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Katopodis: «La grieta se resuelve gobernando mejor»

"Alberto es el vértice, el que garantiza la unidad de la coalición", afirma el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, en una entrevista.
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Cambió las zapatillas y el jean de intendente por el traje azul y los zapatos negros de ministro, pero salvo eso no se notan grandes cambios en Gabriel Katopodis. O tal vez sí, la amabilidad en el trato, ahora deja entrever un esfuerzo casi imperceptible por sobreponerse a las urgencias de un cargo crítico para la recuperación económica. Más de 500 mil millones de pesos en obras, para un país al que le falta todo.

Para muchos en la coalición oficial es de los ministros que sí funcionan. Albertista explícito, sorprendió al imprimirle gestión a un animal complejo como es Obras Públicas, en medio de la pandemia. Apenas horas después de anunciar junto al presidente el plan de más de 1.000 obras, recibió a LPO en su despacho del Palacio de Hacienda.

Acaba de anunciar un plan de obras. ¿Cuál es la diferencia entre este plan y lo que se venía haciendo desde el año pasado o con las inversiones de la era Macri?

Se anunciaron mil obras que están en ejecución y que no son como decimos ‘mil carteles’. Son cientos de poblaciones, miles de familias beneficiadas por la obra publica. Son cientos de miles de trabajadores. Y el dato es que la construcción, la obra pública se viene recuperando de manera continua en los últimos meses y eso tiene que ver con decisiones que tomó este gobierno.

La industria nacional viene reactivándose a buen ritmo y esto también tiene que ver con las decisiones que tomó este gobierno. En el caso de la obra pública, duplicando los presupuesto, que pasaron del 1,1% del PBI al 2,2% del PBI.

¿Ese 1,1% corresponde al final del gobierno de Macri?

Claro. El 2,2% que es el primer presupuesto que llevamos al Congreso que es el de 2021. 

Estamos arrancando de atrás. Nos estamos recuperando de una caída de la inversión en infraestructura y en obra pública del 61% entre 2015 y 2019.

«Estamos arrancando de atrás, recuperando una caída del 61% de la inversión en infraestructura entre 2015 y 2019. Este año duplicamos el presupuesto que pasa del 1,1% del PBI al 2,2%. Vamos a hacer mil obras, no mil carteles».

Está claro que en esta crisis es la obra pública la que empuja la economía, la que mueve primero, hasta que el conjunto de los sectores de la economía puedan desarrollarse. Porque, además, tiene un efecto multiplicador en el empleo.

Cada vez que ponemos en marcha la obra pública, se mueve el corralón, la hormigonera, la cementera, el flete. Así que son mil obras que se están llevando adelante en las 24 provincias y en los 2.300 municipios y que además se están haciendo bajo un criterio muy riguroso en cuanto a la distribución y la ejecución.

Un Ministerio que arrastra una historia frondosa de casos de corrupción…

Nosotros instrumentamos una política de transparencia muy fuerte. Creamos el Observatorio de la Obra Pública donde participa Cippec, Poder Ciudadano y la mayoría de las universidades nacionales del país. Y desde allí se está construyendo un código de ética y una cantidad de herramienta para el seguimiento de la obra pública. A eso se le suma el Mapa de Inversiones que permite que esas mil obras queden en una plataforma online y que cualquier ciudadano de a pie pueda saber desde su celular cómo es la ejecución, quien ganó la licitación y pueda controlar qué hacemos con los recursos públicos.

¿Cómo se definieron esas mil obras públicas? ¿son parte de un plan general? ¿se negociaron con cada gobernador? ¿Como se llegó a ese listado de obras?

Hay tres tipos de obras: por un lado, las obras que corresponden a la matriz del país, las obras que necesita Argentina independientemente de quién gobierne que son parte de una agenda de hace muchos años y que responden a una matriz de desarrollo. Son obras hídricas, grandes obras troncales, grandes rutas que tienen que conectar e integrar las economías regionales y sacar la producción hacia afuera. Son obras que exceden las jurisdicciones provinciales, que se definen desde una mirada de desarrollo a nivel país.

