Por Guillermo Lipis
El domingo 30 de mayo de 1999 unos 100 mil marplatenses despidieron a la flota que dejaría marcado a fuego un hecho histórico para la industria pesquera local: casi 100 embarcaciones pusieron proa al puerto de La Plata donde la Cámara de Diputados bonaerense aprobaría el proyecto de Emergencia Pesquera con el que se dispondría el levantamiento de la veda a la pesca de la merluza. Aquella crisis unió a los gremios de los trabajadores marítimos, las empresas pesqueras y la dirigencia política en lo que se llamó el Barcazo Marplatense, todos preocupados por el riesgo de la eventual pérdida de la fuente laboral de más de veinte mil personas. Como nunca, la sociedad entendió que la dificultad en el sector pesquero dejaría coletazos en el ámbito social y económico marplatense.
La crisis que en este 2025 atraviesa el mismo sector, ahora en todas las provincias con litoral costero, no tiene el mismo correlato porque encuentra enfrentados a trabajadores y empresarios, y un gobierno que no facilita el acercamiento a partir de sus intervenciones en el mercado.
En esta ocasión, la crisis del sector pesquero está lejos de resolverse y aparece como un claro “síntoma del conflicto económico” donde los gremios no aceptan una quita del 30% en sus salarios por productividad y las empresas no salen con sus barcos tangoneros a la pesca del calamar y langostinos, se quejan de la “intransigencia gremial”, la retención a las exportaciones y el 270% de aumento en los Derechos Únicos de Extracción (DUE) impuesto por el modelo económico mileista, que solo estimula la falta de trabajo y la producción nacional.
Según datos provistos por la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP) el perjuicio al sector se debe a la intervención del Estado en temas como el retraso en el tipo de cambio del dólar de exportación, las retenciones a las exportaciones, el incremento de los Derechos Únicos de Extracción (DUE), la existencia de impuestos distorsivos y los excesivos aumentos de las tasas municipales. También lo adjudican a costos de explotación como “la estiba, costos portuarios, y el incremento sustantivo del costo laboral sobre el valor de exportación de los productos pesqueros que actualmente equivale al 59% de la facturación de las exportaciones del langostino entero”.
Debido a este cuadro, la industria está parada, los barcos no salen a alta mar, con el consabido lock out patronal, y los gremios no aceptan la reducción del 30% en su salario variable propuesto como solución por las patronales.
Y ahora qué? dialogó con sectores empresarios, gremiales y con Gustavo Pulti, diputado provincial bonaerense (UxP), presidente de la Comisión de Intereses marítimos, portuarios y pesca y dos veces exintendente de Mar del Plata.
Pulti: “el conflicto laboral es el síntoma del conflicto económico del modelo de Milei”
Gustavo Pulti, diputado provincial bonaerense (UxP) y presidente de la Comisión de Intereses marítimos, portuarios y pesca, aportó su interpretación sobre la crisis pesquera: “No hay un conflicto laboral como tal, sino que es un síntoma, no es la causa de ningún problema ni la reticencia de la patronal, ni la voracidad de la parte trabajadora. Los trabajadores siempre cobraron bien en la pesca, sobre todo la pesca embarcada. El problema es, fundamentalmente, económico”, dijo a Y ahora qué?
–El problema es que el conflicto laboral es el síntoma del conflicto porque la ecuación económica de Milei cierra sin trabajo y sin producción. Es un modelo para que hagan solamente negocios los grandes especuladores financieros.
–¿Por qué?
