El equipo económico precisó reflotar el acuerdo al que había llegado Sergio Massa en agosto pasado, pero que había quedado en suspenso ante los reiterados incumplimientos por parte de la Argentina. Para conseguir el visto bueno para el desembolso de los USD 4.700 millones, ahora el gobierno de Javier Milei promete hacer buena letra en los dos temas más sensibles para el organismo: las cuentas públicas y la acumulación de reservas.
De acuerdo a lo que surgió del comunicado divulgado ayer, el nuevo gobierno se compromete a un superávit fiscal primario de 2% del PBI, contra 3% de rojo fiscal que dejó Massa. Se trata de un esfuerzo enorme, que se alcanzaría por distintas vías. El aumento de las retenciones a las exportaciones y el impuesto PAIS para todas las importaciones es una parte no menor. El resto del paquete ya es conocido y fue anunciado por el ministro de Economía, Luis Caputo, ni bien asumió. Allí aparece la reimplantación por un año del impuesto a las Ganancias para asalariados, la suspensión de la movilidad jubilatoria, un nuevo blanqueo y moratoria impositiva, entre otros aspectos.
La otra pata del compromiso asumido pasa acumular USD 10.000 millones de reservas netas a lo largo del año. Luce como un monto alcanzable, teniendo en cuenta que se para el cómputo se toman en cuenta los USD 3.600 millones que compró el Central en las últimas semanas de 2023.
Esta cifra revela que solo una parte del gran superávit comercial que se espera para este año, cercano a los USD 25.000 millones, quedaría para el Central. Una parte seguramente será para pagar deuda con importadores y otra porción para hacer frente a vencimientos de empresas y provincias, que requieren acceso al mercado oficial de cambios.
En el texto divulgado ayer no se hace mención a los tiempos para una posible salida del cepo cambiario, aunque sí a los compromisos para ir eliminando las barreras del mercado. Se menciona, entre otras cuestiones, que el Central ya dejó de intervenir para definir la cotización de los distintos dólares financieros.
La negociación, por lo tanto, reflotó el acuerdo que se había transformado en “letra muerta” durante el final de la gestión de Sergio Massa al frente del ministerio de Economía. Los USD 4.700 millones que aprobará el directorio en las próximas semanas representan un puente de recursos para que el Central pase lo mejor posible este trimestre y reducir los sobresaltos cambiarios.
De hecho, los dólares financieros tuvieron aumentos significativos en la primera parte de enero, presionados por la cantidad de pesos excedentes que aún existen en la economía. Una mayor oferta de divisas, tanto de exportadores como del FMI, deberían ayudar para transitar mejor estos meses de “sequía” de divisas, a la espera de los dólares de la cosecha.
Por otra parte, en la conferencia de prensa Caputo dejó flotando la posibilidad de un nuevo acuerdo con el FMI, aunque indicó que por ahora no es un tema que se haya abordado. Todo indica, sin embargo, que es casi una certeza que se irá a un nuevo Programa de Facilidades Extendidas para mediados de año. En ese caso, se volvería a discutir un nuevo programa de financiamiento, con la posibilidad de financiamiento fresco y nuevas metas vinculadas con reformas estructurales, por ejemplo en el ámbito laboral (algo que se incluyó en el último DNU).
Tanto los bonos como las acciones reaccionaron positivamente en la jornada de ayer ante la inminencia de un acuerdo, que finalmente quedó cristalizado a última hora, a través del texto divulgado por el staff del FMI y la posterior conferencia de Caputo, acompañado por el titular del Central, Santiago Bausili.
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