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La reacción de Raúl Zaffaroni: “¿Es esto una república o una broma?”

Por Dany Meroya
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La bala no salió pero aún quedaba el fallo en la recámaraLa expresidenta y titular del Partido Justicialista Cristina Fernández de Kirchner quedó inhabilitada de por vida para todo cargo político y deberá cumplir seis años de prisión, al ser hallada culpable de “administración fraudulenta”. El dictamen confirmado por una Corte Suprema de sólo tres miembros mereció una sentencia de otro tipo, expresada por Eugenio Raúl Zaffaroni, ex juez del más alto tribunal: “Siento vergüenza como argentino”.

El ex integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos también disparó. Pero lo hizo con el proyectil de la palabra: ¿Qué democracia tiene presa a la presidenta del principal partido opositor con una ‘falta de fundamentación autónoma’?. Al cuestionar el fallo, dijo que la raíz última del problema en la Argentina, es que no tenemos poder judicial, tenemos una magistratura con una estructura irracional, disparatada. Aquí el diálogo completo que mantuvo con Y ahora qué?

–¿Cómo evalúa el significado histórico y político de esta decisión de la Corte en cuanto al mantenimiento o, en todo caso, el debilitamiento del Estado de Derecho en el país, la legítima defensa y las implicancias institucionales?

–Siento vergüenza como argentino ¿De qué derecho puedo hablar fuera del país? ¿Qué régimen de gobierno tenemos? ¿Es esto una república o una broma? ¿Qué democracia tiene presa a la presidenta del principal partido opositor con una “falta de fundamentación autónoma” decidida por un tercer triunvirato en función de Corte Suprema? ¿En qué país del mundo hay como tribunal supremo un triunvirato? ¡Solo en la Argentina! ¿Con qué autoridad puedo hablar de “derecho”? El “lawfare” contra Evo, Castillo, Correa, Amado Boudou y otros, ahora se muestra en su máxima crudeza por obra del triunvirato supremo. ¡Bienvenidos a América Latina! ¿Nos creímos que éramos los “blanquitos”, los “europeizados”, los que “veníamos de los barcos”? Mirémonos de una vez al espejo, a ver si nos decidimos a ser una República un poco en serio.

–¿Cuáles fundamentos del fallo considera más inapropiados?

–El punto 11º dice que no hay gravedad institucional. Para responder dice que no se logra demostrar que los jueces que visitaban a Mauricio Macri y jugaban paddle no por eso serían parciales. Pero, al margen, decir que no tiene gravedad institucional y condenar por «indicios» a una persona dos veces presidenta, una vez vicepresidenta y presidenta del principal partido opositor, me parece que es demasiado.

–¿Considera que la sentencia se venía incubando a la luz de hechos como la causa irregular contra Milagros Sala o la represión indiscriminada en las calles, entre otros?

–Por supuesto que esto se veía venir, solo que aposté a que se conservase un resto de dignidad y, por lo menos, no se hiciese el día que los factores de poder real le indicaban al triunvirato. Me equivoqué, ni siquiera quedó ese resto. Pero todo viene de más lejos. El caso de Milagro Sala es ya un escándalo, la impunidad de Macri, el teléfono borrado del diputado (Milman) es otro, y podría seguir, todo eso es el reverso de la misma medalla: arbitrariedad represiva para unos e impunidad para otros.

–¿Había un contexto tendiente al fallo de la Corte como los atropellos del Gobierno a derechos adquiridos y a normas institucionales básicas, e incluso a la Constitución?

–La indiferencia del triunvirato ante la legislación por decreto es un signo incuestionable de autoritarismo. Pero incluso con todo esto no llegamos a la raíz última del problema, que es que no tenemos poder judicial, tenemos una magistratura con una estructura irracional, disparatada, pero que no llega a ser un poder judicial porque no cumple con ninguna de las funciones de todos los poderes judiciales de nuestra tradición jurídica.

–¿Cómo se pueden describir las falencias en el Poder Judicial?