–Porque hay un dólar planchado que permite hacer negocios financieros, pero nos quita posibilidades de trabajar, producir y venderle al mundo. Eso es lo que le está pasando a la pesca. Se cayeron los precios internacionales, aumentaron los costos en dólares, el DUE (Derecho Unico de Extracción) que Milei aumentó en un 270%. Y eso trae conflictos que hacen que el sector no pueda pagar los salarios que necesitan los trabajadores, que tampoco puedan llegar a buenos acuerdos con los empresarios. El sector está perjudicado sin que ninguno de los dos tenga la culpa. La culpa la tiene el modelo de Milei. Es una experiencia que ya atravesamos con Martínez de Hoz y con Cavallo en los 90. Era la misma situación que ahora con un dólar que no lograba satisfacer la necesidad de la inversión y la necesidad del trabajo.
–Y qué solución visualiza, porque no se están pudiendo poner de acuerdo y las embarcaciones siguen paradas.
–No se van a poner de acuerdo porque es un modelo económico explosivo. Por eso digo que esto es un síntoma y hay que visualizarlo como tal. Después se puede hacer política sobre el tema y empezar a putear a los empresarios o a los gremios, pero la realidad es que no va a haber acuerdos, Como no lo hay en los textiles o con la soja. Hay dificultades graves en todos los órdenes. Esto es una olla de presión.
–La patronal ratifica que hay que reformular el acuerdo con los trabajadores marítimos porque ganan mucho en su salario por producción
–Eso están haciendo, sí, pero no va a pasar porque ningún gremio va a reformular un salario a la baja. Aplastar el ingreso es una solución entre comillas y solo serviría para hacer viable la ecuación económica que permite este modelo. El disparate es el modelo, no lo que ganan los trabajadores. No hay ninguna posibilidad de que los trabajadores acepten ganar menos.
–¿Qué visualiza a corto o mediano plazo?
–Que se agrave el conflicto porque lo que se visualiza es la inviabilidad del modelo económico. Es una gigantografía de lo que está pasando en muchas otros sectores de la producción. Imaginate un montón de personas encerradas en un lugar donde se va restringiendo el oxígeno. En algún momento dirán: – respiremos menos así no consumimos tanto oxígeno. Pero puede que alguien se vuelva loco y estrangule al de al lado. Puede ocurrir cualquiera de estas cosas porque el problema está en el dólar de este modelo que hace inviables las exportaciones. Es una ecuación económica que torna todo absolutamente inviable. Los trabajadores del mar son argentinos acostumbrados a gozar de una buena remuneración. Y los empresarios creen que bajando el 30% van a llegar a una instancia de cierto equilibrio, pero tampoco les va a alcanzar porque tienen inflación en dólares en sus costos cada vez que sube la energía, el combustible o la logística. Ahora se ensañan con los trabajadores porque está dentro del horizonte ideológico más satisfactorio para el gobierno, que es sacudir a los gremios, pero tampoco va a alcanzar porque el modelo no cierra para ningún emprendimiento productivo.
CAPIP: “no comprenden que el mercado cambió”
Las cámaras empresarias de la industria pesquera emitieron un comunicado en el que manifestaron “su extrema preocupación por el estancamiento en la negociación con los gremios de marinería, y advierten que la falta de acuerdos ya tiene consecuencias directas y cuantificables sobre los trabajadores. La propuesta presentada por el sector empresarial contemplaba que un marinero -en base a parámetros de productividad realistas y condiciones de mercado actuales- podría estar percibiendo un salario bruto estimado de 12 millones de pesos en junio, si se hubiese alcanzado un acuerdo y comenzado la temporada. En lugar de eso, por la negativa a discutir una adecuación del convenio vigente, esos mismos trabajadores deben conformarse con cobrar el básico, que hoy ronda los 500.000 pesos”.
“No comprenden que el mercado cambió”, dijo Agustín de la Fuente, presidente de la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP). “Tenemos un convenio colectivo con la marinería del SOMU que tiene más de 20 años que detalla cuánto vamos liquidar la producción para la tripulación. Pero son precios de referencia de cuando se pagaba el kilo de langostino hace 20 años: 12 dólares. Hoy, el mercado paga 5,50 dólares y nosotros seguimos liquidando con precios referenciales de hace 20 años. Si no cambiamos los precios de referencia de cómo liquidar la producción no nos dan los números.
