Por Guido Aschieri
El 19 de junio el INDEC difundió el informe sobre la situación del mercado de trabajo en el primer trimestre de 2025, que contiene un dato al cual conviene prestarle atención. La tasa de desocupación abierta, que se define como la fracción de la población que busca empleo y no lo encuentra sobre la suma de la población empleada o en búsqueda de trabajo, escaló al 7,9 por ciento.
El guarismo tiene relevancia por dos razones. La primera, que es la tasa de desocupación más alta desde que gobierna Milei. La segunda es que, si se la compara con el primer trimestre del año anterior, la diferencia solamente es de 0,2 puntos. Pero durante 2024 las tasas de desocupación fueron tendencialmente más altas que en los dos años anteriores, en los cuales la economía se estabilizó una vez que se disiparon las restricciones vigentes desde 2020, hasta alcanzar el 5,7 por ciento en la segunda mitad de 2023.
Lo anterior indica que la economía mantiene una tendencia a funcionar por debajo de los niveles de actividad normales, si se toman como referencia los dos últimos años. Algo congruente con los valores de utilización de la capacidad instalada en la industria, por ahora más altos que en 2024, pero inferiores a los de 2023.
La misma conclusión se desprende del nivel del PIB, cuyos valores para el primer trimestre de 2025 también fueron dados a conocer recientemente. Un 5,8 por ciento más alto que el del primer trimestre de 2024, pero 0,17 puntos más bajo que el del primer trimestre de 2023.
Y aunque el PIB total de un año se calcula como promedio de los cuatro trimestres, para evitar sesgos estacionales y considerar el año en conjunto, es valedero remarcar que todavía se encuentra 2,91 puntos por debajo del PIB de 2022 completo.
O que, de la misma manera que la caída anual del PIB se atenuó a partir del segundo trimestre de 2024 por consecuencia del contraste con el momento en el que se hicieron presentes los efectos de la sequía en 2023, la tasa de crecimiento del primer trimestre de este año, celebrada por el Gobierno como la evidencia de una recuperación vigorosa, es en parte resultado de la comparación con el momento más hondo de la recesión.
Un último cálculo que permite tomar nota de la tendencia de fondo de la economía, determinada por la situación del mercado interno, es el de la variación del PIB entre 2023 y 2024 cuando se excluyen las ramas de agricultura y ganadería, pesca, minería e intermediación financiera, que son las asociadas a la exportación o, en el caso de la última, lo que en un contexto como el actual es especulación. En lugar del retroceso del 1,4 que tuvo la economía en conjunto, asciende al 4,2, más cercano a la caída del 4,7 que resulta de la suma de todas las actividades en el primer trimestre de 2024.
Si se hace la misma medición solamente en el primer trimestre de 2024 para compararlo con el primer trimestre de 2025, la tasa de crecimiento es del 3,7 por ciento. Sigue siendo positiva, pero no es el 5,8 por ciento del conjunto.
De manera que, si bien existen evidencias de que la economía se estabiliza, lo hace en torno a un nivel de actividad y de ingresos mermado con respecto a sus magnitudes recientes.
El relevamiento de ventas minoristas de PyMES que realiza la Cámara Argentina de la Mediana Empresa expresa esa situación. Hacia el final de marzo se constata un aumento de ventas en todos los rubros contra el primer trimestre de 2024 del 19,4 por ciento, pero ese incremento no alcanza para compensar la disminución de 22,1 puntos entre los primeros trimestres de 2023 y 2024.
El informe consigna que durante marzo “el comercio minorista operó en un contexto desafiante, con señales de debilidad en el consumo y un comportamiento cauteloso por parte de los hogares. La demanda mostró limitaciones, especialmente en rubros no esenciales, mientras que algunos sectores estacionales lograron cierta recuperación gracias a eventos como el inicio del ciclo lectivo. Sin embargo, persiste un entorno de baja liquidez en los hogares, que condiciona las decisiones de compra”.
Los motivos se amplían en el comunicado de prensa que lo acompaña, en el cuál se remarca que “los comercios atravesaron un escenario complejo marcado por el aumento de costos operativos, impositivos y de alquileres, baja afluencia de clientes, y dificultades para cubrir gastos fijos y reponer stock. La competencia de productos importados e informales, junto con una demanda contenida a pesar de las promociones, presionó los márgenes de rentabilidad, especialmente en sectores como el textil. De este modo, la adaptación, el uso de medios de pago financiados y las promociones se consolidaron como herramientas clave para sostener la actividad”.
Con resultados similares, el Ministro de Economía de la Provincia de Buenos Aires, Pablo López, difundió un relevamiento de ventas de supermercados en la provincia. Constata que la reducción entre abril de 2025 y abril de 2023 es de 10,9 puntos.
El equilibrio que transita la economía argentina es inestable, porque para las empresas significa que el tamaño de sus nóminas, o la capacidad productiva, son excesivas con respecto a la demanda actual, lo que provoca pérdidas y da lugar a una presión para que disminuyan su tamaño. Además de que, como evidenciaron los índices de precios del mes de mayo, y se resalta en el informe de CAME, los traslados de los costos se retrasan para evitar un debilitamiento mayor de la demanda.
La Provincia de Buenos Aires, escenario principal de la disputa electoral en este año por su importancia y la gravitación que sostiene en ella el peronismo, es alcanzada directamente por las tendencias descriptas. La tasa de desocupación llegaba en la región, sin considerar la ciudad autónoma, a 7,4 puntos al final de 2023. Para el primer trimestre de 2025 alcanzó el 9,7. Es decir que en el Gran Buenos Aires hubo 2,3 puntos de incremento, casi igual que los 2,2 del total nacional.
Eso se explica porque es la provincia más poblada del país, concentra casi un tercio del PIB Nacional, casi la mitad del PIB Industrial, y aproximadamente al 28% de la actividad de las empresas que operan en Argentina. Es determinante de la situación económica nacional, e inevitablemente afectada por su empeoramiento.
Fuente yahoraque.com
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