Pese a que aún se negocia la letra chica en varios puntos claves, el principio de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional anunciado por Martín Guzmán incluyó la definición de avanzar de forma gradual hacia un esquema de tasas de interés reales positivas. Es decir, que se ubiquen por encima de la suba de precios esperada, como parte de una apuesta más amplia para intentar reducir las presiones sobre el dólar y el costo de vida. El jueves pasado, en la primera licitación de enero, el Ministerio de Economía dio un paso en esa dirección y convalidó el alza de entre 2 y 3 puntos en los rendimientos que pidió el mercado ante la expectativa de que el Banco Central mueva sus tasas esta semana. Por estas horas, la entidad que preside Miguel Pesce analiza si avanza en el mismo sentido luego de que el INDEC publique este martes el dato de inflación de enero.
Dos semanas atrás, en una entrevista con Ámbito, Pesce adelantó que analizaba un nuevo movimiento de las tasas de interés que regula el BCRA. “Estamos esperando ver qué es lo que va a terminar resultando con la inflación de enero”, dijo. El IPC de enero, estiman las consultoras y los funcionarios, volvió a rondar el 4%. Eso generó la expectativa en el mercado de que, en su próxima reunión de directorio, prevista para este jueves, se concrete un alza de los rendimientos. Fuentes oficiales evitaron confirmar definiciones sobre el incremento en estudio.
En la primera semana del año, antes del anuncio del principio de acuerdo con el Fondo, el Central subió 2 puntos la tasa nominal anual de las Leliq a 28 días (que es la referencia del sistema financiero) hasta ubicarla en el 40%. Fue el primer movimiento desde noviembre de 2020. Buscó alinear el tipo de interés con el nuevo ritmo de depreciación, que también comenzó a acercarse gradualmente a la dinámica inflacionaria luego de operar como ancla durante 2021. También elevó el piso del rendimiento para los plazos fijos en pesos y rediseñó el esquema de instrumentos de política monetaria, que apunta a que termine de reordenarse este mes.
Entonces, la Tasa Efectiva Anual (TEA) que cobran los bancos por las Leliq a 28 días que les coloca el BCRA para absorber liquidez pasó a ubicarse en el 48,3%. Las nuevas Leliq a 183 días rinden 48,9% efectivo anual. Este nivel es aún inferior a las expectativas de inflación del mercado para 2022 (55% según el último relevamiento de la entidad), aunque muy cercano al 49-50% de TEA que pagaron durante enero las letras a tasa fija del Tesoro.
La intención del equipo económico es mantener un gap a favor de estas últimas para estimular a los bancos y otros inversores a participar de las licitaciones de la Secretaría de Finanzas, con el objetivo de incrementar el financiamiento neto del fisco en el mercado y reducir la asistencia monetaria desde el 3,7% del PBI en 2021 al 1% en 2022, como plantea la exigente meta acordada con el Fondo.
En ese marco, fuentes de Economía le dijeron a este diario que en la primera colocación de deuda en pesos de febrero el mercado se adelantó a la posibilidad de que el BCRA suba sus tasas esta semana y reclamó una suba de entre 2 y 3 puntos en los rendimientos del Tesoro. Finanzas la convalidó y obtuvo un fondeo neto de $87.463 millones. En esa licitación, las Ledes a mayo y julio pagaron 52,6% y 52% de TEA, respectivamente, alrededor de 4 puntos por encima de las Leliq.
Un informe de la consultora Equilibra, en el que estimó que Finanzas precisa conseguir nuevo endeudamiento en pesos por 1,8% del PBI ($1,2 billones) para cumplir la meta de emitir sólo 1% del PBI en 2022, explicó la importancia de sostener un diferencial de tasas. Señaló que la principal estrategia para lograrlo “será la de inducir a los bancos a migrar desde Leliq del BCRA a bonos del Tesoro”. Desde el año pasado, las entidades financieras pueden reemplazar Leliq integradas como encajes por títulos públicos de más de 120 días de duración. “Si bien esta migración implicaría emisión monetaria ‘indirecta’ del BCRA para financiar al Tesoro (por el desarme de Leliq), serviría para desinflar el costo cuasi-fiscal asociado al aumento de las tasas”, aclaró el reporte.
“Los bancos todavía tienen encajes en Leliq por unos $550.000 millones, que podrían pasar a financiar al Tesoro”, señaló Equilibra, aunque planteó que la duda es si el gap de tasas actual es un estímulo suficiente para cambiar “riesgo BCRA” por “riesgo Tesoro”. Y agregó: “Esto nos hace pensar que en las próximas licitaciones el Tesoro debería seguir incrementando progresivamente la tasa que paga por sus Ledes, al menos hasta un terreno en torno del 54%/55%”.
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