–¿Cuánto gana un trabajador marítimo?
–Estamos hablando de salarios mensuales de marineros que cobran más de 13 o 14.000 dólares por mes. Los barcos tangoneros, que pescan langostinos, salen en mareas de ocho días, y en ese lapso cobran entre 4500 y 5.000 dólares. En tres mareas, más o menos, estás en 15.000 dólares. El costo laboral que tenés es superior al 60%. Cuando históricamente fue el 33%, hoy supera casi el 60, y necesitamos recuperar equilibrios, por ejemplo, modificando el convenio colectivo de trabajo.
–¿Y qué les dicen desde los sindicatos?
–Que no van a modificar nada. Nosotros decimos que no es ir a la baja, sino mantener el equilibrio para dejar de perder plata cuando sale un barco. Estamos hablando de que en vez de ganar 15.000 dólares por mes pasarían a cobrar 11.500 dólares.
–¿Cuántos meses trabajan en alta mar con el salario por producción?
–Cinco, seis meses, pero la gente está anualizada. Un marinero anualizado, a una empresa le cuesta entre 97.000 y 105.000 dólares al año.
–¿Existe alguna mediación del Estado, o algún tipo de política que evite este tipo de crisis? ¿Hay empresas pesqueras en convocatoria o que ya hayan quebrado?
–La industria pesquera exporta más del 90% de lo que produce, y ya hay muchas empresas con procesos preventivos de crisis, con concursos presentados o con cadenas de pago cortadas. Esto tiene que ser un negocio sustentable, ni siquiera hablo de utilidades, estoy hablando de buscar puntos de equilibrio para hacer útil la actividad. Y respecto a la mediación del Estado, buscamos mediar por el convenio colectivo en la Secretaría de Trabajo de la Nación desde donde han instado a todas las partes. Nos hemos sentado cuatro veces, y la parte sindical -como no le gusta, no quiere debatir o no quiere ver números- se levanta de la mesa y se va, así que seguimos con 113 barcos tangoneros amarrados en los puertos.
–Hay un retraso del dólar de exportación, hay retenciones a las exportaciones, hay incremento de los derechos de extracción. Hay impuestos distorsivos, hay otras cosas que seguramente harán variar el costo, no es sólo un tema salarial. ¿Cómo se mueven para evaluar otra variable de ajuste que no sea el trabajador?
–Lo vemos como un ajuste también del mercado internacional que hace unos 20 años atrás pagaba por el langostino entre 9 y 12 dólares. Hoy te pago 5,50 dólares, y nosotros no somos formadores de precios. Entonces, lo que tenés que hacer es ordenarte para adentro. Cada rubro tiene un impacto económico en los costos. Si hablás de las retenciones, es del 6%, si hablás del derecho único de extracción, es el 1%. También es injusto pagar derechos para exportar tu producción si generás divisas. Debemos ser único país en el mundo donde se paga para exportar. Pero esos ítems no alcanzan para ordenar el negocio, entonces tenés que hacer una cuestión referencial y modificar el convenio colectivo de trabajo. Estamos hablando de un convenio que tiene más de 20 años, cuando el mercado era otro, cuando pescábamos 40.000 toneladas de langostino y hoy más de 200.000. También hay que considerar que no somos los únicos que colocamos productos de mar en el mundo y hay productos de cultivo. Por ejemplo, el camarón de cultivo que hace Perú, Ecuador o Tailandia, que colocan en el mercado más de un millón y medio de toneladas. Nosotros tenemos un producto natural salvaje, como el langostino que pescamos en nuestro mar, pero explícale al consumidor que tiene un mejor precio por otro producto, aunque el gusto es un espanto, pero igual lo elige. Y advierto que la modificación del salario variable no lo consideramos como un ajuste. Te reitero que el marinero, en vez de cobrar 15.000 dólares al mes, pasaría a ganar, y bien ganado, 11.500 dólares mensuales. ¿Te parece poco?
