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La conquista de los desiertos, porqué nos gustan tanto el westerns y no el género gauchesco

Pablo Argañarás, Lic. En Cine y Televisión.
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Quizás el cine de cowboys, de vaqueros, el western, sea el género cinematográfico más lejano a nosotros.  La conquista del oeste estadounidense.  Los Cowboys frente a los indios.  Cada vez más al límite de la frontera con México. 
Que los estadounidenses amen las películas de vaqueros es comprensible.  Es su cultura, su historia y su pasado.  La épica de la conquista de los desiertos, del «lejano» oeste.  La creación de pequeños poblados, con sus sheriffs siempre.  Las tabernas.  Los duelos a tiros.  Las diligencias.  Las persecuciones a caballo.  Al leer estas líneas seguramente se inundan de imágenes su mente.  Justamente ahí radica el fenómeno de las películas de cowboys.  El consumo audiovisual de estos temas desde nuestra temprana edad.
Cuando los primeros cineastas estadounidenses comenzaron a filmar la conquista del lejano oeste se hizo una temática recurrente.  Quizás en aquel inicio del siglo XX era necesario reflexionar y hacer catarsis para el arte norteamericano.  Y el cine llegó justo para tal fin.  El séptimo arte fue el predilecto de estás temáticas.  Nunca se había mimetizado algún tema tan fuerte como la conquista del desierto estadounidense en el celuloide.  Hasta estéticamente se llevan bien, los planos generales con los ocasos  desérticos y los hombres montando caballos en el atardecer.
Además poniendo en contexto histórico, las corrientes migratorias europeas en Estados Unidos coincidieron con el auge del cine.  Llegaban miles y miles de personas a quienes la historia reciente norteamericana les era un tema muy lejano.  De esta forma el cine ofició, si se quiere, como una clase de historia moderna reciente para la masa de inmigrantes.  Ellos empezaron a entender algo de la historia estadounidense mediante las películas de aquel Hollywood en ciernes.
Otra reflexión que cabe hacer es porque en Argentina no prosperó este género a nuestra manera.  Porque el cine gauchesco no se convirtió en lo que el western si lo pudo hacer en la cultura norteamericana.  Hubo al comienzo de nuestra cinematografía intentos esporádicos de generar un cine de gauchos.  El público no lo recibió de buena manera.  Preferían las historias de las conquistas de desiertos lejanos y no de nuestras fronteras adentro.  Tal vez les era más familiar, por consumo cultural heredado, la vestimenta clásica de cowboy norteamericano que las de nuestros gauchos. 
La literatura fue para el género gauchesco su arte predilecto.  El cine le fue esquivo.  No pudo mantener un público cautivo de estos temas.  Tal vez fallaron los cineastas argentinos quienes no supieron llevar a la pantalla grande de manera atractiva estás temáticas. 
Aún en el año 2021 seguimos consumiendo cine de westerns.  Tal vez nos sea atractivo visualmente ver a los hombres conquistando los desiertos.  No interesa si son desiertos del lejano oeste estadounidense en el planeta tierra o de algún planeta muy lejano en «La guerra de las galaxias», en «The Mandalorian» o en la reciente  «Duna».  Siempre para el cine es atractivo los desiertos, los hombres y los ocasos.