Newell’s venció a Unión con un golazo de Pablo Pérez

Armó la victoria con autoridad, con amor propio, con garra, con pinceladas de fútbol y con una virtud que le faltó a Newell’s en la mayoría de los partidos del 2021: convicción para atacar y defender con el corazón. Y el gran responsable de revivir leproso, es Adrián Blas Taffarel, que promovió a los pibes y reinventó a los referentes para que el rojinegro deje de ser un equipo aturdido y errático y se transforme en una formación competitiva. Ya no es más el pato de la boda de los rivales y siente que puede ganar. Así, con pura sangre de la casa armó el gran triunfo ante Unión, con el golazo de Pablo Pérez, la figura de la tarde calurosa del Parque. La segunda en fila tras derrotar a Independiente.

Newell´s jugó unos aceptables 25 minutos iniciales. El equipo de Taffarel copó los rebotes, presionó en campo contrario y la pelota pasó por los pies de Pablo Pérez y Nacho Scocco, quien esta vez asumió el rol de armador. Así los rojinegros dominaron el balón y empujaron a Unión contra su arco en un prometedor arranque de los del Parque.

En ese lapso de la etapa inicial la lepra tuvo dinámica y enjundia para llevarse por delante al tatengue. Lo tuvo Pablo Pérez dentro del área, pero pifió el tiro en soledad. Enseguida perforó Comba por la izquierda y el cabezazo cruzado de Panchito González se fue apenas ancho. Nacho Scocco retrocedía y triangulaba. Cacciabue capturaba los rebotes y Canale defendía a pie firme.

Un símbolo del partido de lucha que proponía Newell’s fue que en la misma jugaba Nacho y Pablo Pérez fueron al piso a recuperar la pelota, lo que desató el aplauso de la gente.

Pero, lo dicho, a los 25 minutos Newell’s pareció sentir el ahogo y se quedó sin nafta. Unión, hasta ese momento timorato, fue al frente y reaccionó. Falló Macagno en la salida con los pies y cuando Nardoni se relamía para gritar el gol, Lema se arrojó como un bombero y sobre la línea salvó lo que era la apertura de Unión, cuyos jugadores reclamaron mano del Sicario.

Y hubo más de la visita. Esta vez remató cruzado con destino de red Gastón González y también en la boca del arco desactivó la bomba Mariano Bíttolo. Tras cartón el pibe Jacob cerró y exigió al propio arquero leproso Macagno. Así, Newell’s que bahía arrancado encendido y filoso, terminó los 45 iniciales casi pidiendo la hora porque el tate se le vino encima y estuvo a punto de embocarlo con chances netas.

En el complemento Newell’s volvió a empezar. Y de arranque nomás explotó el Coloso. Tras un centro de Comba la pelota le quedó a Pablo Pérez, en la puerta del área, servida como una fruta madura para llevarse a la boca y PP8 le dio de derecha, sin tanta fuerza pero con mucha dirección, para vencer la estirada de Moyano. El balón se anidó como una paloma más en el palo derecho arco del Palomar. Rugió el estadio.

Y de inmediato el pibe Jacob le dio desde afuera y la pelota le astilló el travesaño a Moyano. Newell’s tuvo otra vez un arranque rápido y furioso. Taffarel igual buscó oxigenar al equipo y mandó a la cancha a Balzi, Garro y Julián Fernández. La idea fue evitar la reacción de un tatengue no estaba cómodo y volvía a tener lejos a Macagno.

Newell’s empezó a cuidar la diferencia, pero no se resignaba a meter la segunda estocada. Entró Maxi por Scocco y debutó Martín Luciano, que lanzó un centro notable que casi factura Garro de cabeza.