Según las cámaras empresarias (CAPeCA, CEPA y CAPIP), “más de 5.000 marineros están sin trabajar, y las pérdidas para el país superan los 200 millones de dólares”.
La única excepción al conflicto pesquero parece ser la industria pesquera de Tierra del Fuego. Al respecto, el subsecretario de Coordinación Pesquera y Acuícola, Diego Marzioni, explicó a Y ahora qué? que la provincia tiene “una flota de altura que realiza tareas en aguas abiertas, cerca de la zona de exclusión impuesta por el gobierno ilegítimo de Gran Bretaña en las Islas Malvinas, o sea a unas 100 o 120 millas de las costas de la isla de Tierra del Fuego. Es una flota que pesca merluza negra, merluza de cola y merluza polaca (todas especies australes)”.
–¿Y tienen los conflictos salariales que está teniendo el gremio en otras partes del país?
–No, no nos afecta el tema de lo que está ocurriendo en el centro y sur de la Patagonia porque no tenemos una pesquería del langostino. Además, ahora estamos desarrollando una industria incipiente de pesquería artesanal, dentro del Canal Beagle, con una flota de pescadores de crustáceos que están extrayendo mejillones para consumo interno y exportación.
Marzioni afirmó que se trata del “primer proyecto de cultivo de mejillones de la República Argentina” y que tiene “una potencialidad de unas 1.200 toneladas, de las cuales unas 800 o 900 son saldo exportable. Recién vamos a empezar a competir en el mercado internacional con un producto excelente que está saliendo por ahora al continente para ver de qué manera llega, cómo se comercializa y qué falencias puede tener para adecuar toda la estructura productiva”.
SOMU: “quieren romper los convenios colectivos de trabajo”
Juan Navarro, secretario de Pesca del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), fijó la posición de los trabajadores. Tajante, dijo a Y ahora qué?: “no aceptaremos rebajas salariales. Lo que hoy llaman crisis pesquera es porque los empresarios aducen que no les da rentabilidad la pesca. Pero si no hay rentabilidad, ¿quién seguiría invirtiendo?”.
A diferencia de lo ocurrido con la unión en el Barcazo Marplatense, este año “tenemos la mala fortuna que los empresarios, con el apoyo de una parte del Gobierno, quieren romper los convenios colectivos de trabajo. Hay una crisis pesquera entre comillas porque dicen que la producción no les da rentabilidad, y que por eso no sacan los barcos a pescar”. Y agregó que “el Gobierno, en un principio, quiso sacar la ley pesquera, derogarla con la Ley Bases que, en conjunto con las empresas y demás sindicatos solicitamos que saquen esa parte de la Ley Federal de Pesca que regulaba la actividad en la Argentina. Los que pararon los barcos fueron ellos, nosotros pedimos que se siguiera respetando el convenio que tenemos desde hace 20 años, pero dicen que no tienen rentabilidad y que necesitan una reducción del salario por producción del 30%. Si se habla tanto de la crisis pesquera, decime una empresa que esté concursada.
–Entiendo, además, que hay récord de exportaciones.
–Con el calamar, ya hay más de 180.000 toneladas, cuando años anteriores exportaban unas 130.000, y antes 90.000 toneladas de calamar. Este año ya están casi en el doble.
–¿Cómo se entiende que ocurra eso y hablen de crisis?
–Fijate que en Rawson la temporada se abrió en noviembre. Normalmente todos los años recogen entre 70 y 75.000 toneladas en la temporada. Este año exportaron 109.000, entonces este se habla de crisis solamente para poner una figura y bajar los salarios. No se trata de bajar o subir el sueldo sino de romper los convenios colectivos de trabajo y, de a poco, lograr lo que recomendó Federico Sturzenegger (ministro de Desregulación y Transformación del Estado) que es romper los convenios colectivos de trabajo y un sistema sindical.
