Crece oposición en la sociedad civil al golpe militar en Myanmar

El golpe de Estado del 1 de febrero en Myanmar encuentra cada vez mayor oposición en la sociedad civil del país asiático, expresado en el creciente movimiento de desobediencia, al cual se suman distintos sectores del funcionariado público, según tracendió este viernes.

De acuerdo al director de Helvetas, Organización no Gubernamental (ONG) suiza de desarrollo en Myanmar, Peter Schmidt, los hospitales están desiertos, las administraciones operan con lentitud y los trenes permanecen estacionados en los andenes, pues el funcionariado público se niega a trabajar para la junta militar y se ha sumado al creciente movimiento de desobediencia civil el cual pretende debilitar a los generales y paralizar la burocracia.

Entre los sectores que se encuentran en huelga están los profesores universitarios y trabajadores de la salud, aunque también las oficinas y empresas del sector privado se han visto afectadas por los paros laborales, al tiempo que numerosas sucursales bancarias no han podido abrir.

El aumento de las filas de funcionarios dentro de la protesta fue lo que sacudió a la junta, puesto que sin ellos no puede cobrar impuestos, enviar facturas de electricidad ni organizar pruebas para la Covid-19; es decir, todo lo que implica el funcionamiento del país.

El Banco Económico de Birmania (MEB), el cual se encarga del pago de los salarios y las pensiones de la función pública, se ha visto obstaculizado por las huelgas, pero los medios estatales confirmaron que los sueldos serán pagados este viernes, contrario a los «rumores sin fundamento» que han circulado, según la junta militar.

Entretanto, en la Universidad de Yangon, los estudiantes protagonizaron una marcha en la cual llevaban las banderas rojas de la Liga Nacional para la Democracia, el partido de Aung San Suu Kyi, la encarcelada consejera de Estado y el propio personal médico también se manifestó el jueves, a través de lo que se ha denominado «revolución de las batas blancas».

El pasado 1 de febrero, el alto mando militar del país protagonizó una asonada militar que impidió la asunción de un nuevo gobierno emanado de las elecciones del pasado mes de noviembre, bajo el pretexto que se habría producido un fraude masivo en los mismos.

Fuente TeleSUR