El falso abogado Marcelo D’Alessio se negó este lunes a ser indagado en el juicio oral que se le sigue por intento de extorsión a Daniel Traficante, un empresario que sí declaró como testigo y dijo que lo ocurrido derivó en su «muerte social» y en el «escarnio» para él y su familia.
«Es una de las cosas más terribles que me pasó en la vida», lamentó Traficante al narrar ante los jueces del Tribunal Oral Federal 2 el intento de extorsión de D’Alessio, quien llegó a reclamarle 600 mil dólares para no quedar involucrado en una causa judicial por la llamada «mafia de los contenedores» y evitar que su nombre saliera publicado en el diario Clarín asociado a esta investigación.
Al inicio de la tercera audiencia del juicio, D’Alessio se negó a prestar declaración indagatoria desde la cárcel de Ezeiza, donde está preso, ante los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Enrique Signori.
Tras su negativa comenzó la etapa de declaraciones de testigos y el primero fue Traficante, quien es querellante en la causa.
El empresario hizo un relato cronológico de todo lo ocurrido entre noviembre y diciembre de 2016, cuando un vecino en común del barrio privado Saint Thomas en la localidad bonaerense de Canning le presentó a D’Alessio.
Ese fue el inicio de un intento de extorsión en el marco del cual primero el falso abogado le pidió 80 mil dólares para borrar un listado de llamadas entradas y salientes que según él lo comprometía en la causa penal.
Luego, y tras una publicación del diario Clarín firmada por el periodista Daniel Santoro en la cual se nombró a Traficante como el «cerebro» de la banda, D’Alessio llegó a reclamar 600 mil dólares «para darles al juez y al fiscal» del caso.
Traficante grabó la última conversación con el ahora detenido y el 26 de diciembre de 2016 denunció lo ocurrido ante el juez federal porteño Luis Rodriguez.
«Es un antes y un después en mi vida», recordó el empresario ante los jueces y habló del «escarnio público» y la «vergüenza» de su familia, cuando apareció una nota en el diario Clarín en la que se aludió a su persona como «cerebro» de la banda en esa causa judicial.
«Lo peor de todo es la muerte social que me produjo todo esto», agregó, en su declaración bajo juramento de verdad y explicó que nunca más volvió a Canning, «donde se conocen todos».
«Mis hijos en el colegio en Capital sufrían todo tipo de burlas, hubo descrédito comercial, condena social, la gente sigue ‘googleando’ y siguen apareciendo las mismas cosas. Es una de las cosas más terribles que me pasó en la vida», continuó.
Traficante ratificó que un día antes de la publicación, D’Alessio le había advertido sobre lo que ocurriría, pero él no creyó que fuera verdad hasta que vio la nota en el diario.
«Estaba muy asustado», dijo y explicó que se encontraba de vacaciones en Miami con su esposa en ese momento y un socio suyo fue a ver a D’Alessio, quien en ese entonces se presentaba como abogado y atendía en una oficina de Canning a la que se refería como el «bunker».
«Salieron bastantes notas en Clarín, en las cuales de alguna manera siempre me nombraban, sin mucho valor para la nota pero siempre agregaban mi nombre y apellido», dijo.
Posteriormente, cuando se abrió la investigación por espionaje ilegal en el juzgado federal de Dolores donde D’Alessio también está procesado con prisión preventiva como líder de una asociación ilícita que cometía espionaje ilegal y extorsiones en causas judiciales, apareció una carpeta que decía «Operación Traficante».
La carpeta estaba en poder de D’Alessio y tenía fotos del empresario, informes de sus empresas, «un supuesto informe de la embajada de Estados Unidos y otro del Mossad» sobre su persona, recordó el testigo.
«Me dicen que si o sí tenía que pagar porque era la única forma de parar la investigación y el escarnio público que iba a tener con las publicaciones», recordó.
D’Alessio le había dicho que era de la AFI y «era muy convincente en todo lo que decía»
El falso abogado sigue el juicio desde una sala de videoconferencias en la cárcel de Ezeiza, donde está detenido con prisión preventiva en esta causa y en la que lo investiga por espionaje ilegal en Dolores.
También son juzgados el suspendido fiscal de Mercedes Juan Bidone y dos ex agentes de la AFI, Claudio Álvarez y Rolando Barreiro.
La audiencia se inició de manera semipresencial, con el Tribunal constituido en la sede de Comodoro Py 2002 y las demás partes a través de la plataforma Zoom.
Traficante concurrió en persona los tribunales federales de Retiro para dar su testimonio de manera presencial ante los jueces.
El juicio seguirá el próximo lunes 29 de marzo con las declaraciones como testigos de Manuel Morilla, Juan Pablo Di Pierro, Gabriel Garcés y Gastón Arenas.
En esta causa, se juzga el intento de extorsión al empresario, a quien se le habría exigido 600 mil dólares a cambio de sacar su nombre de una causa por contrabando que investigaba a la llamada «mafia de los contenedores» y evitar la publicaciones periodísticas al respecto.
Fuente Telam
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