaron a las primarias quedaron cinco: Javier Milei de La Libertad Avanza; Sergio Massa de Unión por la Patria; Patricia Bulrich de Juntos por el Cambio; Juan Schiaretti de Hacemos por Nuestro País y Myriam Bregman del Frente de Izquierda. Todos están obligados por ley a participar del debate que organiza la Cámara Nacional Electoral.
El debate tendrá dos entregas. La primera se llevará a cabo el 1 de octubre en la Universidad Nacional de Santiago del Estero y la segunda una semana después, el 8 de octubre, en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Los candidatos empiezan a entrar en calor con apariciones en los programas políticos del prime time televisivo.
La diferencia con el primer debate obligatorio de 2019 no es menor para los candidatos. En aquella oportunidad, las PASO habían dejado al hoy presidente Alberto Fernández 16 puntos arriba del ex mandatario Mauricio Macri, mientras que hoy Milei llega como el más votado pero con apenas dos puntos sobre Juntos por el Cambio y tres sobre Unión por la Patria.
Si bien el escrutinio definitivo que empezó el miércoles puede arrojar alguna variación respecto del resultado del 13 de agosto, el cambio del tablero político nacional es notable. La «grieta» que personificaban Fernández y Macri se volvió mucho más difusa con la irrupción del libertario, que duplica el discurso opositor y le impone un desafío a Bullrich, sobre todo.
Debate presidencial: por qué puede ser crucial para Milei, Bullrich y Massa
A ello se suma que, si se toman los votos individuales de cada candidato, la ventaja de Milei sobre Massa y Bullrich es bastante más amplia. Por ello, el debate puede ser una instancia crucial para los candidatos de Juntos por el Cambio y de Unión por la Patria de cara al 22 de octubre. En el rediseño de la campaña que pergeñan ambos, la cita del 1 y el 8 de octubre ya está marcada en rojo.
Bullrich, Milei y Massa serán los protagonistas centrales del debate, en un escenario político muy distinto al de 2019
Fuentes de la Cámara Electoral indicaron a iProfesional que el Consejo Asesor del Debate está «trabajando desde principios de año» y ya tuvo varias reuniones, aunque todavía no con los candidatos y sus equipos de campaña. Entre todos tienen que acordar, entre otras cosas, los ejes temáticos que tendrá el debate. Esto es clave para el nuevo contexto por varias razones.
Por un lado, el electorado se inclinó en las PASO por el candidato más disruptivo, que propone abiertamente un ajuste económico sin precedentes (15% del PBI) y un cambio total del estado de las cosas, incluidos temas hasta indiscutidos y hasta consensuados. Por el otro, el agravamiento de la crisis económica tras el sorpresivo resultado y la devaluación anticipan que, al momento del debate, el país podría estar transitando una inflación mensual de dos dígitos.
La economía será uno de los ejes temáticos ineludibles del debate, mucho más que en 2019. Es un terreno muy incómodo para Massa, candidato y ministro, y pantanoso para Bullrich, que intenta poner racionalidad sobre los cambios que propone Milei y que ella puede compartir, pero no así como los plantea el libertario.
El candidato de La Libertad Avanza, en tanto, tendrá que surfear otros temas que pueden tocar fibras sensibles del electorado y en los que ya mostró capacidad de aventurar ideas extremadamente controversiales, como ocurrió cuando no se opuso a la posibilidad de que una persona pueda «vender sus órganos».
Los ejes temáticos del debate y las «balas de plata»
En ese contexto, los candidatos prepararán varias «balas de plata» para el combate dialéctico que los enfrentará en cada eje temático del debate. Todos tendrán datos, archivos poco amigables, críticas puntuales, chicanas y frases tipo eslogan en el cargador para disparar en el momento adecuado.
Milei podrá resguardarse jugar nuevamente con la carga negativa del término «casta» para agrupar a todos los otros competidores, sumado a la idea del «que se vayan todos». Bullrich puede descalificar la gestión de Massa e insistir con la necesidad de un «cambio profundo» pero con equipos y experiencia, lo que le falta al libertario.
En 2019, Fernández llegó al debate con 16 puntos de ventaja sobre Macri y la competencia estaba más marcada
El oficialista, en tanto, intentará explicar los avatares de su gestión y fidelizar al voto más progresista de Unión por la Patria con la misma táctica de Milei, pero otro concepto: agrupar a sus dos competidores inmediatos como parte de la misma «derecha» que quiere «eliminar derechos» adquiridos de los argentinos.
Para todo ello, los ejes temáticos que se definan para el debate serán fundamentales. En 2019, los temas elegidos fueron ocho y se dividieron entre las dos instancias.
En el primer encuentro el debate fue sobre Relaciones Internacionales; Economía y Finanzas; Derechos Humanos, Diversidad y Género y por último Educación y Salud. En el segundo se abordaron los ejes Seguridad; Empleo, Producción e Infraestructura; Federalismo, Calidad Institucional y Rol del Estado y finalmente Desarrollo Social, Ambiente y Vivienda.
¿Qué pasa si un candidato se niega a participar?
La ley 27.337 sancionada en 2016 incorporó al Código Nacional Electoral la obligatoriedad de que todos los candidatos que superen el piso de votos establecido para las PASO (1,5%) participen de debates preelectorales públicos «con la finalidad de dar a conocer y debatir ante el electorado las plataformas electorales de los partidos, frentes o agrupaciones políticas».
La misma norma determina que debe haber dos instancias, una en una provincia del interior del país y otra en la Capital Federal, más una tercera en caso de que haya balotaje. Si se diera esa situación, el debate entre los dos candidatos sería el 12 de noviembre.
De acuerdo a la ley, la sanción para el candidato que no cumpla con la obligación de debatir será el «no otorgamiento de espacios de publicidad audiovisual«, los cuales «se repartirán de manera equitativa entre el resto de los candidatos participantes».
Además, durante el debate «el espacio físico que le hubiera sido asignado al candidato faltante permanecerá vacío junto al resto de los participantes, a fin de denotar su ausencia».
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