En segundo lugar, aparecen obras que tienen que ver con mejorar la vida cotidiana de la gente. Obras que hoy se empiezan a sentir en tres manzanas a la redonda de cualquier ciudadano. El agua, la cloaca, el pavimento, y que tienen la posibilidad de generar mucha mano de obra intensiva. Cada obra de cercanía que vamos llevando adelante generan empleo y allí los intendentes vienen cumpliendo un rol importante.

En tercer lugar, aparecen obras de lo que llamamos Infraestructura Social del Cuidado, obras vinculadas a la emergencia de la pandemia, a la construcción de hospitales, de centros integrales para la mujer, centros de desarrollo infantil. 

¿Como se avanza en obra pública cuando no se cuenta con crédito externo y con una macroeconomía tan débil?

Tiene que ver con las prioridades que definió este gobierno y que vino a cambiar lo que recibimos el 10 de diciembre. Esto es: menos recursos en el pago de la deuda y más recursos para obra pública.

Los más de 500 mil millones que se invertirán en las 1.000 obras que anunciamos es el presupuesto de lo que tenía que pagar este año la Argentina al FMI. El Presidente tomó la decisión de volcar esos recursos a la obra pública, la vivienda, la salud y la educación.

El Presidente hacia esa cuenta: los más de 500.000 millones de pesos que representan el presupuesto de las mil obras significan lo que el gobierno tendría que pagar este año de intereses al Fondo Monetario Internacional (FMI), si no es que se da una renegociación. Son 6.000 millones de dólares este año, 18.000 millones el año que viene y 19.000 millones el año siguiente.

El gobierno tomó la decisión de negociar tanto con los bonistas como con el fondo y reasignar en función de esa negociación recursos hacia la obra pública, los planes de vivienda, la educación, la salud. Sobre todo, en este contexto de emergencia que estamos viviendo donde lo que queda de pie es el Estado. Porque es el Estado el que puede generar este tipo de respuesta.

Lo que se transforma en una palanca y lo que más rápido nos va a sacar de esta crisis es la obra pública y el apoyo a la industria nacional.

Usted fue intendente de un distrito postergado durante al menos dos mandatos, en el reparto de la obra pública. Ahora tiene la posibilidad de estar en el lugar donde se definen esas obras que no recibió ¿como vive ese cambio?

Estamos con una agenda que permite que coordinemos con las 24 jurisdicciones.

¿Pero le pasa de decir: «qué fácil que era resolver esto»?

No, lo que vemos es que se puede hacer. Que se puede administrar la obra pública de una manera transparente y con un carácter federal sin andar preguntando a ningún intendente o a ningún gobernador en qué baldosa de la política están parados.

Nosotros duplicamos la inversión en la provincia de Mendoza. Esa provincia recibió en los cuatro años de Macri la mitad de lo que va a recibir en nuestra gestión.

¿Cuando favorece a adversarios políticos del Frente de Todos no recibe presiones del Presidente o del kirchnerismo?

No. Fue el Presidente quien me marcó que la distribución de la obra pública tiene que ser bajo parámetros objetivos con criterios absolutamente transparentes. Pero déjame decirte una cosa más: en los cuatro años de macrismo, la inversión en obra pública en la ciudad de Buenos Aires aumento el 2.592%. De eso se trata. De cómo reasignar los recursos y de cómo redistribuir los recursos de una manera más equitativa y más justa.

En los cuatro años de macrismo, la inversión en obra pública en la ciudad de Buenos Aires aumento el 2.592%. El Presidente me marcó que la distribución de la obra pública tiene que ser bajo parámetros objetivos y de eso se trata, de cómo distribuir los recursos de una manera más equitativa y más justa.

¿Y ahora la Capital se va a quedar sin obras?

No. Va a tener y tiene su agenda de obras y estamos trabajando en la urbanización de la villa 21-24 donde hicimos obras de aguas de cloacas y todo el camino de sirga vinculado al Riachuelo y además todas las obras de Aysa que son en la ciudad.

Es evidente la diferencia que existe entre la Capital y buena parte del interior en infraestructura, pero también es cierto que los más de doce años de gestión porteña del macrismo fueron claves en ese salto.

La vara de nuestro gobierno no es ni el gobierno de Macri ni los resultados de un país quebrado que nos dejaron después de cuatro años de gobierno. La vara nuestra es escuchar a la gente todos los días, entender qué necesitan y qué merecen. Y es allí donde está puesta buena parte de nuestro esfuerzo.