–¿Nadie se dio cuenta de que la jurisprudencia constitucional de la Corte Suprema no es obligatoria para todos los jueces en la Argentina? ¿Nadie se dio cuenta de que somos el único país con códigos únicos y 25 posibles interpretaciones diferentes sin que nadie las unifique, es decir, sin casación nacional? ¿Nadie se dio cuenta de que cinco, siete o nueve cráneos -¡y ahora tres!- no pueden emitir 19.000 decisiones por año? ¿Nadie se dio cuenta de que esos pocos cráneos no saben lo que firman porque no pueden saber todas las ramas del derecho? Sí, hubo quien se dio cuenta, que fue Sampay en la Constitución de 1949, que estableció la obligatoriedad de la jurisprudencia de la Corte y la casación nacional, pero eso pasó rápidamente, previo bombardeo de la Plaza de Mayo, como todos sabemos.

–¿Cuánta responsabilidad por las graves deficiencias que marca le cabe a la dirigencia política en términos de la soberanía popular?

–La política con sus urgencias y la academia con su cómoda indiferencia tienen la responsabilidad de que no tengamos un poder judicial y ahora pagamos las consecuencias. Las instituciones mal programadas funcionan mal, pero sin sobresaltos en la medida en que quienes las integran tengan un mínimo de prudencia. Pero cuando llegan los más imprudentes y lanzados, es decir, los peores, es cuando todos nos agarramos la cabeza ante los disparates.

¿Cómo estima que podrán influir en el caso las denuncias que se presenten en organismos internacionales de derechos humanos, el Tribunal Penal Internacional u otras instancias similares, a la vista de que no son vinculantes?

–El sistema interamericano no va a servir para nada, sus tiempos en la Comisión son eternos. El Tribunal Penal Internacional no creo que se haga cargo del caso. Quizá pueda ser la relatoría de Naciones Unidas o el Comité de Derechos Humanos de esa organización. Al último ya hace años se formuló denuncia con la firma de varios juristas nacionales y extranjeros. De todos modos, esta misma Corte, en referencia a la Interamericana, declaró hace años que es la que juzga si la última no se extralimitó en sus poderes, es decir, que obedece si le da la gana, lo que implica prácticamente salir del sistema.

–¿Cuáles casos observó flagrantes a nivel interamericano?

–El presidente Pedro Castillo, destituido irregularmente e imputado por una supuesta “rebelión” discursiva, sigue preso. El ex vicepresidente de Ecuador fue secuestrado mediante el allanamiento a la embajada de México y lo quieren matar. Son apenas dos casos frente a los cuales los organismos internacionales no han hecho nada hasta el presente. 

–¿Qué se puede esperar ahora del orden constitucional, e incluso de los escenarios electorales, si una Corte de sólo tres miembros y jueces de tribunales inferiores a quienes se imputa de dudosa imparcialidad parecen haber cedido a una fuerte presión corporativa y mediática para confirmar la condena?

–Nadie tuvo que ceder a nada, cedieron porque quisieron, porque se prestaron a ese juego. Tuvimos épocas peores, con proscripciones más largas impuestas por dictaduras y “dictablandas”, pero todo termina, nada es eterno en este mundo, y todos sabemos que el final se produce cuando se agotan los dólares. Tarde o temprano la “tablita” de Martínez de Hoz se cae y acaba el diluvio y llega la palomita con la ramita en el pico.

–¿Qué medidas reparadoras se podrían tomar a la hora de un cambio en el escenario?

–Lo que se puede y se debe hacer es pensar qué vamos a hacer en ese momento, tratar de ver cómo construir lo que nunca tuvimos, es decir, un poder judicial con un tribunal supremo capaz de conocer y resolver y no de firmar lo que otros proyectan, que ejerza un control de constitucionalidad en serio y que unifique interpretaciones, o sea, que haga casación para hacer previsibles las decisiones de los jueces, un consejo de la magistratura que haga concursos limpios y transparentes.

–¿Haría falta una reforma de la Constitución?

–Advierto que todo esto se puede hacer si hay decisión y claridad en la política mediante leyes del Congreso, sin necesidad de tocar la Constitución. Si algún día se nos da el esoterismo de una reforma constitucional se podrá perfeccionar, pero de momento, al final del diluvio, es posible emparchar los defectos con mucha eficacia. 

Fuente yahoraque.com