A partir de esta semana, los ciudadanos de Río Tercero que asistan fiestas clandestinas y sean demorados por la Policía deberán realizar trabajos comunitarios.
Este tipo de fiestas no están permitidas en el marco de la pandemia, sin embargo tampoco existe una ley que las prohíba. Hasta el momento, el municipio aplicaba las multas contempladas en su Código de Faltas que rige desde 2007.
El mismo sanciona a quienes trasgreden las disposiciones sanitarias de seguridad e higiene y/o cualquier otra conducta que afecte a la sociedad y a las instituciones públicas y privadas con multas de entre $40.000 y $200.0000, arresto, trabajos comunitarios y asistencia a cursos educativos.
A raíz de las crecientes fiestas en la ciudad, Marcos Ferrer, su intendente, decidió extender esta norma a quienes participen de ellas dándoles a elegir entre pagar una multa o realizar tareas comunitarias.
“No se persigue un fin recaudador, sino la concientización a través del trabajo comunitario porque observamos que a pesar de las multas, hay conductas que se repiten, particularmente en los jóvenes”, aseguró el intendente afirmó que la intención es “prevenir y concientizar sobre la necesidad de la responsabilidad social ante un contexto sanitario complicado”.
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