Hoy cualquier argentino tiene un familiar o un vecino en su manzana que se vacunó o se está vacunando, cualquier trabajador está haciendo la cuenta de cómo le impacta en el bolsillo la reforma del impuesto a la ganancia.

Cualquier intendente de los 2.300 municipios sabe qué obras esta haciendo el Ministerio de Obras Públicas en su municipio, independientemente del sector político al que pertenezca.

Las promesas de este gobierno se pueden tocar. Dejamos atrás la Argentina de cuatro años donde había más carteles que obras terminadas, más publicidades que obras inauguradas. Unos 20 millones de argentinos no tiene cloaca y 8 millones no tienen agua. Ahí hay una urgencia y una prioridad.

Menciona obras inconclusas, hablemos de una icónica, el tercer anillo del Conurbano, la autopista Presidente Perón, antes del Buen Ayre.

De las mil obras, 300 son rutas. ¿Qué rutas? Las que definimos en función de las prioridades acordadas con los gobernadores. Las rutas que integran esta Argentina federal que permiten movilizar las economías regionales.

Las grandes troncales como la ruta 7 o la 8 en la provincia. La Presidente Perón que une 80 kilómetros y más de 12 municipios. La 34 en Santa Fe, la 19 en Córdoba, la 18 en Entre Ríos.

En cada provincia, en cada región hay rutas que se están haciendo. La mayoría de estas obras se empezaron a diseñar y ejecutar hace 10 o 15 años. Tenemos una consigna muy clara que es que vamos a terminar las obras que están empezadas. No importa si las empezó el kirchnerismo o el macrismo. Vamos a terminar todas las obras que están empezadas. Por eso son más de 300 rutas que hoy se están ejecutando de punta a punta.

La 11 en Chaco y en Formosa, la 40 y la 22 en Neuquén, la 60 en Catamarca, la 1 y la 3 en Catamarca.

¿Al terminar el mandato, si terminan las rutas que están en obra cuál sería la cantidad de kilómetros nuevos?

Rutas federales son 40.000 kilómetros, pero tenés tres tipos: de alta intensidad de tránsito, unos 8000 kilómetros; de mediana intensidad, unos 25.000 kilómetros y el resto de baja intensidad. Hoy estamos en obra en más de 2000 kilómetros y nosotros pretendemos en los próximos seis años poder generar la inversión que permita tener un desarrollo vial bastante completo y articulado.

¿Seis años? ¿Descuenta que la reelección de Alberto es un hecho entonces?

Yo te digo cómo son los plazos, después vemos.

Somos un frente, una coalición con matices, con diferencias, pero son los matices y las diferencias lo que nos permitió ganar y nos permite seguir consolidando esta coalición. ¿Quién garantiza la unidad de esa coalición, quién garantiza que esa coalición tenga un vértice claro?: Alberto Fernández.

¿Como dirigente de la provincia de Buenos Aires, como ve la candidatura de Máximo Kirchner al frente del PJ bonaerense?

Está claro que hay una decisión tanto de Máximo como de los intendentes de la provincia de liderar juntos este momento del peronismo en la provincia y que eso además se articule con la presencia de Alberto Fernández a nivel nacional. Nosotros somos un frente, una coalición con matices, con diferencias, pero son los matices y las diferencias lo que nos permitió ganar y nos permite seguir consolidando esta coalición.

¿Quién garantiza la unidad de esa coalición, quién garantiza que esa coalición tenga un vértice claro?: Alberto Fernández. Y en la provincia de Buenos Aires es Axel Kicillof como gobernador; es Máximo por liderar una de las agrupaciones más importantes de la provincia y los intendentes que vienen teniendo una tarea fundamental en el territorio.

¿Y cómo cree que les va a ir en la provincia en la elección de este año?

Bien. Me parece que la gente no nos va a premiar, ni vamos a buscar que nos premien en las próximas elecciones. Lo que si vamos a buscar es que nos den el voto de confianza, el apoyo para terminar de sacar a la Argentina de esta crisis.

