El aumento incesante del precio de los alimentos de los últimos meses, incluso por encima del índice de inflación general que calcula el INDEC, ha puesto nuevamente en el debate publico la necesidad de abordar este tema por parte de todos los sectores involucrados y de la población en general.
Desde la Federación Nacional de Organizaciones Nucleadas en la Agricultura Familiar (FONAF), integrante de la CTA, están impulsando la creación de una Compañía Federal de Alimentos” (COFAL) que se constituya en una ‘Empresa Federal testigo, de gestión mixta, que canalice la producción, la logística integrada y la comercialización de alimentos argentinos sanos, seguros y soberanos.’
Lea el comunicado completo acá:
‘La cuestión alimentaria, junto al martirio cotidiano de la inflación que carcome nuestros ingresos, está en el centro de la Agenda Popular, tanto como la cuestión sanitaria. Por algo se ha instalado en el imaginario colectivo de nuestra sociedad que en esta etapa, nos toca atravesar y padecer dos pandemias: la primera, la del neoliberalismo que sin virus en el medio, bajó nuestros salarios, destruyó la jubilación, abandonó la salud y la educación, desarticuló nuestra ciencia, endeudó por cien años al país sin que se sepa todavía dónde fueron a parar los dólares de esa deuda, y especialmente llevó a la quiebra a decenas de miles de PYMES, comerciantes y productores a través del salvaje aumento tarifario, que favoreció al pequeño grupo de empresarios amigos, y concentró la economía, mucho más de lo que ya estaba. La reconstrucción será larga y difícil, no solo por el boicot permanente del poder concentrado, si no también por las complicaciones enormes que supone luchar contra esta segunda pandemia (esta vez sí, a través de un coronavirus), que viene a obstaculizar y retrasar el cambio de rumbo votado mayoritariamente por el Pueblo argentino en el año 2019. Pero no seríamos honestos si no señalamos que a todas estas calamidades se nos agrega un factor – que rogamos no se transforme en otra epidemia – que es el de “los funcionarios que no funcionan…”, aquellos que tienen la “agricultura familiar” en sus discursos pero no en los presupuestos, los que hablan de “promover las cooperativas y la economía social” y no las fortalecen, los que nos saturan con discursos de “desarrollo y abastecimiento local” y no se les cae una idea para organizar la producción de cercanía. Los que hablan de recrear el Federalismo y se rinden ante la agenda de la CABA y el Conurbano (espacio ultraconcentrado que solo tiene solución sostenible, justamente con Políticas de Arraigo genuino, no solo para quedarse con calidad de vida en nuestras provincias, si no también para volver). Pero también nos preocupa la ingenua persistencia de querer controlar los precios “acordando” con los formadores de precios, sin desarrollar organizadamente la oferta que compense y compita en cada territorio. Nos preocupa que en el “altar de fortalecer la demanda agregada”, terminemos perpetuando la desigualdad social y territorial porque “más salario en nuestros bolsillos” terminará yendo por la perversa canaleta de la concentración de los formadores de precios, si no trabajamos en simultáneo una estrategia de ampliar y diversificar la oferta y la competencia en los territorios, y no en los escritorios.
Efectivamente la Reconstrucción de la Nación será larga y difícil, y como no tenemos vocación de espectadores de nuestra propia historia venimos a expresar nuestras observaciones y preocupaciones, pero también nuestras propuestas. Queremos un Plan Estratégico que no se limite al puro cemento (siempre necesario y dinamizador), que fortalezca el mercado interno, asegure la soberanía alimentaria, la ocupación armónica de nuestros territorios, nuestros ríos y mares, y afirme integralmente el Arraigo. Pero tampoco la historia se dedicará a esperarnos, necesitamos “planificar cabalgando”, tanto desde el gobierno, como desde nuestras organizaciones. Por ello formalmente a nuestra Coalición gobernante demandamos que no puede seguir ausente de una “política de producción, abastecimiento y acceso de nuestros alimentos”, que se necesita profundizar la etapa de los llamados “precios cuidados”, o de “precios máximos” (herramientas útiles, pero insuficientes en el tiempo y en el espacio), para pasar a encauzar la oferta y la demanda en cada territorio, superando las eternas y también insostenibles licitaciones de mercaderías a proveedores cartelizados. Y junto a esta demanda, también invitamos a nuestras organizaciones de productores, de consumidores, cooperativas y pymes de alimentos y servicios, mutuales, Sindicatos y Centrales Obreras, Federaciones, y a todos los niveles del Estado y/o sus organismos descentralizados a impulsar el surgimiento y la conformación de una “Compañía Federal de Alimentos” (COFAL), que partiendo desde el fortalecimiento del abastecimiento local – y continuando con un articulado Sistema Nacional de Comercialización – avancemos progresiva y persistentemente hasta constituir esta Empresa Federal testigo, de gestión mixta, que canalice la producción, la logística integrada y la comercialización de alimentos argentinos sanos, seguros y soberanos.
No podemos eternamente seguir solo “en la defensiva” en una cuestión tan vital como el alimento diario de nuestras familias. Tratar de que nuestros salarios le alcancen a los precios, es una batalla perdida de antemano, mientras la formación de precios siga siendo un sistema tan concentrado. Necesitamos la simple, elemental y decidida promoción, construcción y organización de herramientas estratégicas para competir en cada territorio con nuestros productos, productores, industriales y comerciantes, y no seguir llorando sobre una leche que seguirá derramándose. El Estado no puede estar ausente en este desafío colectivo. No hay otro tiempo. Es ahora.’
Federación Nacional de Organizaciones Nucleadas en la Agricultura Familiar – FONAF.
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