Si a Cecilia Strzyzowski la mató la suegra, ¿igual es un femicidio?

El posible femicidio de Cecilia Strzyzowski en Chaco revoluciona al país. Política y rosca empañan este caso en año electoral que deja al descubierto, entre otras cosas, cómo la Justicia puede actuar rápido si así se lo propone.

Si bien la carátula de la causa utiliza la figura de femicidio, una de las hipótesis más fuertes es que el homicidio se habría cometido por la madre de Cesar Senna, Marcela Acuña, lidereza piquetera de chaco. Si así fuera, la pregunta que surge es la siguiente: si la mató la suegra, ¿es un femicidio igual?

Para entender las implicancias de esta figura tan compleja en el Código Penal entrevisté a Luli Sánchez, abogada especializada. ¿Puede una mujer cometer un femicidio? ¿Qué implica esta figura en una pena?

Ni movil ni vínculo

Cecilia Strzyzowski era esposa de Cesar Sena y según su defensa tenía un muy mal vínculo con su suegra, Marcela Acuña. Aseguran que hay signos de violencia de género en su matrimonio y que después de matarla la familia la trituró y se la dió a los chanchos.

Lo espeluznante del caso hace que los medios le dediquen completa cobertura y en ese tratamiento hay muchas confusiones. Femicidio es la carátula aunque aún no esté confirmado quién la asesinó pero los abogados sostienen que si César está involucrado, no importa el autor.

Como figura legal, «femicidio» tiene un corto recorrido en nuestro Código Penal ya que fue creada en el 2012. De hecho esa palabra ni siquiera figura, el inciso 11 del artículo 80 se refiere a homicidios agravados por la condición de género.

«La pregunta para mí, desde mi perspectiva como abogada, no es qué es un femicidio sino cómo pruebo un femicidio y qué elementos tengo que tener en cuenta. Para poder probar si una muerte de una mujer es un femicidio hay que entender los estándares internacionales de derechos humanos en esta materia y las leyes locales», responde la especialista.

El común colectivo indica que si el femicidio aparece es porque en el vínculo habían celos, por ejemplo, y ese podría ser el móvil. En el caso de Cecilia, según la defensa de la familia, su suegra no la quería porque su relación con César era promiscua y los celos ahí jugaron un papel principal. Para la abogada, la razón por la cual se desata un homicidio no siempre es la clave: «En un femicidio no es tanto el móvil ni el vínculo sino el contexto y las asimetrías de poder en el que se da esa muerte. Las formas de participación por ejemplo, de hecho pueden ser diferentes los móviles e inclusive puede ser más de uno».

N’est pas une femicidio

Cuando hablamos de femicidios no hablamos de femicidios sino del resultado de la suma de muchísimas otras violencias que atraviesan la vida de una persona que no es varón cisgénero. En todo caso, el femicidio es la consecuencia de la desigualdad estructural la que se traduce en estos números que vemos a diario en los noticieros.

Para la abogada las distintas violencias que vive la víctima deben ser analizadas. «Una violencia puede ser doméstica, social, económica, del crímen organizado. O la privación de derechos económicos, sociales y culturales. Hay distintas formas de violencia. Si es doméstica y viene de la familia, puede ser un femicidio íntimo que además es agravado por el vínculo. Si es social, por ejemplo, puede ser un asesinato de una trabajadora sexual o una mujer en situación de prostitución, aunque en general pasan como completamente bajo el radar pero son más o menos la mitad de los femicidios», explica la especialista.

En el momento de analizar un homicidio, las cosas a tener en cuenta son muchas. «Las asimetrías de poder que existen y cuáles fueron y cómo influyeron en la muerte, qué rol tuvieron y sobre todo cómo se prueban, cómo se manifiestan», sostiene Gonzalez pero agrega: «Qué elementos hay de los vestigios de un crimen dan cuenta de esas asimetrías y para eso hay muchas herramientas que lamentablemente en general no se usan en los juicios. En los buenos juicios sí, pero no en la mayoría. En la mayoría el sentido común es bastante machirulo».

Al tener tan pocos años y tantas resistencias, los asesinatos son o no femicidios según la lectura que se de de un caso y así como no existe una sola lectura lineal de un asesinato, tampoco de un crimen de odio o de género. De hecho, comienzan a aparecer otras lecturas respecto a este tipo de problemáticas. «Ahora se están analizando otro tipo de feminicidios producto del crimen organizado, por ejemplo, estos crímenes que aparecen en Rosario, Santa Fe. Fiscales investigan la relación entre la violencia de género y la criminalidad organizada porque cada vez se repiten más casos en los que se usan a las mujeres como botín de guerra», indica González.

Entonces, ¿un femicidio sí o sí lo tiene que cometer un varón? ¿Puede una mujer ser femicida? Según nuestro Código Penal, sí para la primera y no para la segunda: «El Código Penal castiga -como figura agravada del homicidio- al que matare a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género».

Pero la lectura literal no sirve. «No está bien concentrarse solamente en el autor directo y material del femicidio. Si el exmarido contrata una sicaria mujer para matar a su ex mujer, ¿entonces si la sicaria es mujer no es femicidio y si es un sicario si lo es? O sea, es ridículo. Ahí vemos cómo funciona el entendimiento de la ley», finaliza la abogada.

Fuente: Filonews