Se frustró la reunión entre referentes empresariales y sindicales y todavía sigue indefinido el aumento del salario mínimo, que es de 156 mil pesos.
Se postergó también así la definición del nuevo piso para pagar el Impuesto a las Ganancias, que equivale a 15 veces el monto del sueldo básico.
Y tampoco se conoce cuál será el valor del Potenciar Trabajo, principal plan que paga el Estado, que representa la mitad del piso salarial.
La reunión del Consejo del Salario tenía como fin determinar el nuevo esquema a partir de marzo, en el primer mano a mano en la gestión del presidente Javier Milei.
No hubo acuerdo en la suba de 85% que pidieron los sindicatos, para elevar el monto fijado en diciembre por el gobierno de Alberto Fernández en $ 156.000 hasta $ 288.600.
La sorpresa fue el modo en el que se realizó la conversación, ya que la Secretaría de Trabajo que conduce Omar Yasín habilitó dos salas de Zoom diferentes, en una para dialogar con los empresarios y en otra con los sindicalistas.
Así, la negociación no fue tal en ningún momento, ya que cada parte expresó sus opiniones por separado, en la previa a la reunión plenaria, definitoria para fijar el incremento.
Ante el pedido de los gremios, según fuentes del sector, la UIA lo rechazó, en tanto que no se planteó desde las cámaras empresariales ninguna propuesta de incremento, lo que refleja la dureza del sector patronal en las negociaciones.
Desde la previa se sabía que la CGT iba a pedir un aumento de en torno al 85%, con el argumento de la pérdida salarial sufrida por los efectos de la inflación de diciembre y enero, en ambos casos con datos superiores a los 20 puntos porcentuales.
Ese número, en los hechos, terminó siendo $ 288.600. Esa propuesta fue elevada por la central obrera, pero rápidamente descartada, lo cual era esperable, debido a que el Consejo del Salario lo conforman 16 sindicalistas y 16 representantes empresariales.
Tras ello, intervino Yasín y llamó a votar en 10 minutos nuevamente, instancia en la que se volvió a descartar el aumento propuesto por la CGT. A partir de ahí, sin acuerdo otra vez, el Gobierno buscó apelar a la figura del laudo para fijar el nuevo Salario Mínimo, pero finalizó el encuentro y la decisión la tomará Yasín.
Se especulaba, en un momento de la reunión, con una suba de apenas el 17%.
La decisión de establecer el SMVM se da de manera periódica y repercute directamente en diferentes sectores de la economía, tanto en los asalariados más altos como en los más bajos.
En el caso de Ganancias, impacta porque modifica el piso salarial a partir del cual los trabajadores son alcanzados por el pago del impuesto. Pero también pega directo en los planes sociales: el Potenciar Trabajo, principal programa estatal de asistencia, representa medio Salario Mínimo.
Con el piso salarial todavía en $ 156.000, a la espera de una actualización, el Potenciar Trabajo sigue estando en $ 78.000 mensuales, mientras que el piso de los que pagan Ganancias se ubica en $ 2.340.000.
Esos montos se renovarán una vez que el Gobierno decida actualizar, de manera unilateral, las nuevas cifras.
El comunicado de la CGT.
«El Gobierno hizo fracasar la reunión del Salario Mínimo Vital y Movil», es el comienzo del comunicado que firmó la CGT apenas terminó la reunión, en la que había propuesto llevar el SMVM un 85% más arriba de su valor actual.
«Rompiendo una larga tradición de dialogo social tripartito y acuerdos colectivos en el ámbito del Consejo del Salario en nuestro país, el gobierno impidió el normal desarrollo de la reunión con el único objetivo de boicotear cualquier posibilidad de acuerdo», sostienen en el texto.
«La Confederación General del Trabajo viene solicitando desde diciembre la reunión del Consejo para establecer un nuevo Salario Mínimo y un nuevo valor de la asignación por desempleo», añaden desde la central obrera.
Y advierten que «en tiempos de altísima inflación y con aumentos intolerables e injustificables de precios establecer un piso social es necesario e impostergable. Cómo es de público conocimiento la propuesta de la CGT es establecer un 85% de aumento sobre el último monto a partir del 1 de febrero, fijando una base de $ 288.600. Está propuesta tuvo el acuerdo de las tres centrales obreras y el rechazo de la contraparte empresaria».
«El Gobierno evitó por todos los medios posibles que la reunión se desarrollara con normalidad, los empresarios encabezados por la Unión Industrial Argentina fueron complacientes con esa estrategia y no formularon ninguna propuesta», señaló la central sindical.
Y se quejó de que «los mismos empresarios que en la OIT defienden el diálogo social y los consensos colectivos como herramienta fundamental para el desarrollo económico y social del país, hoy borraron con los hechos lo que pregonan con palabras en los foros internacionales».
«La Confederación General del Trabajo ratifica la importancia de establecer un nuevo valor del Salario Mínimo Vital y Móvil, absolutamente degradado por el intolerable proceso inflacionario», señaló la CGT.
Fuente: NA
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