–Es decir que, en este momento, se está produciendo un lock out patronal.
–Exactamente. Hace más de dos meses, no lo quieren reconocer y el Gobierno no quiere darle esa figura, pero, tácitamente, hay un lock out patronal.
–¿Hay barcos pescando en alta mar en estos momentos?
–Hay un solo barco en alta mar, en la pesca de langostino, que es el Mar Sur, uno de 50 toneladas, perteneciente a la empresa Pescargen que ya lleva ocho mareas. Hace dos semanas firmamos un acta acuerdo con ellos porque pagarían los aumentos que pretendemos, que era el sueldo básico con el IPC, y seguirían pagando de acuerdo a los convenios. Los dueños nos comentaron que, en realidad, no tienen pérdida, sino que ganan un poco menos porque hay un dólar planchado, porque el gobierno jugó un poco más con el tema del impuesto de exportación o con el aumento del gasoil, pero que siguen teniendo ganancias. Lo que ocurre es que al empresario le molesta que el marinero gane mucho. Podemos ganar mucho, pero tenemos una variación con un valor atado al dólar y nos pagan tres centavos y medio de dólar por kilo de pescado que integra nuestro salario por producción. Cuando salimos a pescar tenemos un salario, nos pagan tres centavos de dólar por kilo de langostino procesado. Recordemos que todo el langostino se procesa a bordo, se congela y sale en contenedores directamente a Europa. Cobramos, aproximadamente, 40 pesos por kilo cuando en la góndola de un supermercado podés tenerlo, en unos 15.000 pesos por kilo. Y ellos dicen que el costo laboral es muy alto. No sé si hay una relación de costo laboral, porque con 800 o 900 pesos pagan a veinte marineros por kilo de pescado.
–¿Y de cuánto es el salario básico?
–De 535.688 pesos, que es lo que cobramos los meses que no salimos a pescar, por eso hacemos un gran esfuerzo por producción en los cuatro o cinco meses que salimos a pescar. Ahora están presionando a nuestros compañeros y les mandan mensajes en los que les dicen que este mes no van a cobrar el básico porque están de paro. Estamos de paro, ¿pero por qué razón? Porque no nos quieren dar el básico por producción. Fuimos a negociaciones y teníamos el tema medio arreglado, pero este gobierno pisa las paritarias porque ni el IPC nos daban. Si el IPC en marzo fue del 2,8%, querían darnos el 1%, después el 1,2%. Tanto se habla de la libertad y no te dejan tener una paritaria digna. Están queriendo que la gente salga a pescar con el 30% menos en su salario por producción. Pero no lo consiguieron porque tenemos el apoyo de las bases y estamos cumpliendo su mandato. En una marea, un trabajador marítimo puede llegar a ganar unos cuatro 4 millones de pesos menos impuestos, pero si nos descuentan el 30% pasaríamos a cobrar dos millones ochocientos mil pesos, y de ahí nos deducirían los impuestos. Es una locura. No se puede buscar la variante en el trabajador, pero no es nada nuevo. Mienten con el tema de la crisis pesquera. Y, lamentablemente, tienen el apoyo de cierta parte del gobierno. Los únicos que sufren acá son los trabajadores que están apostados en la ruta acampando y haciendo ollas populares. Hace ocho o nueve meses que vivimos con el salario básico de 530.000 pesos, y encima ahora quieren que firmemos a la baja y no pagar el salario de junio.
–¿Quién puede mediar en esto?
–Nos llamaron el pasado viernes a la tarde para reunirnos en el Ministerio de Trabajo, pero no hubo ninguna oferta significativa. Tenemos un dólar 1.130 pesos y nos ofrecieron 900 pesos por dólar, que es un modo encubierto de bajar el 30% del salario por producción. Insisto en que acá no hay un problema de plata, sino que es político.
Fuente yahoraque.com
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