El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, dialogó este lunes 23 de diciembre y sobre la compleja relación entre la política y la Justicia. Abordó temas como la designación de jueces, la dinámica entre poderes y el papel de las instituciones. El tema más sensible fue la posibilidad de que el Ejecutivo designe por decreto a Ariel Lijo y a Manuel García Mansilla como integrantes de la Corte Suprema. Sobre ese punto, Rosatti fue categórico: “Lo tiene que resolver la Corte en última instancia”
El juez, de todos modos, prefirió no aventurar más opiniones: “La experiencia enseña que uno nunca debe responder frente a una hipótesis que no ha acontecido”, sostuvo Rosatti en diálogo con Carlos Pagni en Odisea Argentina (LN+).
Horacio Rosatti: entre la política y la Justicia, áreas grises y tensiones
El presidente del tribunal analizó con profundidad la interacción entre la política y la Justicia, una relación que definió como de “recíproca incomprensión”. “La política quiere hacer cambios, está en su ADN, y muchas veces se queja de que la Justicia frena o demora esos cambios. Pero la Justicia cuestiona a la política porque los cambios no se pueden hacer de cualquier manera, sino siguiendo procedimientos que respeten los derechos”, explicó.
Según Rosatti, la tensión entre ambos poderes se concentra en las “zonas grises” de la división de poderes. “El político observa la realidad con grandes trazos y considera el conflicto como algo normal. El juez, en cambio, tiene una mirada distinta: evalúa normas, hechos y conclusiones”, puntualizó. Para el magistrado, este contraste es el valor esencial de la separación de poderes y del control recíproco entre ellos.
En la entrevista, Rosatti destacó que muchos casos llegan a la Corte porque carecen de regulación política previa. “Hay temas que antes no eran fundamentales para la ciudadanía y hoy lo son, como el medio ambiente. Nosotros no actuamos porque queremos, sino porque nos llegan casos”, afirmó. Ejemplificó con casos complejos como la fertilización asistida post mortem y la gestación por subrogación de vientre, ámbitos donde la legislación aún es insuficiente.
“Uno tiene que actuar con las herramientas disponibles. Por ejemplo, en el caso del divorcio: primero hubo un fallo y luego llegó la ley. Lo mismo ocurrió con la interrupción voluntaria del embarazo”, agregó. Rosatti remarcó que lo ideal sería que las leyes precedieran a los fallos judiciales: “Eso garantiza un debate público previo y fortalece el sistema institucional”.
Pagni también indagó sobre el papel de las instituciones en la recuperación económica. Rosatti citó el artículo 75, inciso 19 de la Constitución, que incorpora el concepto de desarrollo como un objetivo más amplio que el crecimiento económico. “El desarrollo no solo implica prosperidad económica, sino también salud, educación y calidad institucional”, señaló.
Para el presidente de la Corte, la seguridad jurídica y la independencia judicial son pilares fundamentales para atraer inversiones. “El crecimiento puede darse por el hallazgo de un recurso natural, pero si el pueblo es analfabeto, o no hay instituciones sólidas, estamos hablando de otra cosa”, advirtió.
Rosatti también mencionó los aportes de Daron Acemoglu, James Robinson y Simon Johnson, ganadores del Premio Nobel de Economía, sobre la relación entre instituciones y prosperidad. “No hay que ver como opuestos a las instituciones y a la economía. Las instituciones deben entender las reglas de la economía y, dentro del sistema capitalista, adaptarse a los matices que surgen”, concluyó.
FUENTE PERFIL
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