No es tanto un voto para el gobierno sino un voto para el país, donde la clave está en el empezar a sacar a la Argentina de esta crisis. Todavía nos duelen los cuatro años de macrismo y hoy nos duele la crisis y la situación de emergencia más importante en nuestra historia. Y en ese contexto hay un gobierno que tiene las prioridades muy claras.

¿Qué tanto impacta la denominada grieta en la gestión diaria?

A veces se la trata de tironear, en un contexto de mucho ruido. Pero el gobierno tiene que volver a centrar y enfocar las prioridades que tiene la gente que son la salud, el cuidado, la vacuna y empujar la economía. Esas tienen que ser las únicas obsesiones y prioridades en las que tiene que enfocar el gobierno.

Existe una oposición que intenta enloquecer y enojar a los que ya están enojados en la Argentina por imperio de esta pandemia. Nosotros tenemos que tranquilizar, hablar fuerte y hablar claro sobre cuáles son los objetivos, cuál es el rumbo, qué venimos a hacer, qué estamos haciendo y hacia dónde queremos ir.

Pero es verdad que existe una oposición que intenta enloquecer y enojar a los que ya están enojados en la Argentina por imperio de esta pandemia. Nosotros tenemos que tranquilizar, hablar fuerte y hablar claro sobre cuáles son los objetivos, cuál es el rumbo, qué venimos a hacer, qué estamos haciendo y hacia dónde queremos ir.

Y tenemos que tener la capacidad de conectar, de representar, de interpelar las preocupaciones y los intereses del ciudadano de a pie. La obra pública de alguna manera significa estar a la altura del esfuerzo que hizo la gente durante este año. Estar a la altura del esfuerzo que hizo el comerciante, el industrial Pyme. Que ellos sientan que vamos encolumnando, alineando el esfuerzo de la gente con el esfuerzo del gobierno.

¿La obra pública es un lugar que rompe la grieta? Es decir, difícil oponerse a una obra en un país donde falta casi todo…

Hay muchos temas donde los argentinos están afuera de la grieta, lo que pasa es que hay un lugar de la grieta que es muy ruidoso. Pero la mayoría de los argentinos se quieren vacunar y seguir empujando la economía.

¿Está describiendo el camino del centro?

No, no es el camino del centro. Lo que digo es que hay una mayoría de los argentinos que en algunos temas tiene una posición unificada y por fuera de la grieta. Siempre dijimos que la grieta se resuelve gobernando mejor. Eso lo tiene en claro Alberto y para este gobierno la grieta no es otro sector de la política. Para nosotros la grieta es sacar a la Argentina de esta pandemia, reconstruir la economía, generar empleo y poner en marcha la industria nacional.

Siempre que Argentina estuvo en crisis como esta, las dos amarras fueron la obra pública y la industria nacional y me parece que esas son las palancas que tenemos para este momento de la Argentina.

¿Cómo convive con el kirchnerismo en la gestión, en el gobierno, en la política?

Tenemos un ministerio que está ordenado, bajo premisas y objetivos que yo definí desde el primer día y donde hay compañeros de la mayoría de los sectores políticos.

Tenemos una agenda que venimos cumpliendo de manera muy rigurosa. Hemos ejecutado el año pasado el 97 % del presupuesto y estamos hoy con más de mil obras. Cuando llegamos había 250 y el 70% estaban paralizadas. Debíamos 35.000 millones de pesos y teníamos una bomba de tiempo que eran las PPP.

Nosotros desarmamos la PPP, pagamos los 35.000 millones de pesos que nos había dejado la administración anterior y reactivamos la obra pública. Y además generamos proyectos para que hoy la cartera tenga mil obras en marcha en todo el país. Y no son puestas en escena, son lugares concretos, realidades concretas de obras que van tocando las fibras, lo más básico, lo más concreto de la vida de estas comunidades.

¿Se puede gestionar bien con Cristina con el rol que tiene?

Absolutamente. Cristina es la dirigente que más reconocimiento tiene de buena parte de los sectores populares y buena parte de nuestra sociedad. Y ese reconocimiento y ese cariño se lo ganó ella. En general nosotros venimos trabajando con intendentes que vienen del peronismo, que militan en La Cámpora, con gobernadores más afines a la mirada de Alberto, pero también con gobernadores que se sienten cómodos con Cristina. Venimos trabajando con todos.

