Era una parada más que brava. Si bien el hecho de llegar clasificada al último partido de la ronda de grupos generaba cierta tranquilidad en la Selección Argentina de Futsal, medirse ante Paraguay, país sede de la Copa América, por el primer puesto de la Zona B, desde los papeles no parecía un simple trámite.
Y de hecho no lo fue. El combinado nacional igualó por 3-3 ante el anfitrión del certamen y se clasificó segundo a las semifinales. De no sufrir ningún imprevisto, Brasil será el rival de turno. Sólo una abultada goleada por parte de Uruguay, que jugó ante la Verdeamarela, podría impedir -hasta una hipotética final- una nueva edición del Clásico de las Américas.
En relación al duelo con la Albirroja, fue cambiante y, por momentos, atípico. En la primera mitad, los dirigidos por Matías Lucuix parecían no encontrarle la vuelta al partido y fueron sorprendidos por un equipo que, lejos de querer replegarse, salió en busca del triunfo. A los 5′, Arnaldo Báez rompió el cero.
A los 14′, Hugo Martínez marcó el segundo: un verdadero golazo producto de una jugada colectiva que terminó de desconcertar a una Albiceleste que no lograba hacer pie.
Sin embargo, justo un minuto antes que suene la chicharra, una interesante maniobra individual -seguida de un fortísimo remate- de Matías Edelstein, que oficiaba de arquero jugador durante los ataques argentinos, achicó la distancia en el marcador. Aunque, segundos después, Paraguay volvió a sacar diferencia de dos: al vestuario 1-3.
Mas allá del golpazo que significó el tercer gol paraguayo, el descuento fue un indicio de lo que vendría después, algo que, si bien emociona y entusiasma, no sorprende. Es que a esta altura, cualquier valoración positiva le queda chica a este equipo que nunca se da por perdido. En sólo seis minutos la Selección volvió al partido, y de qué manera.
Ante todo, y sin quitarle mérito a Lucuix y los suyos, cabe destacar una notoria falencia que facilitó la remontada de los subcampeones mundiales: pese a la considerable diferencia a favor de la que gozaba el local, su DT Carlos Chilavert optó por utilizar arquero jugador buscando, quizás, ampliar aún más la ventaja y lo terminó pagando caro.
A los 6′, Edelstein convirtió su segundo tanto consecutivo para poner a la Albiceleste a tiro otra vez. Y siete minutos más tarde, llegó el empate desde los pies de Sebastián Corso.
A partir de allí, la Argentina, mucho más suelta, creció, dominó y arrinconó a su rival. En la vereda de enfrente se conformaron con una igualdad que les garantizaba el primer puesto, esperaron agazapados y decidieron no arriesgar de más.
De esa manera, con una defensa -que más bien parecía una muralla- impidiendo lastimar, los minutos finales se convirtieron en un monólogo de la Celeste y Blanca, que no logró romper lineas ni encontrarse con el gol de la victoria.
10 unidades de 12 posibles, para terminar en la segunda posición del Grupo B, por detrás de Paraguay. Ahora se viene Brasil, quien terminó primero en su grupo con puntaje perfecto, 12 de 12, y el sábado desde las 18:30 se estará disputando un nuevo clásico sudamericano.
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