Marco Trungelliti logró uno de esos triunfos para enmarcar. El santiagueño le ganó a Nicolás Jarry por 7-6 (5) y 6-3 en lo que es la segunda mejor victoria de su carrera (hasta ahora, la mejor fue vs. Marin Cilic en Roland Garros 2016) y su mejor resultado en ATP 500.
La primera manga fue muy apretada, con los dos jugadores firmes con sus envíos y donde solamente el nieto de Jaime Fillol tuvo una opción de break, en el cuarto game, pero la malogró. Por eso, el set se definió en un tiebreak donde el chileno desaprovechó una ventaja de 3-1.
El segundo episodio fue aún peor para el pupilo de Juan Ignacio Chela y César Fábregas, porque desperdició bolas de break en el primer y tercer juego y entregó su saque en el segundo para quedar rápidamente 3-0 abajo. Y si bien levantó un match point con su envío en el octavo juego, no le alcanzó y no pudo quebrar en el siguiente para evitar su caída.
Con esta victoria, Trungelliti se tomó revancha del chileno de la derrota del año pasado en este mismo torneo (esa vez fue en primera ronda).
Por fuera de los Grand Slams, es claramente el mejor triunfo del santiagueño. Jugará ante Matteo Arnaldi (verdugo de Sebastián Báez en el debut) en octavos de final y se permite soñar.
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