La grieta era que Formosa y Tucumán durante los cuatro años del macrismo no tuvieron obra pública. La grieta yo la resuelvo cuando logro garantizar que en las 24 provincia haya obra pública. La grieta se resuelve gobernando mejor.

Cuando Usted habla con estos gobernadores opositores, como contaba el caso de Mendoza. ¿Qué dicen ellos de la obra pública en la época de Macri? ¿Qué lectura hacen?

Yo estuve en Mendoza hace dos semanas. Estamos trabajando con 18 departamentos, la mayoría no son peronistas, solo seis son del PJ. Pero estamos trabajando con todos problemáticas como agua, cloacas, saneamientos.

Yo le decía al gobernador de Mendoza y a los intendentes que a esa provincia no le fue bien en los cuatro años del macrismo. No le fue bien ni con la obra pública, ni le fue bien con la economía. Ni le fue bien al productor, ni al comerciante, ni al sector del turismo.

No le fue bien porque el modelo que proponía el macrismo claramente priorizaba y privilegiaba otras variables. Y la Argentina cada vez que un gobierno priorizó los intereses del sistema financiero no terminó bien, para la vida de los argentinos y para la economía del país. Y creo que tanto para la provincia de Mendoza, como para la mayoría de las provincias ese reflejo es muy claro.

¿De estas 1.000 obras hay alguna que considere como emblemática o que le gustaría que sea la obra de su gestión?

No, lo que me parece más importante es plantearte que todo esto que estamos haciendo lo estamos haciendo en pandemia. Estamos terminando un año entero de pandemia. No nos tenemos que olvidar nunca de eso, de que logramos reactivar la obra pública en la peor crisis en la historia de nuestro país.

El objetivo central es ese: cómo la obra pública puede empujar la economía, cómo garantizamos que este al servicio de un modelo productivo y no de un modelo que en el gobierno anterior estaba pensado para que algunos se llenen los bolsillos y la gran mayoría de los argentinos se sigan empobreciendo.

El esquema de las PPP del macrismo fue muy claro. ¿Quien proponía el precio del kilómetro en el esquema PPP?: La timba financiera.

Vuelve la comparación con el gobierno pasado: ¿Está seguro que no están en el negocio de la grieta?

Nosotros no igualamos para abajo, la vara no es el macrismo, la vara para nosotros es la responsabilidad de construir una Argentina mejor. La grieta era que Formosa y Tucumán durante los cuatro años del macrismo no tuvieron obra pública. La grieta yo la resuelvo cuando logro garantizar que en las 24 provincia haya obra pública.

La grieta la resolvemos garantizando que los 300 jardines de espacios cuidados los vamos a construir y los vamos a levantar en los lugares más pobres de la Argentina. Los 12 hospitales modulares los hicimos en municipios gobernados por intendentes peronistas y de Cambiemos.

Hablemos un minuto de cómo está el Gobierno: ¿Porqué cree que en los medios grandes impera la lectura que Alberto se radicalizó, se plegó al kirchnerismo?

Yo siento que hay una agenda mediática y en gran medida sostenida por la oposición que no tiene un correlato con las preocupaciones que tiene la gente. A mi me toca recorrer el país, tengo muchos kilómetros encima escuchando a los vecinos. No viendo sólo lo que está haciendo el gobierno sino viendo lo que está haciendo la gente y la verdad es que nuestro pueblo empuja, se arremanga, sabe curar heridas y sabe ponerse de pie. Y no está muy preocupado por los temas que muchas veces aparecen en el círculo de la política.

Y está claro que tenemos un Presidente que lleva adelante el peor momento en la historia de nuestro país con mucha seriedad, con responsabilidad, que no especula. Que cuando hay una catástrofe como fue en San Juan o en Chubut va y pone el cuerpo.

Que nos insta a todos a arremangarnos y poner nuestros ministerios en función de que se ponga en marcha la Argentina.

Dejamos el 2020 como un año donde todos perdimos mucho, un año de mucho dolor y entramos en el 2021 que es un año de reconstrucción. Y me parece que la gente va a comparar cómo se gobernó en la Argentina en los últimos cuatro años y cómo se gobierna hoy.

Fuente: https://www.lapoliticaonline.com/