La damajuana de vino está en el imaginario colectivo de los argentinos y las argentinas desde hace ya un tiempo tanto por canciones de cumbia como de cancha. Presente en el imaginario, ausente en la mesa: hasta 2020, el fenómeno de las damajuanas venía en evidente caída.
Y si bien la pandemia golpeó a la gran mayoría de los sectores, con la damajuana sucedió todo lo contrario: de acuerdo a lo revelado por el Observatorio Vitivinícola Argentino, la venta de damajuanas cerró el 2020 con una suba promedio del 14,77%.
En diálogo con BAE Negocios, Carlos Crotta, presidente de Bodegas y Viñedos Crotta, explica: «Se vende más en el interior del país, parecía que se había perdido la costumbre en las grandes urbes, pero en Palermo Soho nos compran mucho para venderlos en los pingüinos y los restaurantes también nos compran grandes cantidades para la cocina. Les vendemos también damajuanas en cantidades a las cocinas del Sheraton, Hyatt, a todos los cinco estrellas».
Crotta explica este aumento del consumo de damajuanas por el simple hecho de que la gente tuvo que pasar más tiempo en casa. A pesar del fuerte aumento sostenido a lo largo de los meses, la cifra podría haber ido a mayores… de no ser porque el stock de damajuanas se agotó. «Las ventas aumentaron tanto que en junio, julio y agosto nos quedamos sin envase porque Cattorini, que es el único fabricante, no podía vendernos», explicó el empresario.
Recomendados
Más motosierra: el Gobierno achica los subsidios para las cuotas sin interés
Denuncian a Carolina Losada y Mariano Cúneo Libarona por exponer a una joven en un caso de abuso sexual
Toyota desarmó su «carry trade» y el Banco Central perdió USD 600 millones de reservas