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Oscar Ruggeri y una desopilante anécdota con los campeones del Mundo

El Cabezón dio detalles de lo que pasaba en la concentración del equipo campeón de 1986.
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Oscar Ruggeri fue multi campeón con River Plate en el año 1986 (torneo local, Copa Libertadores Copa Intercontinental), además de alzar la Copa del Mundo en México ese mismo año. El plantel del Millonario se encontraba plagado de figuras y el Cabezón no dudó en recordar algunos momentos de aquel entonces en ESPN F90.

Luego de la salida del Bambino Veira como DT de River, la presentación de Carlos Griguol con el plantel no fue de la mejor manera: “El primer día llega Griguol; River campeón de todo, con un plantel jodido, chivo. Estos tipos se pararon ahí. Pero equivocaron la forma de entrar, porque atacaron así, de entrada, nos trataron de cortar de entrada, con cosas que eran hablables. Con el tiempo, terminamos todos abrazados, llorando, porque eran buena gente, que buscaban lo mejor para nosotros. No querían que bajáramos la guardia después de salir campeones de todo”.

«Nos habían vendido armas, un tipo que vino a la concentración. Viste que a la concentración vienen a venderte zapatillas, oro, y de pronto llegó una coupé Taunus dorada y nos dijeron: ‘Che, hay un tipo abajo que vende armas’. De la nada. Y dijimos: ‘Vamos a ver’. Abrió el baúl y era Bin Laden. Escopetas, granadas, revólveres, nunca habíamos visto armas así. Era un tipo que había estado en el ejército. ¿Cuánto valían? A precio de hoy, 100 pesos la granada, 100 la escopeta. Y dijimos todos: ‘Vamos a comprarle’. Salían dos mangos”, contó con detalles el Cabezón.

“Le compramos todos. Compré una escopeta, una itaca, y el resto todos revólveres. Unos revólveres tan lindos, plateados, y justo cayeron éstos”, apuntó, en relación a Griguol y compañía. “Nos daban cantidad de balas, y las cargábamos. Arriba íbamos y hacíamos ¡pa, pa‚ pa! Tiraban 12 tiros, no sé cuántos, y la escopeta que hacía un ruido… Griguol miraba la tele a 20 metros, pobre Griguol, porque era un balcón que daba al río. Venía y nos decía ‘tranquilos. Va a haber un accidente, muchachos, ¿por qué no se calman? Y ahí nos íbamos», prosiguió ante el asombro del resto de sus compañeros.

Y agregó: “Entrabas a las habitaciones y estábamos con las armas en la mano. El Negro Enrique miraba la tele y daba vueltas con los revólveres. El Negro Palma ya tenía, traía de Rosario. En el vestuario, en el baño de inmersión, tiró un tiro, hizo una explosión que parecía que se caía el Monumental. Tiró al agua”.

“Y Funes… Un cuchillo de rambo así… Tenía la coupé Sierra, corría el techo e iba ‘¡pa, pa, pa!’ por Buenos Aires. Imaginate hoy. Era una locura. Pero éramos buenos pibes. Entrenábamos, y cuando había que entrenar, entrenábamos a morir. Es que estábamos mucho tiempo en la concentración”, sentenció.