Muchos compradores y de todas las edades y clases sociales. Andrew Chernoff, propietario estadounidense de una armería, apunta a que este año las armas están en auge en su país.
«Esto pasa desde febrero. Es un fenómeno real. Es el más grande que he visto en mi carrera. ¡Es una locura!», asegura Chernoff, quien afirma que visitan su comercio a diario personas de «18 a 80 años» y con perfiles que van «desde chófer de camión de basura hasta empleado de oficina».
Actualmente la demanda de armas en Estados Unidos es tal que los fabricantes no dan abasto. Empieza a escasear la munición y el armamento, de manera que los precios se están catapultando. Para muestra, un botón: según las estadísticas de la Policía Federal sobre pedidos de verificación de antecedentes judiciales (obligatorios en el país para comprar armas), en 2019 se realizaron 2,3 millones, mientras que este junio la cifra se ha situado en 3,9 millones, según informa AFP.
La realidad que hay detrás de esas estadísticas es tozuda: 2020 está siendo todo un desafío para el mundo, en general, y para la sociedad estadounidense, en particular. Algunas de las personas que se han apresurado a hacerse con un rifle sintieron la necesidad de protegerse a raíz de la propagación de la pandemia de coronavirus.
«Hasta hace poco las armas de fuego no eran parte de mi modo de vida», confiesa el ciudadano neoyorquino Al Materazo. No obstante, a causa de los temores que generó la llegada del virus, en febrero adquirió su primer fusil.
Otro importante fenómeno que preocupa a muchos en EEUU es la inseguridad e inestabilidad que se ha desatado en algunas ciudades del país a raíz de las manifestaciones del movimiento Black Lives Matter, reavivado tras la muerte del ciudadano negro George Floyd a manos de un policía blanco en mayo.
Ya sea por estar a favor de la causa de los manifestantes antirracistas o por simpatizar más con las autoridades, opresoras en algunos casos de las minorías, lo cierto es que muchos se sienten más seguros con un arma en casa. Es el caso de Brenda Dumas, de Jackson (Misisipi), una mujer blanca de avanzada edad que se ha comprado ahora su primera arma y que acude a un curso de tiro.
«Me siento algo menos segura a causa de la violencia que se ve en la televisión» y con la que «estoy filosóficamente en desacuerdo», explica a la AFP.
Y es que en algunas ciudades las estadísticas son reveladoras: la criminalidad en Nueva York, por ejemplo, ha aumentado considerablemente en este 2020, con un 40% más de homicidios en los primeros nueve meses del año y un 91% más de tiroteos, destaca el medio.
Chad Winkler, gerente del centro de entrenamiento Boondocks Academy, apunta a un tercer factor especialmente relevante a estas alturas del año que puede explicar el apogeo de las compras de armas. Se trata de las elecciones presidenciales que tendrán lugar en EEUU dentro de escasas semanas: la posibilidad de que el demócrata Joe Biden releve a Donald Trump en la Casa Blanca puede tener algo que ver.
A su juicio, los dueños de armas, casi un 30% de los adultos estadounidenses, hacen acopio en estas fechas por temor a un posible endurecimiento de la legislación. Y es que Biden quiere prohibir los fusiles de asalto.
Fuente Agencia Sputnik
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