Amparado en el signo de los tiempos, en el que el distanciamiento e internet conducen a cercanías virtuales de dimensiones a veces impensadas, el lunes pasado sucedió un acontecimiento singular.
“El evento virtual “Fé cristiana y compromiso político”, que organizó el Frente Grande Tucumán, tuvo una inusual riqueza tanto espiritual como política. Organizado y conducido por Fabiola Orquera, el ex diputado nacional José Vitar tuvo a su cargo la presentación de los disertantes: “‘Pochito’ Brizuela, un ex sacerdote riojano a quien conocí siendo seminarista en la resistencia contra la dictadura y actual Sec. de Derechos Humanos de la Rioja. Gustavo Carreras, destacado sacerdote del Tercer Mundo en los años 70, ex profesor de Filosofía de las Universidades nacionales de Tucumán y Santiago del Estero y vicepresidente de la Asociación Civil “Laudato Si” y nuestro querido padre Raúl Juárez, párroco de la Ramada de Abajo, sacerdote de Opción Preferencial por los Pobres, a quien apreciamos y respetamos por su enorme estatura humana y religiosa”.
Entre las más de sesenta personas que siguieron el evento se encontraban referentes como Fray Gonzalo Ituarte Verduzco, O.P. Prior del convento de San Alberto Magno (México), Silvana Gomes, del Movimiento Fe y Política (Brasil), Ester Noat, del Movimiento Cuidadores de la Casa Común, y Alwin Nagy, Presidente de la Asociación Laudato Si, además de participantes de Bolivia y España y de otras provincias, todos interesados en reflexionar sobre la perspectiva social del cristianismo y la pobreza como clave para pensar e interpretar “el signo de los tiempos”.
Quienes nacimos a partir de los ochenta sentimos el fervor político y cultural que transmitieron los testimonios de los expositores, que llevaron a transitar por horizontes de sentido de difícil acceso en el presente. El padre Raúl, formado en Salamanca, con amplia experiencia en el trabajo con Comunidades Eclesiales de Base y en promoción cultural, recordó la importancia que en el contexto local tuvo el Movimiento de los Sacerdotes para el Tercer Mundo, historia que merece ser recuperada para la memoria colectiva, pues abre la posibilidad a una teología “desde abajo”, nacida “de la experiencia de estar con la gente”. Para él, la Opción Preferencial por los Pobres, más que una acción, es “una mística”, “una opción de clase” y “una perspectiva” que se identifica con esa situación y la toma como clave para la comprensión de los conflictos sociales.
“Pocho” Brizuela, quien fuera estudiante en el Seminario de nuestra provincia, recordó las clases del filósofo y teólogo tucumano Gaspar Risco Fernández, al tiempo que compartió su experiencia de militancia y de consagración al sacerdocio en el contexto dictatorial en La Rioja. Transmitiendo con pasión su concepción del vínculo entre Fe y Política, destacó la figura del mártir y beato Obispo Angelelli, de quien aprendió la práctica de una “pastoral con rostro de pueblo”.
Gustavo Carreras, por su parte, se refirió al Concilio Vaticano Segundo y a la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín (1968), que daría origen a la Teología y la Filosofía de la Liberación-, así como a la encíclica Laudato Si, en la que el Papa Francisco hace un llamado a defender la Casa de todos, es decir nuestro planeta. En este derrotero, destacó algunos puntos que permiten identificar la religiosidad de América Latina con lo popular, con la denuncia de las injusticias sociales y con la lucha por alcanzar mayores instancias de emancipación en un contexto de crisis planetaria.
Si bien esta apretada crónica no llega a dar cuenta de la profundidad de las exposiciones, de la enorme trayectoria de los disertantes en el campo social y religioso ni de los emocionados aportes del auditorio, lo importante es subrayar que se visualizaron los múltiples problemas que hoy afectan a la humanidad en su conjunto, con matices propios de cada lugar. La urgente necesidad de afrontar los conflictos ambientales, la desigualdad social y la inequidad en todas sus formas reclaman una espiritualidad cristiana comprometida con el proyecto de una humanidad renovada. Atravesados por la urgente coyuntura actual, expositores y público expresaron la necesidad de próximos encuentros, lo que pone en evidencia no sólo su interés por la historia vivida y su compromiso político, sino también la demanda de un cristianismo de “aprojimación” -en términos de Risco Fernández- hacia el desclasado, el pobre, el Otro/a/e latinoamericano.
Me parece muy valioso que desde diferentes representantes y ejercicio de roles del cristianismo se involucren en el análisis y diseño de estrategias de las intervenciones en los diferentes ámbitos (social; político; ecológico; productivo; etc), sería sumamente valioso tomar posicionamiento para que esto permee en la estructura de las Iglesias locales y en gran parte de sus fieles, … evalúo que procurar tener incidencia debe constituirse en un objetivo prioritario.