Cuando parecía que el fútbol había cerrado finalmente su último capítulo de tensión política, una noticia sacudió el tablero dirigencial de la Liga Profesional de Fútbol. Cristian Malaspina había sido elegido presidente de la entidad tras encabezar la única lista que se presentó pero el actual mandatario Marcelo Tinelli llevó adelante ante la Justicia un pedido de impugnación sobre el proceso electoral para renovar autoridades.
El hombre que está al mando del fútbol de primera del país desde marzo del 2020, cuando el organismo llevaba el nombre todavía de Superliga, debía dejar su cargo a partir del próximo 8 de abril tras las elecciones pero en las últimas horas ese proceso quedó en stand by.
Entre los argumentos que esgrimió el espacio de Tinelli está que el mandato de Malaspina y su Mesa Directiva fue estipulado hasta 2023, la no inclusión de la consideración de la gestión en los puntos del orden del día de la Asamblea, irregularidades en la inclusión de Hernán Arboleya (2° vocal suplente de Lanús), la falta de algunos requisitos en otros aspirantes a los puestos y problemas con la vieja Superliga.
Malaspina, autoridad de Argentinos Juniors y que figuraba como vicepresidente 1° de la gestión Tinelli, presentó una lista con Héctor Maldonado (Independiente), José Alonso (Colón) y David Garzón (Huracán) como vicepresidentes y colocó al mencionado Arboleya en el rol de secretario. Según la presentación de Tinelli, el directivo del Granate no está habilitado.
El vocal suplente del club del sur fue prosecretario primero y luego vicepresidente durante la gestión de Nicolás Russo. Las reglamentaciones de Lanús impiden que una misma persona se mantenga en cargos titulares por más de dos períodos y la Liga Profesional exige que los directivos de la Mesa principal estén en puestos principales de sus clubes. Por lo tanto, Arboleya no cumpliría con los requisitos para ser secretario ya ocupa un rol suplente en su entidad.
“La única lista que se presentó en este proceso electoral viciado de nulidad, sus candidatos no han cumplido los requisitos mínimos para ser admitidos como tales”, afirma la presentación donde se remarca que los candidatos no brindaron información exigida en el Reglamento General de la Liga como acreditación de la inexistencia de quiebras y concursos, o antecedentes penales. “Es por eso que, al momento de enviarles esta carta, ya impugné la conformación de la citada lista (además de solicitar la nulidad de todo el proceso electoral)”, les avisó a sus pares.
Tinelli llevó su inquietud legal ante la Justicia, envió una carta a la AFA y luego se comunicó con los presidente de los clubes que están bajo la órbita de la LPF para detallar sus acusaciones. Allí retomó el concepto que ya había planteado el pasado 24 de diciembre cuando conoció que una serie de clubes pedían su salida: “Considero a la desestabilización institucional un golpe artero”, dijo por entonces.
“El paso del tiempo no hizo más que confirmar que aquello no era otra cosa que un golpe institucional. Como parte de ese intento de destitución se dio inicio a un proceso electoral plagado de todo tipo de irregularidades y anomalías. Entre ellas, podemos destacar que nunca se llamó a Asamblea para considerar la actual gestión, punto más que importante para respetar la institucionalidad”, detalló en la actualidad.
El conductor y empresario televisivo, que hizo un llamado a elecciones durante los primeros días de enero de este año, aseguró que no será parte de la próxima gestión de la Liga Profesional pero reafirmó su decisión de marcharse con una transición ordenada sin irregularidades.
Al mismo tiempo, le recordó a sus colegas que en julio del 2021 le envió una comunicación al presidente de la AFA, Claudio Tapia, para recordarle las viejas problemáticas de funcionamiento que estaban sin resolución. “Es como que dijeran ‘A Tinelli no se lo resuelvo, pero a otro que se subordine en todos los temas, sí’. Resulta inexplicable que, si se pudieran haber definido los temas desde 2017 hasta hoy, casi la totalidad de las problemáticas mencionadas no se han resuelto”, firmó Tinelli sin dejar pasar por alto que Malaspina llegará al cargo principal como un aliado de Chiqui Tapia. En ese ítem aseguró que exigió respuestas por, entre otras cosas, los derechos audiovisuales locales e internacionales, revisión de sponsors y participación activa en el proceso de designación de árbitros.
La elección de las próximas autoridades del ente que regulará al fútbol principal del país “deberá ser legítimo, transparente y cumpliendo con todos los pasos correspondientes”, aclaró para justificar su decisión de trasladar sus inquietudes legales a la Justicia. Ahora habrá que aguardar si aceptan la medida cautelar y se frena el proceso eleccionario de la Liga.
“De ninguna manera puedo dejar mi cargo en el medio de una campaña sucia de semejantes dimensiones, sin que se considere mi gestión y la de aquellos que me acompañaron en la Mesa Directiva. Como si todo lo conocido fuese poco, en los últimos días tomé conocimiento de acciones que preocupan de cara al futuro de la Primera División. Quienes pretenden ocupar -a como dé lugar- el cargo de presidente y secretario se apersonan en la sede de la LPF para darle instrucciones a los empleados y ocupar oficinas asignadas a los actuales integrantes de los equipos de trabajo, sin considerar que hay autoridades vigentes y que ellos todavía no han sido proclamados. Dichas indicaciones son contrarias a las que dan a los mismos empleados y colaboradores las actuales autoridades de la LPF. Esto significa una nueva falta de ética grave y un atropello a todos los dirigentes, empleados y colaboradores”, fue uno de los párrafos más fuertes de su carta de seis páginas.
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