Miles de manifestantes recorrieron las calles de Buenos Aires el sábado (23.04.2022) para protestar contra la presión fiscal sobre el sector agropecuario, en un contexto de fuerte subida de los precios de los combustibles y los fertilizantes.
Los grupos de manifestantes recorrieron en autos y furgonetas -a los que se sumaron varias decenas de tractores- la Avenida del Libertador hasta la Casa Rosada, sede del Gobierno argentino, donde leyeron una proclama.
«No hemos venido hasta acá para pedir que nos den una mano sino para que nos saquen las dos de encima (…) No estamos dispuestos a seguir financiando la soga con la que nos ahorcan», dijeron.
«Lamentablemente no podemos aprovechar los precios internacionales para seguir sosteniendo al país», se quejó Darío Magi, de 56 años y propietario de un tambo de gallinas y cerdos, quien advirtió de la presión fiscal que soporta el sector agropecuario y pidió una rebaja impositiva.
En ese marco Pablo Gogna, señaló «el derecho a movilizarse no se discute, cuesta encontrarle un sentido reivindicativo, en ese aspecto es complejo de analizarlo, porque el sector que se movilizó está pasando un momento de bonanza económica muy fuerte, en contraposición de lo que pasa en el país».
«La tonelada de trigo se está registrando a 300 dólares, cuando históricamente valía 160 o 165 dólares, la venta de maquinaria agrícola ha crecido un 35% sólo en marzo, es decir la situación mundial, ha generado una demanda impresionante y un crecimiento muy grande en beneficio de esta actividad, asique realmente no se entiende el reclamo».
«No hay aumento de la retenciones, una medida que se discute mucho pero que el gobierno no ha tomado. Alberto Fernández tiene una ley que le permite aumentar un 3% las mismas pero no las aumentó».
«Esto tiene un sentido claramente político, es una medida de protesta contra un gobierno y no un reclamo de medidas que afecte al sector. Desde el punto de vista político, es muy discutible, es un sector muy ligado al pro»
«Definen al gobierno como un grupo de usurpadores, a un gobierno elegido democráticamente y ese concepto de que ellos son la patria es un concepto casi ridículo. Nadie puede decir yo soy la patria, hay que tener una visión mas solidaria y mas comprensiva. Desde el punto de vista político es muy cuestionable. Pero lo peligroso es descalificar a un gobierno democrático y constitucional en usurpadores, este tipo de declaraciones se exceden», señaló.
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